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El paquete accionario de la Triple A enfrentó, entre diciembre y febrero pasados, a la Alcaldía de Barranquilla y a la SAE. /Foto: Triple A.

Las verdades a medias de la Alcaldía de Barranquilla y la SAE sobre la Triple A

Aunque uno de los principales cambios que anunció la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para la Triple A era la reducción de la participación privada en su paquete accionario, hasta ahora todo sigue igual. La llegada de un socio público todavía no tiene fecha.

Han pasado tres meses desde que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) le devolvió las acciones de la Triple A a la Alcaldía de Barranquilla y, aunque Bogotá puso como condición la salida de los privados de esa compañía, en la reciente junta directiva quedaron como miembros principales dos empleados del emporio de William Vélez.

Vélez, zar de las basuras y viejo conocido de la Alcaldía barranquillera, tiene participación accionaria en la empresa mixta de alumbrado público K-Yena SAS, que ahora es dueña del 82.16% de las acciones de la Triple A y cuyo socio mayoritario es el Distrito barranquillero.

* Desde el 1 de agosto de 2022, los Daes no tienen participación accionaria en la Triple A porque anunciaron, semanas antes, que donaban sus acciones a la Alcaldía de Barranquilla. (Vea el gráfico más grande aquí)

K-Yena compró ese paquete accionario después de un opaco negocio celebrado en diciembre de 2021, durante el gobierno de Iván Duque.

En febrero pasado, después de dos meses de disputa con la SAE por el control de esas acciones, Barranquilla no sólo le ganó el pulso al gobierno de Gustavo Petro sino que logró unas condiciones favorables, gracias a la intermediación de la Procuraduría General, para administrar su empresa de acueducto, alcantarillado y aseo.

Y la Alcaldía de Barranquilla tiene un escenario favorable porque el compromiso que firmó con la SAE en Bogotá es tan amplio que deja la puerta abierta para la participación privada en la Triple A hasta tanto no llegue un socio público que compre esas acciones. 

Además, la búsqueda del socio público no tiene un plazo establecido y las conversaciones con los dos entes hasta ahora interesados, Empresas Públicas de Medellín (EPM) y Gobernación del Atlántico, están en pañales. Por tanto, la salida de K-Yena de la Triple A no se ve cercana. 

Aludiendo a ese acuerdo amplio, la Alcaldía de Barranquilla no le precisó a La Contratopedia si le envió a la SAE una constancia de reforma a los estatutos de K-Yena.

La entidad nacional le dijo en febrero pasado a La Contratopedia que esperaba ese documento para garantizar que los privados de la empresa de alumbrado público no tuvieran injerencia en la Triple A, pues esa había sido su condición para devolverle a Barranquilla el paquete accionario.

De hecho, la SAE comunicó la entrega de acciones en febrero como una victoria. Planteó como uno de los principales cambios del negocio celebrado durante el gobierno de Iván Duque la participación privada en la Triple A, que pasaría a ser sólo del 3.34%, correspondiente a los accionistas minoritarios tipo B que esa empresa tiene desde su nacimiento; el 96% restante quedaría en manos públicas.

Sin embargo, la realidad es otra: la participación privada aún supera el 25% porque K-Yena continúa en el negocio. 

Y el porcentaje privado era mayor entre enero y julio de 2022, antes de que los megacontratistas y socios de K-Yena José Manuel y Christian Daes comunicaran su “donación” de acciones a la Alcaldía de Barranquilla desde el 1 de agosto de ese año. 

Los Daes anunciaron su renuncia a la Triple A, no a su participación en la empresa de alumbrado público.

La participación de Vélez

El pasado 7 de marzo, la Triple A escogió a su nueva junta directiva para los próximos dos años. Sus miembros pueden ser reelegidos indefinidamente o removidos en cualquier momento, según los estatutos de esa empresa.

Como la Alcaldía de Barranquilla ahora maneja la mayoría de las acciones gracias a la llegada de K-Yena, tiene autonomía para seleccionar a los miembros principales y suplentes. 

El gobierno del alcalde Jaime Pumarejo avaló que dos de los cinco asientos principales quedaran en manos de William Vélez, a través de empleados de su emporio económico.

Son ellos:

  • Jorge Gómez Mejía, quien se ha desempeñado como vicepresidente ejecutivo del Grupo Ethuss, gerente general de Eléctricas de Medellín, Ingeniería y Servicios SA y presidente de Interaseo SA. Todas empresas de Vélez.
  • Y Germán Villegas Londoño, gerente de Energía del Grupo Ethuss.

También forman parte de la junta de la Triple A, como miembros principales:

  • Jaime Pumarejo, en su condición de alcalde de Barranquilla.
  • Carlos Sarabia, en su condición de gerente de K-Yena, antes Alumbrado Público de Barranquilla SAS.
  • René Puche Restrepo, presidente del Puerto de Barranquilla.

Sobre la asamblea extraordinaria en la que se escogió esa Junta, cursa una tutela interpuesta por el accionista minoritario Hernando Acuña, quien argumenta la vulneración al debido proceso porque —dice— no hubo voz ni voto de ningún participante ni se permitió la deliberación de los asistentes.

Esa junta quedó vigente después de un fallido intento del Gobierno Nacional, el 7 de febrero, de poner a cuatro personas de su resorte en las sillas principales. La quinta silla es inamovible: la debe ocupar el alcalde de Barranquilla.

Y quien tenga asiento en la Junta maneja la Triple A, una empresa cuyo patrimonio en 2022 sumó $581.454 millones, de los cuales $119.097 millones fueron por utilidades netas. 

Ese órgano colegiado puede:

  • Designar y remover libremente al gerente general. 
  • Aprobar el Plan Anual de Gestión, que incluye las inversiones y el presupuesto de operación. 
  • Aprobar cualquier tipo de endeudamiento financiero, sin importar la cuantía.
  • Designar al representante legal para asuntos judiciales y actuaciones administrativas.

La llegada del socio público se demora

La llegada de un socio público para adquirir las acciones de la Triple A, que hoy están en manos privadas vía K-Yena, no tiene una fecha definida y puede ser un proceso de meses o, incluso, años. 

Especialmente, porque además de los trámites propios que una compraventa de este tipo involucra hay una serie de permisos gubernamentales por surtirse, le respondió la Alcaldía a La Contratopedia Caribe en un cuestionario. 

(Lea aquí la respuesta completa de la Alcaldía).

Hasta ahora, los dos públicos con los que el gobierno de Pumarejo explora posibilidades de ingreso a la Triple A son Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la Gobernación del Atlántico.

Con el primero ya hay “mesas de trabajo” celebradas, a partir de un memorando de entendimiento firmado el 17 de enero pasado, y con la segunda entidad, la Alcaldía firmó un acuerdo de confidencialidad para “iniciar el proceso de revisión de la información que, eventualmente, determinará un posible monto y porcentaje accionario”. 

El público que llegue reemplazará a K-Yena en la Triple A, que en diciembre de 2021 respaldó la compra del 82.16 % de las acciones, bajo la figura de enajenación temprana, por $565.000 millones.

El contrato firmado entre la Alcaldía de Barranquilla y la SAE contempló el pago del 50% de esa plata entre enero y diciembre de 2022 y el resto a seis años.

Para poner el 50% inicial —le explicó la Alcaldía a La Contratopedia—, los socios privados de K-Yena hicieron un préstamo. Por tanto, para que K-Yena salga de la Triple A debe recibir el valor de ese crédito más intereses remuneratorios. 

La Alcaldía no precisó el valor total de esa operación.

Tampoco hay información detallada sobre la salida de los Daes de la Triple A, quienes anunciaron la donación de su parte accionaria en 2022 aunque está de por medio el  millonario crédito realizado por K-Yena, donde ellos siguen siendo accionistas.

Lo que sí queda claro es que tanto la SAE como la Alcaldía de Barranquilla comunicaron verdades a medias, en febrero pasado, cuando anunciaron el traspaso accionario.

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