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La iniciativa Cartagena Cómo Vamos presentó, el martes pasado, el Informe de Calidad de Vida 2022, en el que evaluó el comportamiento de 200 indicadores clave para la cotidianidad de los residentes de esta capital, como educación, salud, transporte público, seguridad y empleo, durante el último año.
Aunque el informe destaca avances significativos en las finanzas públicas, el turismo, la construcción de viviendas y el desarrollo económico, también plantea desafíos mayúsculos en generación de empleo, cobertura educativa, y formulación de políticas públicas para mejorar los indicadores en salud y seguridad.
Asignaturas pendientes que se convierten en retos para los 15 aspirantes a la Alcaldía de Cartagena y a los 275 inscritos para competir por las 19 curules del Concejo Distrital.
Más allá de lo que propongan en sus programas de gobierno, que ya presentaron ante la Registraduría, La Contratopedia Caribe revisó cinco de las conclusiones del reciente informe de Cartagena Cómo Vamos, que a los candidatos les sirven como diagnóstico de la ciudad que esperan recibir del gobierno de William Dau.
Frenar la ola de homicidios, atracos y extorsión
Uno de los indicadores que desmejoró en 2022 fue la seguridad. El año pasado en Cartagena se registraron 369 asesinatos, es decir, en promedio hubo un homicidio por día. Esa cifra representa un aumento del 51% con respecto a 2021, cuando se registraron 245 homicidios.
Desde 2019, los casos de homicidios en la ciudad han aumentado un 87%.
Con 35 homicidios por cada 100.000 habitantes, la capital de Bolívar fue la cuarta ciudad con la tasa de homicidios más alta, de 23 capitales del país en las que se midió ese indicador en 2022.
Este año los homicidios no muestran números que apunten a una disminución. “En los primeros seis meses de 2023 se presentaron 212 casos de homicidios, casi el 60% del total de casos presentados en 2022”, detalla el informe de Cartagena Cómo Vamos.
Otra de las alarmas en seguridad ciudadana la encienden las extorsiones, que en 2022 aumentaron 84% en comparación con 2021. El año pasado hubo 249 denuncias por extorsión: la mayoría de ellas fueron hechas a través de llamadas y mensajes en las redes sociales.
El hurto a ciudadanos también aumentó. El año pasado hubo 6.678 denuncias de robos a personas, lo que representó un aumento del 24% con relación a 2021.
Esta ola de violencia que golpea con fuerza a la capital de Bolívar no es exclusivamente local, se enmarca en un fenómeno nacional, agudizado por el Covid-19. Enfrentarla requiere, además de las medidas distritales, acciones del Gobierno Nacional.
Aumentar la matrícula escolar y disminuir la deserción
Entre los principales retos educativos del Distrito, según Cartagena Cómo Vamos, están:
- Aumentar el número de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que se matriculan entre preescolar y educación media.
- Construir nuevas sedes educativas para lograr la ampliación de matrícula.
- Implementar estrategias para lograr la permanencia de los estudiantes en las instituciones educativas.
El informe de Cartagena Cómo Vamos muestra que en 2022 la matrícula escolar fue de 237.144 estudiantes, 568 menos que en 2021, cuando la Secretaría de Educación reportó 237.712 alumnos.
El 77% de esos estudiantes asisten a instituciones educativas públicas, repartidos en 207 sedes. El 23% restante asistió a 257 planteles privados.
Desde 2020, cuando Cartagena tuvo un aumento de 1.300 niños y jóvenes en el sistema educativo, la matrícula se ha mantenido prácticamente estática.
En 2022 había alrededor de 250.000 niños, niñas y adolescentes en edad escolar, pero solo 237.144 matriculados, es decir, cerca de 14.000 menores en edad escolar estaban por fuera del sistema.
Al reto de aumentar esa matrícula, Cartagena suma la permanencia de los estudiantes en las aulas: de los 237.144 matriculados el año pasado, 7.096 interrumpieron sus estudios. Es decir, no terminaron el grado para el que se matricularon.
La mayor deserción se registró en preescolar y en educación media (décimo y undécimo grados).
Fortalecer Transcaribe con más buses y nuevas rutas
Aunque varios de los indicadores que empezaron a marcar en rojo tras la pandemia por Covid-19 en Cartagena han mostrado mejoría, la cifra de usuarios movilizados en el transporte público sigue estando 50% por debajo de la registrada antes de la pandemia.
El año pasado, en Cartagena se transportaron en promedio 554.000 pasajeros diarios en buses de Transcaribe y del transporte público colectivo. En 2019, esa cifra estaba en 1.118.000 pasajeros.
Hace cuatro años, el sistema masivo era la segunda opción de transporte público más usada por los cartageneros con 366.000 usuarios por día. Tras la pandemia, se ha convertido en la primera opción, pero aún no logra recuperar los números prepandémicos. El año pasado movió en promedio 270.000 pasajeros por día.
El Informe de Calidad de Vida detalla que parte de ese rezago, en la recuperación del promedio de pasajeros diarios de Transcaribe, está en la falta de nuevos buses y rutas.
En 2019 el sistema de transporte masivo contaba con 333 buses entre articulados, padrones y busetones, que eran conducidos por 667 choferes; en 2020 funcionó con 219 vehículos y 457 conductores y tras la pandemia (2021 y 2022) ha operado con 329 y los mismos 457 conductores.
El año pasado, el sistema tenía 21 rutas en circulación, que recorrían en promedio 21 kilómetros cada una y cubrían el 60% del casco urbano de la ciudad. En el 40% restante de la ciudad, que no tiene rutas de Transcaribe, los cartageneros acceden a otro tipo de transporte público y al transporte ilegal.
Que el sucesor del alcalde Dau priorice aumentar las rutas y los buses de Transcaribe es fundamental para fortalecer un sistema que entre 2021 y 2023 ha enfrentado varias crisis.
Como contó La Contratopedia, el Consorcio Colcard, concesionario de las rutas y del recaudo del sistema, desistió de seguir operando este año porque Transcaribe y el Distrito nunca le cumplieron con el número de rutas a operar ni la cantidad de pasajeros diarios a movilizar.
Disminuir la mortalidad infantil
En cuanto al sector salud, uno de los indicadores más alarmantes es el de la mortalidad infantil. En los últimos cuatro años Cartagena no ha logrado avances significativos en esa materia.
En 2022 hubo 223 muertes de menores de cinco años, dos decesos menos que en 2021.
El rango de edad en el que Cartagena registró más fallecimientos infantiles fue de un año o menos, con 214 muertes.
Al menos nueve de las muertes en menores de cinco años fueron por infecciones respiratorias agudas y tres por desnutrición. Esta última cifra se acerca a la registrada en 2019, cuando murieron cuatro menores en ese rango de edad por malnutrición.
El Informe de Cartagena Cómo Vamos detalla que detrás de esas muertes está la falta de “políticas y estrategias que promuevan la atención prenatal, la importancia de la lactancia materna y la nutrición adecuada para los niños”. Hechos frutos de la falta de gestión administrativa y de la pobreza histórica de esta capital.
Mantener en verde las finanzas públicas
Uno de los indicadores que mejoró en la medición de 2022 fue el de finanzas públicas. Mantener en verde ese indicador será uno de los principales retos para el sucesor del alcalde Dau. De hecho, ese es uno de los logros de su gobierno: el saneamiento de las finanzas.
El año pasado los ingresos fiscales del Distrito fueron de alrededor de dos billones de pesos, lo que equivale a un promedio de $1.9 millones por cada habitante. Con esa cifra, Cartagena se ubicó como la cuarta ciudad con el mayor ingreso per cápita de las capitales del país.
En 2021, los ingresos fiscales para la capital de Bolívar fueron de $1.6 billones.
Otra evidencia de la sólida gestión fiscal que logró el gobierno Dau fue la incorporación de casi medio billón de pesos que el Concejo le aprobó en mayo pasado. Esos recursos corresponden, en gran medida, al aumento del recaudo tributario en impuestos como los de industria y comercio, delineación urba y el predial.
La gestión financiera de Cartagena fue reconocida por la evaluadora Fitch Ratings que, en un diagnóstico de mayo pasado, dijo que Cartagena podría mejorar su calificación en el corto plazo si continúa por el camino reciente.
La filial en Colombia de la firma estadounidense dijo, en su nota diagnóstica, que encontró un desempeño favorable no sólo por el recaudo tributario, sino también por el saneamiento y la disminución de pasivos, un endeudamiento decreciente, el fortalecimiento en la calidad de los reportes financieros y mayor estabilidad en la administración distrital.
El concepto de una calificadora como esa (una de las tres más grandes del mundo) es clave, porque refleja el estado de las finanzas y la capacidad crediticia del Distrito para sus inversiones a mediano y largo plazo.