Desde que comenzó la administración de William Dau, las relaciones entre el Concejo y el Distrito han sido tensas. /Foto: Ofiprensa Concejo de Cartagena
Dos miradas para entender la puja política tras la moción de censura en Cartagena
Con la votación contra Armando Córdoba, el Concejo sacó por segunda vez a un secretario del gobierno de William Dau. Esa remoción es, además, el capítulo más reciente de un control político inédito en la capital de Bolívar.
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Con la reciente moción de censura contra Armando Córdoba por sus problemas de ejecución en la Secretaría de Participación Ciudadana de Cartagena, el Concejo advirtió al gabinete distrital de un control político aún más milimétrico, durante los dos años y medio que le restan de mandato a William Dau. La relación entre esa corporación y el Distrito parece que continuará gélida, como lo ha sido desde el primero de enero de 2020.
Una distancia que el alcalde Dau una vez más dijo obedecía a la corresponsabilidad de esa corporación en la crisis social y política de Cartagena, y en la renuencia de su administración a contratar a los recomendados de los concejales, por órdenes de prestación de servicios, como acostumbraban a hacerlo en administraciones pasadas.
“Le están pasando cuenta de cobro a mi administración por la falta de mermelada, de burocracia, porque no damos contratos, no damos OPS. No contratamos con Esales que son recomendadas por concejales ni por nadie”, dijo Dau tras la censura a Córdoba.
Para dimensionar lo que hay detrás de la moción de censura, La Contratopedia Caribe entrevistó a los académicos Germán Ruiz, docente e investigador del programa de Comunicación Social de la Universidad de Cartagena, y Orlando Higuera, director del programa de Ciencia Política de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
Sobre el origen de la moción, su impacto en la gobernabilidad local y la pugnacidad política que representa esa figura van estas dos entrevistas.
“Dejaron de recibir dádivas, prácticamente, por un principio de gobierno del alcalde Dau y eso deterioró la relación”: Germán Ruiz
La Contratopedia Caribe. La moción de censura es un mecanismo asociado más al control político que ejerce el Congreso sobre el gabinete central y no a una figura de control de las asambleas y concejos sobre los gabinetes departamentales y municipales. ¿Cómo funciona una moción de censura?
Germán Ruiz. La moción de censura tiene su origen en sistemas parlamentarios, no en sistemas presidencialistas como el nuestro. En 1991 se introdujo en la Constitución algo parecido a las mociones de censura que se dan en los sistemas parlamentarios, como el español, el británico o el italiano. Es la capacidad que tiene el Legislativo de ejercer el control político, que es una de sus funciones fundamentales, junto con legislar en el caso colombiano a nivel nacional y desde luego aprobar presupuesto y plan de desarrollo.
Esta idea de control político se ejerce de alguna manera entre la oposición y el gobierno. Se vota la moción para sacar a uno de los miembros del gobierno o, inclusive, para llamar a elecciones. Se introdujo en el modelo presidencialista colombiano y es lo más parecido al injerto de una planta.
En una democracia presidencialista funciona bien en la medida en que el Congreso tenga un nivel de autonomía e independencia del Ejecutivo. Funciona mal cuando esa independencia del Legislativo para ejercer la moción de censura a miembros del gabinete no existe.
Eso es lo que ha pasado a nivel nacional. Se ha llegado al debate y a la votación, pero nunca a censurar a un ministro.
LCC. ¿Por qué no suele funcionar la moción de censura?
GR. Básicamente porque los ejecutivos, en un sistema presidencialista como el nuestro y basado en el clientelismo, logra cooptar la voluntad de los congresistas y de los concejales. Logra hacerlo entregándoles recursos por medio de contratos o nombramientos en puestos clave para que ellos tengan los recursos de poder suficientes para hacerse reelegir.
Así ha funcionado y a veces uno dice, pero este ministro tenía todas las características para salir, pero no salió porque lograron armar las mayorías (en el Congreso). Cuando las mociones tienen cierta viabilidad, antes de llegar a sufrir una moción de censura, los ministros renuncian.
En Cartagena ha sido, exactamente, lo mismo desde que existe la figura. El Ejecutivo tenía la capacidad y la voluntad de cooptar la decisión de los miembros del cuerpo colegiado. Hay un grupo de concejales que armaba la mayoría en el Concejo de Cartagena. Les pusieron el PUC: Partido Único del Concejo.
LCC. ¿Por qué en Cartagena sí ha funcionado la moción recientemente?
GR. Por el esquema de gobernabilidad del alcalde Wiliam Dau. Para sobrevivir en las próximas elecciones, el Concejo necesita los recursos de la Alcaldía. Eso siempre ha existido.
Dionisio Vélez lo puso de manera abierta, copiando a Álex Char en Barranquilla que fue, básicamente, ponerles una nómina por debajo de cuerda a los concejales y una bonificación cuando aprobaran algo extraordinario, como el endeudamiento de los 250.000 millones de pesos. Eso nunca se sabrá a ciencia cierta.
Los concejales dejaron de recibir estas dádivas, prácticamente, por un principio de gobierno del alcalde Dau y eso deterioró la relación. El alcalde Dau salió elegido contra la corrupción y como un candidato antipolítico de la política tradicional de Cartagena.
Sin embargo, el Concejo en su inmensa mayoría salió elegido de la misma manera de siempre: comprando los votos, llevando a la gente a inscribirse y después a votar en combos, votaron por Gobernación, Concejo, Alcaldía, Asamblea e inclusive JAL.
La manera como fue elegido Dau le da una libertad para expresarse como quiera y eso a veces ofende a unas personas, pero a otras les gusta.
LCC. Pareciera que la figura de moción de censura, recientemente, en Cartagena ha estado mediada más por un alto grado de subjetividad para determinar qué está haciendo bien o mal un funcionario.
GR. Las decisiones de control político, a través de una moción de censura, siempre son subjetivas y están cargadas de política en términos de visiones políticas, favores políticos y clientelismo político, en grado sumo, en un sistema presidencial como el colombiano.
Algunos debates que se han planteado, especialmente, en el Congreso Nacional sobre paramilitarismo o drogas han estado cargados también de argumentos objetivos, científicos, técnicos. ¿Qué es lo que opera acá? Que hay unas causales para declarar la moción de censura. Una de esas causales es el no cumplimiento de funciones. Arman un argumento alrededor de eso.
Pero entonces, ¿cómo se aprueba un plan de desarrollo? ¿Cómo se aprueba el presupuesto anual del Ejecutivo a nivel distrital? Se aprueba con dádivas, con contrapartidas que da el Ejecutivo a los concejales. Ahora como no les llegaron las OPS y se las pidieron abiertamente a Armando Córdoba, dijo el alcalde, les dio mucha rabia.
Es que antes al concejal que menos votos sacaba le entregan la Escuela de Gobierno porque tenía 1.800 millones de pesos en presupuesto, que no es nada frente a lo que representan Participación o el IDER. ¿Quién era la dueña de Participación? La senadora Daira Galvis.
Los concejales siempre han hecho lo mismo y no han llegado a la moción de censura, porque tenían todos los recursos. A Javier Cáceres sus compañeros de bancada y Concejo lo llamaban El Diablo porque era el que, inicialmente, se iba a la Alcaldía y traía los recursos.
LCC. ¿Por qué la Secretaría de Participación es tan atractiva?
GR. Hay mucha tela por cortar en esa Secretaría: tiene un presupuesto amplio. Maneja recursos para las fundaciones. Implica contacto directo con los líderes comunales.
LCC. Uno podría ver con las dos mociones de censura votadas (primero contra Guillermo Ávila y luego contra Armando Córdoba), que el Concejo manda una señal que de aquí a que termine el gobierno de Wiliam Dau habrá un detallado control político.
GR. Sí, porque la relación está deteriorada, pero no está deteriorada por asuntos técnicos sino básicamente porque los concejales no están recibiendo los recursos a los cuales estaban acostumbrados y que son esenciales para hacerse reelegir. Así de sencillo. No tienen el control de la minucia, del día a día de la administración Dau.
LCC. En su pronunciamiento, tras la votación contra Armando Córdoba, el alcalde dijo que él esperaba que hubiese un castigo en las urnas contra esos concejales.
GR. No son ni malos ni buenos. Están haciendo su labor como lo hacían antes, la diferencia es que no tienen un alcalde maleable, sujeto a su voluntad.
LCC. Uno podría decir que en Cartagena hay un Concejo vivo y más activo en su rol de control político que el de una ciudad cercana como Barranquilla, por ejemplo. En esa capital el control político es casi inexistente. ¿De una u otra manera se fortalece la democracia local en Cartagena porque hay un constante debate político desde el Concejo?
GR. Falso, completamente falso. La premisa es falsa. No es cierto que estén desarrollando un debate democrático: no son ni demócratas ni hacen una evaluación democrática.
A diferencia de Cartagena, Barranquilla logró desarrollar un empresariado productivo e innovador, empezando por Julio Mario Santo Domingo con su famosa Cerveza Águila. ¿Qué pasó? Que una familia, el grupo Char, por un éxito rotundo a nivel empresarial, entró en la política.
Fuad Char fue senador y realmente nunca pronunció una sola palabra en el Congreso, pero eso no importaba porque él no estaba allí para echar discursos o defender ideas, estaba allí para hacer negocios y lo logró, y sus hijos también lo lograron. Se mueven en muchas cosas más allá de la política.
Alex Char entendió que si coges la parte empresarial y la mezclas con una política manejada de otra manera pues el éxito será rotundo. Al tener el control de la Alcaldía, del Concejo, de la Gobernación, a la Asamblea neutralizada, y participación en el Senado y la Cámara operan como una monarquía. ¿Cuál es la diferencia? Que hacen las cosas bien hechas. ¿Ese sistema es el ideal? No, no es el ideal. Hay mil críticas sobre todo lo que ha pasado en Barranquilla.
En Cartagena no ha pasado nada parecido. La élite cartagenera es una élite extractiva, rentística. Ni siquiera los gerentes de las grandes empresas de Mamonal son de Cartagena, son traídos de Antioquia, Valle o Bogotá.
“Con menos intercambio de favores, le han apretado las tuercas a esta administración”: Orlando Higuera
La Contratopedia Caribe. ¿Cuáles son los criterios para que la Asamblea o el Concejo decidan si un funcionario lo está haciendo bien o no en el gabinete departamental o municipal?
Orlando Higuera. Hay que tener en cuenta la ejecución que tenga la cartera o el nivel de cumplimiento del Plan de Desarrollo frente a los planes y programas adscritos a su Secretaría. Bajo ese orden de ideas, estas personas están llamadas a rendir descargos. Tratan de desvirtuar esas acusaciones y, posteriormente, se da la votación en el Concejo o en la Asamblea.
Lo que hemos visto es bastante atípico: de dos mociones de censura votadas en el último año, las dos han salido positivas. Entre 2008 y 2019 se intentaron votar cinco mociones de censura, según datos de Funcicar, pero no prosperaron o no continuaron.
Ahora que hay menos colegaje o intercambio de favores entre el Concejo y la Alcaldía, hemos visto que le han apretado las tuercas a esta administración.
LCC. Justamente como no hay ese colegaje, para muchos en Cartagena lo que hay es un ánimo revanchista del Concejo, sobre todo con la Secretaría de Participación que es una de las más atractivas del gabinete.
OH. La Secretaría de Participación tiene un enfoque netamente poblacional. Allí trabajan con mujeres, personas en condiciones de discapacidad, población LGBT, Juntas de Acción Comunal. De alguna manera es como la punta de lanza de la política social del gobierno. De hecho, dentro de la estructura de la Secretaría de Participación está el Plan de Emergencia Social Pedro Romero.
Ciertamente, durante administraciones pasadas, esta Secretaría era un fortín burocrático para los concejales: para poner sus recomendados, para movilizar proyectos que habían gestionado con sus líderes en tiempos de elecciones. Como es una Secretaría tan grande, permite que se convierta en un fortín burocrático.
Llega un montón de gente con OPS a desarrollar política pública, pero no saben cómo implementarla. Eso es un problema de Colombia y de buena parte de Latinoamérica, porque las políticas públicas no son piezas legales. Necesitan acompañamiento técnico y social, que la gente se vincule para que no se conviertan en un papel muerto. Durante el gobierno de Judith Pinedo tuvimos una política de mujeres maravillosa, pero allí quedó.
LCC. ¿Hasta qué punto ese milimétrico seguimiento que tiene el Concejo de Cartagena, utilizando la moción de censura, puede interpretarse como un mecanismo para torpedear la administración de William Dau?
OH. Me resultó extraña, luego de que hubiese una declaratoria pública de “luna de miel”, una moción de censura contra Armando Córdoba. También sorprende la pasividad que tuvo el alcalde frente a este caso, que no la tuvo con la moción de censura contra Guillermo Ávila. Salió a defenderlo desde el momento número uno. De repente pensó, desconozco las razones por las cuales el alcalde actuó de esta manera, que por la buena onda que estaba manejando con el Concejo la moción no iba a prosperar.
Hay que ver también algunas cosas estructurales que pasan en la administración de William Dau. A diferencia de alcaldías pasadas, no todos los secretarios de despacho en este gobierno tienen la posibilidad de contratar directamente. De alguna manera William Dau intentó hacer un sistema de control interno del gasto público para evitar fugas y corrupción, que ha terminado dilatando algunos procesos de contratación.
Esto no es excusa para el Secretario de Participación, quien contrató un montón de OPS como ustedes lo señalaron en un artículo al respecto. OPS que además han sido cuestionadas, como el caso del joven señalado de abuso sexual, por algunos colectivos feministas.
LCC. De hecho, varios concejales manifestaron que esas OPS parecían tener fines electorales.
OH. No podemos afirmar que él estaba armando una plataforma medio clientelar para lanzarse a un cargo de elección popular. Sin embargo, sí encontramos una contratación de OPS grande, que por el objetivo misional y la cantidad de frentes que la Secretaría de Participación maneja uno podría entender.
Estamos en un proceso de modernización de la Alcaldía que tiene que avanzar, precisamente, para dejar de contratar tanta OPS. La OPS suple la falta de personal de carrera. El problema de fondo es que así como se contrataron todas esas OPS para cumplir los objetivos misionales, se tenía que contratar a la par los programas y proyectos que esas OPS deben acompañar.
LCC. ¿La moción de censura termina mejorando el sistema local de contrapesos?
OH. Es una muestra de la importancia que tiene tener un Concejo vigilante. Si nosotros hubiéramos tenido un Concejo igual de vigilante en otras administraciones, probablemente temas como las pechugas de pollo a 40.000 pesos o la ración de medio huevo para estudiantes en el PAE no hubieran pasado.
Tal vez hubiéramos tenido más responsabilidad con el crédito de 250.000 millones de pesos promovido por Dionisio Vélez y que solo tuvo una voz en contra (el entonces concejal del Polo David Múnera, hoy secretario del Interior de William Dau).
Esto de hacer mociones de censura de verdad es coadministrar. La ciudadanía también tiene que entender que hay que votar bien. Que de repente no era solamente útil votar por quien decía que venía a salvar a Cartagena sino también por unos concejales para trabajar por Cartagena.
Cuando Dau comenzó a recoger firmas, él fácilmente pudo sacar una lista al Concejo. A lo largo de la campaña, no tuvo mayor contacto con nadie del Concejo. Hizo una campaña al estilo llanero solitario, donde lo más importante era su discurso: “Vamos a acabar con los malandrines”, “vamos a acabar con la corrupción”.
Esto lo que demuestra es que los proyectos personalistas están destinados al fracaso o a la dictadura. No hay una opción real de que en una democracia plena un proyecto personalista funcione. Necesitas contrapeso, no estoy hablando del unanimismo charista que hay en Barranquilla. Eso es lo más cercano, como dirían algunos teóricos, a una dictablanda. Estamos en un espectro democrático, pero todas las instituciones están cooptadas por el mismo grupo. No es lo ideal porque allí se comete todo tipo de excesos.
El otro extremo es lo que está pasando en Cartagena.
LCC. Con la llegada de Dau a la Alcaldía se acabó la tradicional parcelación distrital, por eso muchos están interpretando el uso de la moción de censura no como un mecanismo válido de control político sino como un mecanismo de extorsión para que el gobierno distrital ceda pronto y vuelvan las OPS de personas recomendadas por los concejales.
OH. Es difícil probarlo, pero es muy fácil imaginarlo. Hay una desconfianza institucional muy grande de la ciudadanía, que no reconoce a los concejales como actores políticos válidos o altruistas.
Este mecanismo de moción de censura podría terminar convertido en una herramienta de desestabilización. Además, recordemos la advertencia que hizo el concejal Óscar Marín: dijo que iban prácticamente por la cabeza de cualquier secretario que ellos (los concejales) vieran no estaba trabajando bien.
Deberían existir unas medidas de evaluación más claras para, efectivamente, saber si un funcionario está haciendo bien o no su trabajo. También deberían tenerse en cuenta las razones por las que su trabajo se podría ver afectado.
LCC. Todo este férreo control político también podría convertirse en otro factor que termina espantando a gente bienintencionada que quiere llegar a la administración pública.
OH. Sí, es difícil. Lo pensaría cinco o 10 veces antes de aceptar una Secretaría en una ciudad como Cartagena. Una muy buena amiga mía, que estuvo en la Alcaldía de Judith Pinedo, siempre dice: yo a donde me mudo, me voy con dos cajas en las que tengo todos los soportes de lo que hice, porque en cualquier momento me abren otro proceso, y cada que me abren un proceso yo tengo mis soportes.
Es un tema difícil. Fíjate lo que pasó ahora con Judith Pinedo y con Vivian Eljaieck. Lo que nos muestra esto es que salir de la academia, de la sociedad civil, y meterte a la administración pública no es un proceso sencillo. De verdad hay que admirar a las personas que lo han hecho.
LCC. Finalmente, en términos de gobernabilidad, ¿la moción de censura sí mejora los procesos distritales o los hace más lentos?
OH. Creo que legalmente entorpece todo. De repente la entidad se queda acéfala, aunque soy de los que cree que la administración pública debe ser de proyectos y programas, y no de personas. Sin embargo, hay relaciones que van más allá de los procesos. Hay cosas que son de piel, de tacto, sobre todo en una Secretaría como la de Participación, donde hay que ganarse la confianza de los grupos poblacionales, donde hay que trabajar de la mano de las Juntas de Acción Comunal.
No es tan sencillo buscar el reemplazo. Esta Secretaría no es solamente técnica, es una Secretaría muy del área social y que requiere mucho más que una buena hoja de vida.
Es importante recalcar que en la moción de censura se mostraron también datos técnicos de ejecución, pasa de agache ese análisis y se queda en la rencilla de Dau con los concejales pro OPS
Hola, buenas noches. Uno de los dos entrevistados menciona los argumentos técnicos esgrimidos por los concejales. Esos argumentos ya los habíamos contado en esta historia: https://lacontratopediacaribe.com/los-problemas-de-contratacion-que-saca-a-flote-la-nueva-mocion-de-censura-en-cartagena/
Mil gracias.
Tatiana