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En lo que va de 2024 Cartagena ya registra más homicidios que el año pasado. Ese delito es uno de los que más impacta la percepción ciudadana de seguridad. /Foto: El Universal

Reciente racha criminal evidencia que Plan Titán 24 aún no baja los homicidios

Con 113 muertes registradas hasta el inicio de la tercera semana de abril, Cartagena vive uno de sus inicios de año más violentos de la última década. La Alcaldía invirtió $14.268 millones en dotación policial para enfrentar el crimen.

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Cartagena vivió este lunes 15 de abril el día más violento de 2024: seis personas fueron asesinadas, cinco de ellas bajo la modalidad de sicariato, una forma del crimen que las autoridades asocian al ajuste de cuentas y a las luchas entre bandas criminales por el control territorial de rentas ilegales. 

Entre el martes y el mediodía de este miércoles la Policía Metropolitana confirmó otras tres muertes violentas. Es decir, Cartagena sumó nueve homicidios en menos de 72 horas. 

Todos esos casos elevan a 113 el número de asesinatos en la capital turística de Colombia en 108 días de 2024. Cifra que representa un 12% más  que el mismo periodo de 2023, cuando hubo 101 homicidios, según los registros delictivos de la Policía Nacional. 

De hecho, entre las cinco principales capitales de Colombia, Cartagena fue la ciudad con mayor tasa de homicidios durante enero y febrero, según datos preliminares recopilados por Cartagena Cómo Vamos.

 

Además de aumentar la percepción de inseguridad entre los cartageneros, esos números retan aún más la política pública de seguridad a la que le apuesta el gobierno de Dumek Turbay desde su llegada al Palacio de La Aduana, sobre todo, porque el ahora mandatario hizo buena parte de su campaña usando como caballito de batalla la nueva ola de violencia que golpea a la ciudad desde 2021, después de la pandemia por Covid-19.  

Aunque los registros entregados por las autoridades aún son preliminares y tienen ligeras variaciones en el número mensual de homicidios en lo que va de 2024, todos coinciden en que ha habido un aumento. Una realidad que contrasta con la publicidad distrital del Plan Titán 24 y una millonaria inversión reciente para contrarrestar la criminalidad. 

Los crímenes más recientes 

Es miércoles 17 de abril. Son las 10:30 de la mañana. Vuelven a sonar las balas en Cartagena. Esta vez en la diagonal 29 del barrio Nuevo Bosque. La víctima fatal es Jorge Navarro González de 52 años. 

Su cuerpo está tendido sobre la entrada de una casa, a pocos pasos de su residencia y, en medio de los gritos desesperados de sus familiares, un allegado se acerca para confirmar que los dos balazos, uno en la cabeza y otro en el brazo, acabaron con su vida. 

Navarro era comerciante y prestamista, según le dijeron a medios locales varios de sus vecinos. El ataque en su contra lo ejecutó un hombre que lo abordó a pie y que escapó del lugar en una motocicleta donde lo esperaba  otro sujeto a escasos metros.

El Instituto Distrital de Acción Comunal de Cartagena rechazó esa muerte: Navarro, además de comerciante y prestamista, era miembro de la Comisión de Convivencia y Conciliación de la Junta de Acción Comunal del barrio Nuevo Bosque.

La escena es la última de una serie de crímenes que convierten a esta tercera semana de abril en la más violenta del año. Antes del homicidio de Jorge se registraron dos el martes y seis el lunes. 

Esta reciente racha de muertes a bala empezó cerca de la una de la madrugada del lunes 15 de abril, cuando las autoridades atendieron el llamado desesperado de los habitantes del barrio 3 de Junio, cerca de Henequén, sector aledaño a la zona industrial de Mamonal.

En un callejón enmontado de ese barrio un sicario les disparó a quemarropa a Ever Augusto Gómez González y Marlon Jesús Olascoaga González. Los dos eran amigos y habían estado departiendo desde la noche del domingo hasta la madrugada del lunes, cuando fueron atacados.

Olascoaga, de 25 años, recibió dos disparos en la cara que lo mataron al instante. Mientras que su amigo Ever, de 45 años, fue trasladado a un centro asistencial cercano donde falleció por las heridas que recibió en la espalda.

A las 2:30 de la madrugada, en la Avenida del Consulado, detrás del centro comercial La Castellana, sicarios en una motocicleta se acercaron al carro en el que se movilizaba Kevín Salas Berrio, de 30 años, y le dispararon a él y a una mujer que lo acompañaba. Salas murió en el lugar del ataque y su acompañante se recupera en una clínica de la ciudad, según reportó la Policía.

A eso de las 6:00 de la mañana la Policía Metropolitana atendió otro homicidio. Se registró en el sector Ricaurte del barrio Olaya Herrera. En una vivienda de esa zona fue asesinada María del Pilar Elles Castro, de 42 años.

Una de las hermanas de Elles Castro la encontró tendida en la cama, desnuda y con una herida de bala en la cabeza. Las autoridades investigan si, antes del asesinato, la mujer fue abusada sexualmente.

No habían pasado cinco horas del hallazgo del cuerpo de María del Pilar, cuando otro hecho de sangre marcó la jornada. A las 10:50 de la mañana dos hombres en moto le dispararon siete veces a Johandy González Padilla, mientras se disponía a zarpar la lancha en la que transportaba pasajeros desde un muelle en la Avenida del Lago, frente al Mercado de Bazurto, hacia la Isla de Tierrabomba.

El lanchero fue remitido de inmediato a un centro asistencial y después de varias intervenciones quirúrgicas falleció. El parte médico indica que la mayoría de los disparos se alojaron en las piernas y uno de ellos pudo alcanzarle la arteria aorta. González, de 31 años, murió a las 7:00 de la noche del lunes.

Casi dos horas después, a las 8:55, Leonardo Fabio Melendez Madera recibió seis disparos. Dos hombres que lo ubicaron en un establecimiento de expendio de licor en Membrillal, cerca de la zona industrial, le dispararon y huyeron del sitio. Aunque fue llevado de urgencias al hospital de Arroz Barato, llegó sin vida.

Toda esa seguidilla de muertes aumenta la presión ciudadana por resultados distritales. Ya pasó el primer trimestre del gobierno Turbay y aún su política pública de seguridad Titán 24 no impacta de manera significativa las estadísticas de homicidios, pese a las medidas de control en sitios nocturnos, restricción de la movilidad en algunos puntos de la ciudad y captura de implicados en robos o estafas.

Incluso, el mismo mandatario reconoció que es “más mediático el accionar delictivo fraguado”, que varias de las acciones de su administración.

La reciente inversión de Titán 24

Al ser una de las banderas de Turbay, el Plan Titán 24 comenzó el año con inversión garantizada para nombrar a una cabeza estratégica que trace las acciones de esa política pública y también para una primera inyección de recursos a la Policía.

El alcalde nombró al general retirado Carlos Rodríguez Cortés, responsable de trabajar con la Policía Metropolitana de Cartagena y Distriseguridad en contra de la criminalidad.  Y también con la Secretaría del Interior y la Oficina de Espacio Público para ponerles orden a zonas con problemas de convivencia, por turismo sexual, ruido y consumo de licor, como el Centro Histórico.

La vinculación del general Rodríguez se dio como asesor de alta confianza, a través de una orden de prestación de servicios, a 11 meses, por $154.000.000 

Esa asignación mensual de $14.000.000, hasta diciembre próximo, excede los topes distritales para el pago de contratistas en Cartagena, pero el gobierno Turbay la justificó por la trayectoria altamente calificada de Rodríguez para dirigir la política local contra el crimen, tal como lo establece el decreto presidencial 2785 de 2011 (que permite remuneraciones excepcionales como esa).

Y Rodríguez tiene perfil altamente capacitado porque prestó servicios en la Policía durante 36 años, recibió 162 condecoraciones y se desempeñó, entre otros cargos, como director de Seguridad Ciudadana, director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, y comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, Cauca y la Metropolitana de Cúcuta. Además, llegó a la cima de su carrera como general.

Después del nombramiento de una cabeza altamente calificada para Titán 24, el gobierno Turbay invirtió $14.268 millones en dotación policial que le compró a la empresa Infotic SA.

 

 
 
 
 
 
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Con esa suma, el Distrito adquirió motos, drones y chalecos antibala, a través de un contrato que firmó, de manera directa, Distriseguridad. Ese es un establecimiento público adscrito a la Alcaldía que trabaja en pro de la seguridad y la convivencia de Cartagena. 

Turbay le entregó la dotación a la Policía, el pasado 27 de marzo, en una ceremonia celebrada en el Camellón de los Mártires, con la presencia de su aliado político y cabeza del partido En Marcha que lo avaló a la Alcaldía, Juan Fernando Cristo. El exsenador y exministro del Interior no ocupa cargo alguno en el Distrito de Cartagena.

La Alcaldía informó que con la dotación entregada, la Policía  podrá responder de manera “más rápida y coordinada ante emergencias”, así como realizar “patrullajes preventivos y labores de inteligencia”.

“Que los bandidos se preparen: ¡vamos por ellos!”, dijo un enérgico Turbay. La violencia de mediados de abril, sin embargo, demuestra que Titán 24 aún no baja la curva de homicidios, que son los delitos más mediáticos y de mayor impacto en la percepción ciudadana sobre la seguridad.

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