fbpx
Después de 15 años de gestión con el guiño presidencial, por primera vez el charismo administra Barranquilla sin el Palacio de Nariño como aliado. /Foto: Tatiana Velásquez

Cinco retos que le esperan al próximo inquilino del Paseo Bolívar

El próximo gobierno de Barranquilla recibirá una ciudad con mejores indicadores de pobreza, pero con cifras rojas en seguridad y movilidad. Hay alertas por la salud de las finanzas distritales y la ejecución de proyectos clave de infraestructura.

Alejandro Char, el cantado ganador de las elecciones de este 29 de octubre y próximo alcalde de Barranquilla desde el primero de enero de 2024, según todas las encuestas, gobernará en medio de un ambiente poco favorable pero con la popularidad todavía alta. 

A diferencia de sus dos mandatos anteriores (2008-2011 y 2016-2019), cuando era visto como una joven promesa política y un eficiente ejecutor, llega a este tercer periodo en medio de ensordecedores ruidos por cobro de coimas, con su hermano el exsenador Arturo Char tras las rejas por una investigación de corrupción electoral que lo involucra y sin un Gobierno Nacional aliado. 

La Contratopedia Caribe presenta cinco de los retos prioritarios para el tercer gobierno de Char, después de 16 años de mandato de su grupo en esta capital y de una notoria transformación de la infraestructura barranquillera.

 

 
 
 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

Una publicación compartida de La Contratopedia Caribe (@lacontratopediacaribe)

La seguridad sigue en rojo

Por años, Barranquilla y su Área Metropolitana han sido un territorio en disputa por el control de rentas ilegales, como el microtráfico y la extorsión. Esa guerra que protagonizan Los Costeños y el Clan del Golfo es cada vez más visible en las calles. El semestre pasado hubo siete masacres en el Área Metropolitana, dos de ellas ocurrieron en esta capital.

Uno de los delitos que más golpea a Barranquilla y a su Área Metropolitana desde hace años, pero que aumentó considerablemente los últimos meses, es la extorsión. 

Solamente en Barranquilla las denuncias pasaron de 69 el primer semestre del año pasado a 362 el primer semestre de este 2023, según el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte.


Por ese delito, han sido recurrentes titulares en la prensa local de negocios cerrados o los transportadores públicos en zozobra: en menos de 10 días, tres conductores fueron asesinados en julio de 2022 y dos habían perdido la vida el segundo semestre de 2021.

En cuanto a los homicidios, Barranquilla tuvo una leve reducción al pasar de 188 el primer semestre de 2022 a 181 el semestre pasado. Sin embargo, ese número sigue siendo alto si se compara con años anteriores.


Tanto la extorsión como los homicidios  son delitos que también impactan a las poblaciones del Área Metropolitana.

Justo por esos indicadores en rojo en Barranquilla y los cuatro municipios metropolitanos (Soledad, Malambo, Puerto Colombia y Galapa), el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte ha sugerido abordar la seguridad con enfoque metropolitano porque lo que en los territorios vecinos pase, la capital del Atlántico lo siente por ser el polo económico del departamento.

Además, las medidas que adopten o no los gobiernos municipales en materia de seguridad también inciden en Barranquilla. Especialmente, lo que hagan los dos municipios más poblados (Soledad y Malambo), con institucionalidad deficiente y gobiernos altamente politizados.

Superación de pobreza: el 36% de Barranquilla Área Metropolitana es pobre

Si bien entre 2008 y 2017, Barranquilla redujo sus indicadores de pobreza a la mitad, todavía las cifras son altas. La reciente medición del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) muestra que el 36% de los habitantes de Barranquilla Área Metropolitana (Barranquilla más Soledad) es pobre y de ese grupo casi el 11% está en pobreza extrema.

El reciente reporte del Dane revela que el año pasado Barranquilla Área Metropolitana bajó casi cuatro puntos porcentuales en pobreza porque pasó de marcar 39.4% en 2021 a 35.7% en 2022. Es decir, cerca de 63.000 personas dejaron de ser pobres.

El próximo gobierno local tiene el reto de seguir sacando a ciudadanos de la pobreza: hay 713.586 habitantes en Barranquilla Área Metropolitana que no ganan más de $410.000 mensuales para satisfacer sus necesidades básicas. 

De ese número, 217.254 están en pobreza extrema: no ganan, al menos, $210.000 mensuales y escasamente pueden comer.

La informalidad laboral también es un reto mayúsculo. El 54% de quienes viven en Barranquilla Área Metropolitana obtienen sus ingresos por fuera del mercado formal. Es decir, uno de dos trabajadores labora en negocios que no tienen registro mercantil, son trabajadores por cuenta propia o empleados sin prestaciones sociales.

Para el Dane, indicadores como la pobreza, la seguridad alimentaria y el empleo en Barranquilla deben medirse de manera metropolitana dadas sus estrechas relaciones físicas, económicas y sociales con Soledad. 

Es decir, desde 2005, esa entidad no entrega cifras como la pobreza de manera desagregada, asunto que genera malestar en el Gobierno Distrital.

El concepto de Barranquilla Área Metropolitana es inevitable por la expansión de esta capital hacia el sur y en dirección a Soledad y por el desarrollo socioeconómico desde mediados del siglo XX, que incluyó la construcción de infraestructura como el aeropuerto Ernesto Cortissoz, la terminal de transportes y la central de abastos.

Por esa dinámica, Soledad, como segundo municipio más poblado del Atlántico, depende de Barranquilla, en su rol de metrópoli. De allí que sea cotidiano que en Soledad duerman personas que trabajan en Barranquilla y viceversa.

Reducir el déficit fiscal y garantizar la sostenibilidad de la deuda

Una de las improntas del modelo de ciudad charista ha sido la millonaria inversión para modernizar escuelas, hospitales y escenarios deportivos; canalizar arroyos, construir parques y ampliar la malla vial. Esa locomotora de cemento ha funcionado gracias a un alto nivel de endeudamiento. 

De medio billón de pesos en 2008, la ciudad pasó a 2.7 billones de pesos de deuda en 2022, según cifras que la Alcaldía de Barranquilla le reportó al Ministerio de Hacienda.

Aunque la deuda no es en sí misma negativa, su sostenibilidad a mediano plazo comienza a generar alertas, entre diversas voces como Jaime Bonnet, gerente del Banco de la República en Cartagena; el economista y profesor de la Universidad del Norte Jairo Parada, y el director de Protransparencia Horacio Brieva

​​Ellos han resaltado, desde sus tribunas, que Barranquilla debe reducir sus gastos o aumentar sus ingresos si quiere disminuir el déficit fiscal y no comprometer su liquidez.

Los retrasos en los pagos de algunos convenios suscritos por el Distrito comienzan a ser conversación en redes sociales, incluso impulsadas por figuras locales que han tenido una relación fluida con los gobernantes locales durante la última década.


La próxima administración distrital recibirá una ciudad altamente endeudada y ante una dinámica de gasto superior al nivel de ingresos, el próximo gobierno de Barranquilla necesitará reorientar su manejo financiero para reducir el déficit fiscal y evitar la insostenibilidad de la deuda. 

Terminar obras de infraestructura que llevan más de un lustro en ejecución

Las ampliaciones de la Avenida Circunvalar, La Cordialidad y la calle 30 son obras que Alejandro Char contrató en su segunda administración, entre 2016 y 2019, y las recibirá aún inconclusas. 

Terminarlas será uno de los retos de su inminente tercer período, especialmente por las quejas recurrentes de congestión vehicular. 

A diferencia de otras intervenciones contratadas y ejecutadas en menos de un periodo de gobierno, es decir, cuatro años, estas obras comenzaron con una administración y casi seis años después aún tienen ejecución pendiente en concreto, asuntos hidráulicos y espacio público.

  • La calle 30 ya tiene un 98% de concreto y va en un 85% de instalación subterránea de redes de servicios públicos.
  • En la Circunvalar el Distrito aún debe comprar parte de los predios, por donde pasarán los carriles del segundo tramo de ampliación de esta avenida, entre las carreras 27 y 12A; el primer tramo, entre las carreras 38 y 27, ya tiene el concreto listo. 
  • En cuanto a La Cordialidad lleva 80% de concreto, 70% de construcción de andenes y 90% de obras hidráulicas. 

Los problemas de ejecución que han tenido esos proyectos por demoras en la adquisición de predios, la pandemia o líos jurídicos de los contratistas le han rayado al charismo su imagen de ejecutores eficientes

Además, dos de esas criticadas obras tienen detrás a los megacontratistas Julio Gerlein y Faisal Cure, señalados por la exsenadora Aida Merlano por haberle pagado coimas a Char por haberse ganado esos millonarios contratos. Recursos que, dijo Merlano, se usaron para las elecciones legislativas de 2018.

Mejorar la movilidad y fortalecer el transporte público 

Según la encuesta Pulso Social del Dane, movilizarse entre el hogar y el trabajo toma unos 47 minutos en Barranquilla, promedio que la convierte en la segunda ciudad con más tiempo de desplazamiento después de Bogotá, que es la capital y tiene cinco veces más habitantes (la proyección del censo para Bogotá está cercana a los ocho millones y para Barranquilla, 1.3 millones).

Otro de los retos mayúsculos del nuevo gobierno local será organizar el creciente tráfico vehicular, seguir consolidando el Sistema Integrado de Transporte Público y, especialmente, trabajar para que Barranquilla sea una urbe más amigable con sus peatones.

Durante el gobierno de Jaime Pumarejo, Barranquilla avanzó en la estructuración de su Sistema Integrado de Transporte Público, que a mediano plazo busca conectar con un mismo esquema tarifario los buses de Transmetro con los del transporte colectivo.

Desde marzo, hay nueve rutas del transporte colectivo que funcionan con la tarjeta SIBUS: los usuarios hacen transbordos por menos plata desde y hacia Soledad, Malambo y Galapa, municipios del área metropolitana.

Un sistema de transporte público más eficiente es una petición recurrente en Barranquilla, una ciudad donde el sistema masivo se quedó corto ante la alta demanda de pasajeros en el sur y Soledad; donde no hay un cobro regulado del servicio de taxi; el parque automotor, cercano a los 215.000 vehículos, congestiona cada vez más las vías e iniciativas como el uso masivo de la bicicleta no han prosperado, especialmente, por el clima y la falta de infraestructura vial.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a La Contratopedia Caribe

Share This