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La población más pobre en Barranquilla está concentrada en las localidades suroccidente, suroriente y metropolitana. /Foto: La Contratopedia Caribe

Las cifras de pobreza del Dane en Barranquilla que Pumarejo no reconoce

El gobierno de Barranquilla insiste en que la medición metropolitana, que incluye a Soledad, no es justa con los avances del charismo los últimos 14 años. Sin embargo, los resultados desagregados siguen mostrando una inseguridad alimentaria alta.

Las cifras sobre pobreza en Barranquilla, que el Dane viene mostrando desde el inicio de la pandemia, no tienen contento al alcalde Jaime Pumarejo. Tanto se ha negado a aceptarlas que, en entrevista con El Heraldo —medio del que es accionista—, deslegitimó los resultados por ser desfavorables e incluir a Soledad.

Allí dijo que las mediciones realizadas durante su administración “son radicalmente distintas”, sin detallar a qué mediciones se refería ni cuál había sido la metodología utilizada por su equipo de gobierno para ir en contravía del Dane, autoridad nacional en estadísticas de Colombia. 

Las nuevas cifras del Dane opacan los avances que, en reducción de pobreza, esta capital había logrado la última década y retan un modelo de gobierno al que Barranquilla le ha apostado desde 2008 con el charismo en la Alcaldía.

Aunque para este año el Dane anunció cambios en la muestra de sus mediciones, los resultados no prometen un panorama muy distinto sobre uno de los territorios colombianos más golpeados por el Covid-19 y con el 65% de los hogares sin las tres comidas diarias garantizadas.

Hambre, incluso, sin medir a Soledad 

Aunque Pumarejo no reconoce la elevada inseguridad alimentaria de Barranquilla, incluso sin Soledad ese indicador marca un número alto. La Contratopedia Caribe supo, por dos fuentes, que en una reunión celebrada el 1 de septiembre en Barranquilla, el alcalde conoció de manera preliminar los indicadores desagregados del Dane. Se los presentó el director de esa entidad Juan Daniel Oviedo.

Sin Soledad, las cifras exclusivamente desagregadas por el Dane para esa reunión —aún no son oficiales porque tienen factores poblaciones pendientes por calibrar— siguen mostrando a más del 50% de los hogares barranquilleros sin las tres comidas diarias garantizadas:  el promedio de núcleos familiares que pudo comer tres veces por día, entre enero y julio de 2020, fue de 44.5%. Durante ese mismo periodo, el indicador metropolitano marcó 32.5%.

En septiembre de 2020, el alcalde Jaime Pumarejo y el director del Dane Juan Daniel Oviedo se reunieron para revisar estadísticas sobre el impacto de la pandemia en Barranquilla.

Consultado sobre la posición de Pumarejo,  el director del Dane le dijo a La Contratopedia que la medición se viene haciendo de manera metropolitana desde 2005. 

 “Nos genera inquietud que cuando decíamos que Barranquilla Área Metropolitana (Barranquilla más Soledad) era uno de los territorios con menores indicadores de pobreza no había problema. Desde que comenzamos a mostrar una realidad distinta, entonces nuestra medición es problemática”,  manifestó.

Al menos cinco hechos explican esos desfavorables indicadores en pobreza y seguridad alimentaria.

Las cinco razones del hambre

La pandemia por coronavirus es la primera razón de las recientes cifras de vulnerabilidad de Barranquilla metropolitana, pues con el cierre de la economía los pobres pasaron a representar el 41% de la población.

La medición de pobreza monetaria, publicada en 2021, muestra que son 797.114 personas sin, al menos, $338.666 mensuales para comprar una canasta básica de alimentos ni costear otros bienes y servicios, como vivienda, ropa, educación, salud y transporte. De ellas, 246.345 están casi en la indigencia porque subsisten con menos de $152.410 mensuales. 

Ahora Barranquilla metropolitana tiene 177.421 personas más expuestas a la inseguridad alimentaria, pues en 2019 sólo tenía a 68.924 habitantes en esa situación. En otras palabras, esta capital pasó en 2019 de cuatro personas por cada 100 en pobreza extrema a 13 por cada 100 en 2020. 

Con esas cifras, Barranquilla metropolitana subió 15.6 puntos porcentuales en pobreza el último año, el aumento más alto entre las capitales colombianas analizadas por el Dane y aún mayor que su indicador de 2012, cuando marcaba 34.8%. 

La situación sería aún más dramática sin los programas nacionales y locales de asistencia económica y alimentaria, como Ingreso Solidario, Alimentación Escolar (PAE), Centros de Vida en Casa y subsidios distritales, que cobijan a casi 35.000 barranquilleros.

La segunda razón detrás del aumento de la pobreza es el alto flujo migratorio de ciudadanos sin recursos, la mayoría de ellos venezolanos. 

Barranquilla, con unas 100.000 personas residiendo en sus barrios y su área metropolitana, es la tercera ciudad colombiana receptora de venezolanos y la cuarta con mayor presencia de población sin documentación regular, según datos de la Alcaldía.

La tercera razón son los ingresos laborales, mucho más bajos que los del promedio nacional. Mientras la media mostró un ingreso mensual de $1.325.587, entre enero y septiembre de 2021, en Barranquilla fue de $951.703. Incluso, en 2019, esa suma era más alta en esta capital ($1.007.441). 

Es decir, Barranquilla pudo reaccionar rápidamente a la reactivación económica tras la cuarentena y el cierre de la economía, pero no ha podido aumentar los ingresos de sus hogares a las sumas previas a la pandemia.

Y esos ingresos por debajo del promedio nacional se reflejan también en un bajo Indicador de Confianza del Consumidor. Con un 32.8, Barranquilla metropolitana ocupó el penúltimo lugar entre 23 ciudades medidas por el Dane en la más reciente Pulso Social

Ese índice mide el grado de optimismo de los consumidores sobre el estado general de la economía y su situación financiera personal. Su rango va de 0 a 100: menos de 50 es un panorama pesimista y más de 50, optimista.

En esa encuesta, además, la mayoría de jefes de hogar de Barranquilla (68%) dijo no tener muchas posibilidades para comprar ropa o alimentos,  mientras que el 26% aseguró no tener ingresos para ahorrar.

La cuarta razón tiene que ver con el tamaño de los hogares y el costo de vida. Según la Encuesta de Calidad de Vida (ECV), el tamaño promedio del hogar urbano en Colombia es de 3,07 personas, mientras que en Atlántico es de 3,81, el segundo más alto del país después de Vaupés.

En cuanto al costo de vida, medido a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), Barranquilla marcó 7,27 en noviembre pasado, por encima del 5,62 nacional. Es decir, la canasta básica de alimentos aumentó más en esa capital que en las otras tres ciudades principales (Cali, Bogotá y Medellín).

La quinta razón es la densidad poblacional de Barranquilla metropolitana, un territorio que el Dane reconoce como el habitado por casi dos millones de personas: 1.297.082 en Barranquilla y 677.070 en Soledad, según las proyecciones de esa entidad para 2021.

“No hay forma matemática de decir que, si quitamos a Soledad de la medición, no va a haber problemas de seguridad alimentaria en Barranquilla, porque por cada tres personas que viven en ese territorio metropolitano, solo una vive en Soledad”, le explicó el director del Dane a La Contratopedia.

La medición metropolitana 

Para el Dane, indicadores como la pobreza, la seguridad alimentaria y el empleo en Barranquilla deben medirse de manera metropolitana dadas sus estrechas relaciones físicas, económicas y sociales con Soledad.

El concepto de Barranquilla metropolitana es inevitable por la expansión de esta capital hacia el sur y en dirección a Soledad, con urbanizaciones obreras, y por cuenta de su desarrollo socioeconómico desde mediados del siglo XX, que incluyó la construcción de infraestructura como el aeropuerto Ernesto Cortissoz, la terminal de transportes y la central de abastos.

Por esa dinámica, Soledad, como segundo municipio más poblado del Atlántico, depende de Barranquilla, en su rol de metrópoli. De allí que sea cotidiano que en Soledad duerman personas que trabajan en Barranquilla y viceversa.

Una realidad similar a la de otras urbes principales del país, como Medellín (Valle de Aburrá), Cali (Yumbo), Bucaramanga (Floridablanca) y Manizales (Villamaría). 

Además de continuar con las mediciones metropolitanas, desde este año el diseño muestral de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) le permitirá al Dane separar los resultados de Barranquilla y Soledad, porque habrá un aumento en la muestra con respecto a las anteriores mediciones, basadas en un marco metodológico de 2005. 

La GEIH mide, entre otras variables, empleo, fuentes de ingreso y características generales como sexo, edad, estado civil y nivel educativo. Sus próximos resultados saldrán en febrero y serán los primeros que el Dane calculará con datos del censo de 2018 y no con los de 2005, que usó hasta el año pasado.

El Dane evaluará los coeficientes de variación que arroje esa encuesta. Si son muy altos, esa entidad firmará un convenio con la Alcaldía de Barranquilla para destinar más recursos que le permitan ampliar aún más la muestra y contratar personal para la recolección de información.

Por lo pronto, el charismo saca pecho por la medición metropolitana de empleo. El último indicador muestra a Barranquilla con un dígito de población desocupada y con el mejor desempeño nacional. Evidencia de cómo la medición metropolitana del Dane funciona si arroja cifras favorables. De lo contrario, la Alcaldía no solo es capaz de negar las cifras sino, incluso, de minar la legitimidad de la institución que las midió.

2 respuestas a “Las cifras de pobreza del Dane en Barranquilla que Pumarejo no reconoce

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