fbpx
El estado de las finanzas distritales ha generado dudas recientemente por las continuas denuncias de pagos retrasados a los contratistas. /Foto: Alcaldía de Barranquilla.

Pumarejo deja la Alcaldía en medio de dudas por salud de finanzas distritales

La suspensión del servicio de energía en cuatro escuelas públicas aumenta los interrogantes sobre el estado de las arcas de Barranquilla. Un reciente estudio muestra que esa capital tiene el reto de garantizar la sostenibilidad de su deuda pública.

Súmate a Mi Lupa, el programa de membresías con el que La Contratopedia Caribe busca el apoyo ciudadano para seguirle el rastro a la contratación pública. Con tu aporte ayudas a un medio de comunicación regional, que desde 2019 le pone rostro a la plata pública en Bolívar, Cartagena, Barranquilla y Atlántico. Gracias por respaldar este proyecto. Aporta aquí.

Jaime Pumarejo ya se despidió este miércoles de los barranquilleros con un emotivo video. Sin embargo, termina su mandato como alcalde en medio de dudas sobre la salud de las finanzas públicas de Barranquilla.

Quejas de los trabajadores de los escenarios deportivos y del operador del Centro de Bienestar Animal por falta de pago, y la suspensión del servicio de energía en cuatro escuelas públicas evidencian problemas financieros al cierre de su gestión.

Esos tres hechos se suman al tsunami ciudadano que desató el alza en los impuestos de alumbrado público e industria y comercio. Alzas con las que Barranquilla busca aumentar los ingresos que administrará Alejandro Char, padrino político de Pumarejo.

Las quejas se multiplican

Aunque con anuncios y balances de fin de año la Alcaldía de Barranquilla ha intentado bajarle el tono a sus problemas financieros, en lo que va de diciembre se han multiplicado las denuncias de contratistas que llevan meses sin recibir recursos distritales.

Entre los primeros en denunciar estuvieron los trabajadores de los escenarios deportivos, por los que Barranquilla suele sacar pecho tras sus millonarias inversiones en infraestructura pública desde el inicio de la era Char (2008). Hasta la semana pasada, los contratistas reclamaban el pago de sus honorarios de octubre, noviembre y diciembre. 

De hecho, por la falta de pago oportuno protestaron el 22 de diciembre en el estadio de béisbol Edgar Rentería y no permitieron que se celebrara el partido entre los equipos Tigres y Leones, programado desde las 2:00 pm de ese día.

La oficina de prensa de la Alcaldía le dijo a La Contratopedia Caribe que el Distrito ya pagó los honorarios de octubre y está por desembolsar los correspondientes a noviembre y diciembre.

Uno de los trabajadores de los escenarios deportivos le confirmó el pago a La Contratopedia y dijo que aún esperan el giro del resto de recursos. Todavía no hay una fecha definida. 

La segunda denuncia por falta de pago afecta la operación del Centro de Bienestar Animal, ubicado en el corregimiento de Juan Mina e inaugurado el semestre pasado por el gobierno de Pumarejo con la promesa de convertir a Barranquilla en una ciudad protectora de sus animales, sobre todo de aquellos sin hogar.

El operador es la Fundación Cuidado Animal (Funcuan), que asegura no recibir recursos de la Alcaldía y haber operado hasta el 26 de diciembre pasado con músculo propio. 

Con ese dinero —publicó Funcuan— pudieron mantener una nómina de 30 empleados durante un semestre para garantizar los servicios de esterilización, desparasitación, valoración veterinaria y patrulla animal para emergencias. 

La Alcaldía no ha entregado información sobre los pagos atrasados que denuncia Funcuan, organización sin ánimo de lucro matriculada en Barranquilla desde 2009. Su representante legal es Néstor Montenegro Alfaro.

A través de un comunicado, el Distrito sólo dijo que seguía garantizándose “la atención básica transitoria en el Centro de Bienestar Animal”, mientras que “la gestión desde las unidades móviles de emergencia y esterilización se retomarán con la nueva vigencia”.  Es decir, con la llegada del gobierno de Char.

Este 28 de diciembre, dos días después de haber anunciado la falta de recursos, Funcuan anunció haber logrado un acuerdo con el entrante gobierno de Char y haber reiniciado sus labores como operador del Centro de Bienestar.

Mientras Funcuan no operó esa entidad, los servicios que prestó el Centro de Bienestar Animal fueron limitados, denunciaron defensores de los derechos de los animales en Barranquilla.

El tercer hecho denunciado, que involucra las finanzas del Distrito, lo dio a conocer la periodista Vanessa Saldarriaga. Se trata de la suspensión del servicio de energía en cuatro escuelas públicas, una de ellas el Megacolegio Pies Descalzos, en el corregimiento La Playa, donado al Distrito por la Fundación Pies Descalzos de Shakira.

Un portavoz de la empresa operadora de energía Air-e le dijo a La Contratopedia que las deudas en cuatro instituciones educativas (María Auxiliadora, Las Nieves, Alexander Von Humboldt y Pies Descalzos) suman $7.725 millones. 

 

Vía comunicado de prensa, Air-e informó que “con mediación del alcalde electo Alejandro Char” comenzó a restablecer el servicio de energía en las cuatro escuelas, 24 horas después de su suspensión.

Horas antes, la Alcaldía había reconocido su deuda a través de un comunicado. El gobierno de Pumarejo lamentó “el corte de energía”, pese a haber demostrado voluntad de pago abonando, recientemente, $900.000.000 y haber pagado $2.100 millones adicionales, que deben reflejarse hoy (28 de diciembre) en las cuentas de Air-e.

El Distrito también dijo que presentó una reclamación ante esa empresa porque le ha retenido $9.000 millones correspondientes al impuesto de alumbrado público, que debería haberle girado para la operación y mantenimiento de ese servicio. 

Esta retención de recursos —dijo la Alcaldía— ha afectado la operación del alumbrado público los últimos meses y con ella Air-e busca hacer un “cruce de cuentas” para que el Distrito salde su deuda.

Las dudas por las finanzas distritales

Las recientes denuncias por pagos impuntuales han revivido las dudas por el estado de las finanzas de Barranquilla, cuyo endeudamiento se ha duplicado desde 2008: de medio billón de pesos ese año, la ciudad pasó a 2.7 billones de pesos de deuda en 2022, según cifras que la Alcaldía le reportó al Ministerio de Hacienda.

Si bien hasta ahora el desempeño fiscal de la ciudad va bien, según la reciente medición del Departamento Nacional de Planeación (DNP), y su calificación sigue siendo buena (Fitch Ratings), la sostenibilidad a mediano plazo de su deuda es un tema de debate recurrente. También la liquidez del Distrito.

Por ejemplo, en una reciente publicación del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), del Banco de la República de Cartagena, los investigadores Jaime Bonet-Morón, Jhorland Ayala-Garcia y Juan Manuel Patiño-Osorno explican que, aunque Barranquilla logró sanear sus finanzas entre 2008 y 2016, desde 2017 han surgido retos en materia de sostenibilidad de la deuda que pueden poner en riesgo sus avances. 

En el documento ‘La gestión fiscal de Barranquilla, 2000 – 2021’, los investigadores del Banco de la República analizan el comportamiento de las finanzas distritales durante las últimas dos décadas, en tres periodos: los años difíciles, que llevaron a la ciudad a la quiebra (2000-2007), el periodo de la recuperación (2008-2016) y una tercera fase de desafíos para lograr una consolidación fiscal, que va de 2017 a 2021.

“Las reformas institucionales que reforzaron la planeación, diseño y ejecución de proyectos le han permitido a Barranquilla ejecutar gastos por encima de sus ingresos, generando déficits fiscales continuos en los años posteriores a 2008”, dicen.

Esos déficits han sido cubiertos, principalmente, con deuda y han experimentado un crecimiento acelerado desde 2017, “que pone en entredicho la sostenibilidad de este modelo de crecimiento de gasto”.

Por eso, a partir de un ejercicio de simulación y proyección basado en datos de la Secretaría de Hacienda de Barranquilla, los investigadores dicen que la ciudad requerirá hacer un ajuste en el gasto fiscal o buscar alternativas de ingresos propios.

Entre esas alternativas de ingresos están “usar nuevamente la contribución de valorización, implementar el recaudo de plusvalía, la titularización de impuestos futuros (TIF) o ingresos por multas de tránsito, peajes y estacionamientos, para evitar caer en una situación de insostenibilidad en el mediano plazo”. 

“Sería lamentable volver a una situación semejante a la que originó el acuerdo de reestructuración de pasivos que logró cumplirse a cabalidad en 2017”, relatan los investigadores en referencia al acuerdo al que el Distrito debió acogerse en 2002 por $594.893 millones, después de años de malos manejos financieros.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a La Contratopedia Caribe

Share This