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Centro Histórico de Cartagena
Algunos de los cambios del Centro Histórico deberán pasar por el Concejo Distrital. /Foto: Antonio Canchila García

“El Centro Histórico va a ir migrando a un turismo más comunitario y menos extractivo”: María C. Peñas

Cartagena reinició hace un mes sus actividades económicas, centrada otra vez en el turismo y bajo la promesa de hacer algunos cambios a un modelo sobre el que ha construido, los últimos 50 años, parte de su identidad como ciudad.

*Esta entrevista forma parte de la serie ‘Pensar el territorio, pensar lo que viene’.

Desde el 1 de septiembre, Cartagena empezó la reactivación de su actividad turística, paralizada desde marzo, cuando la pandemia por coronavirus frenó la economía del país. 

Esa reactivación se inició con la llegada y salida de vuelos comerciales en el Aeropuerto Internacional Rafael Núñez, con la reapertura del Centro Histórico, con el funcionamiento de los restaurantes en espacios abiertos y, desde el 1 de octubre, con el retorno de bañistas a las playas que son, quizá, el segundo atractivo de esta capital, después de su corralito de piedras.

Las recientes medidas de reapertura coinciden con un aumento de positivos —esta semana, Cartagena registró 224 casos en un día—, con la eliminación de la medida de ‘pico y cédula’ y con algunas voces que desde la academia piden una reorientación del modelo turístico de la ciudad. Pese al riesgo latente de un rebrote las próximas semanas, gremios como el turístico y comercial, que están entre los más golpeados por la emergencia sanitaria, dicen que la reapertura era urgente. 

Sobre el doble desafío de impulsar la economía, con el turismo como punta de lanza, sin que Cartagena vuelva a ocupar los primeros lugares de contagios y muertes por coronavirus, La Contratopedia Caribe entrevistó a la politóloga María Claudia Peñas Arana, asesora de la Alcaldía para la reapertura y reactivación en tiempos de emergencia sanitaria.

Peñas Arana, magíster en procesos urbanos y ambientales, llegó al gobierno distrital en junio, después de dirigir durante siete años el programa ‘Cartagena Cómo Vamos’.

 María Claudia Peñas. 

La Contratopedia Caribe.  Desde el 1 de septiembre empezaron a llegar los vuelos comerciales nacionales a Cartagena y desde el 19 los internacionales, ¿qué tanto han aportado a la reactivación turística esos vuelos comerciales?

María Claudia Peñas. Antes del primero de septiembre, Cartagena había reabierto más del 86% de su economía, nos quedaba un 14% pendiente, entre esas actividades estaban los restaurantes y el turismo.

Durante los primeros diez días de reapertura turística, que iniciamos con la atención en mesa de los restaurantes, Cartagena recibió más de 160 vuelos con más de cinco mil pasajeros, que podríamos decir son la llave para la reactivación del turismo.

Sabemos que el comienzo es un poco lento, pero el impacto que tiene traer nuevos turistas, sobre todo los internacionales, va a ser muy grande.

De acuerdo con Cotelco, las pérdidas del sector hotelero de la ciudad en el segundo trimestre de 2020 fueron cercanas al billón de pesos, con una ocupación menor al 2% a corte de agosto, lo que representa una disminución mayor al 90%. Más de 37.400 familias dependen de actividades relacionadas con alojamiento y servicios de alimentación, por lo que es clave recuperar este tejido social y empresarial. 

A 15 días de haber iniciado esta apertura con atención en mesa, hemos visto muchos más restaurantes abrir: ya pueden tener venta de licor y el horario se amplió para apoyar esta reactivación.

LCC. Después del Centro Histórico, las playas son el otro gancho para venir a Cartagena, ¿cómo está estructurado el protocolo de apertura de playas? ¿Cómo será el ingreso, la estadía y la salida?

MCP. El protocolo de bioseguridad de playas es quizá uno de los más estrictos: exige que la playa esté cercada y que tenga un control de ingreso y salida, puntos de desinfección cada 100 metros, personal controlando todo, no solamente la reserva. Es un cambio enorme, porque uno está acostumbrado a tomar la toalla e irse a la playa, adonde a uno le provoque, a asolearse o entrar al mar.

Con este protocolo no se puede hacer eso, hay que reservar. La playa tiene unos módulos familiares y sociales, donde caben máximo seis personas, que tienen que estar previamente identificadas en la plataforma web en la que se hace la reserva. Ahí se deberá seleccionar a cuál playa quiere ir, a cuál módulo de los que estén disponibles. Hay dos horarios de atención: uno de cuatro horas en la mañana y luego cuatro horas por la tarde para que dé tiempo de desinfectar todos los elementos. Los prestadores de servicios van a estar en una zona específica. 

El protocolo estipula las zonas de ingreso, de servicio y relajación, que son esos cubículos o módulos donde van a estar las personas descansando, lejos, a dos metros de distancia del siguiente módulo. Cada módulo mide cuatro metros cuadrados.

Estamos haciendo todas las intervenciones necesarias para abrir el piloto de Bocagrande, donde vamos a tener más de 360 módulos, cada uno con capacidad para atender a 6 personas y en Bandera Azul, que cumple con estándares internacionales, casi 100 módulos habilitados para operar (Esta playa es la que empezó a funcionar este 1 de octubre). 

En total vamos a tener capacidad para atender a casi tres mil personas con todas las separaciones y medidas de bioseguridad disponibles. Vamos a tener gestores heroicos en la entrada y al interior de las playas, garantizando que los protocolos de bioseguridad se cumplan, adicional al acompañamiento de la Policía de Turismo, permanente el cumplimiento de horarios y del orden público dentro de la playa.

Todavía no se ha autorizado la venta de licor en la playa, pero mientras tanto se va avanzando con la venta de alimentación y otras bebidas, que no incumplan con todos los temas de bioseguridad.

LCC. ¿Cómo funciona ese sistema de reservas para ir a la playa? ¿Cuánto tiempo pueden estar los bañistas en ella?

MCP. Son cuatro horas en la mañana y cuatro horas en la tarde las que podrán disfrutar quienes quieran ir a las playas. La idea es que las personas entren a la página web reservadeplayas.cartagena.gov.co para reservar. Ahí van a poder decir si quieren ir en la mañana, de 9 al mediodía, o en la tarde, de 2 a 5, lo que no va a pasar es lo que hacíamos antes de pasar todo el día en la playa y almorzar allá. A cierta hora ya le van a pedir a los visitantes que se retiren para iniciar el proceso de desinfección.

Además de esa página vamos a habilitar mecanismos adicionales, como una aplicación y un call center para que cualquier persona pueda reservar, incluso la gente que no tenga internet.

LCC. Suena un poco complejo eso de tener que hacer una reserva para ir a la playa. ¿Cómo harán los cartageneros que no tengan cómo reservar por el sitio web de la Alcaldía?

MCP. Parte del piloto de abrir playas en Bandera Azul, en la zona de La Boquilla, también es poner a pruebas los sistemas de reserva. En este momento tenemos una plataforma web de libre acceso para que lo cartageneros y visitantes a la ciudad puedan reservar de manera gratuita uno de los módulos disponibles.

Sin embargo, entendemos que esta herramienta no llega a todas las personas tanto de Cartagena como del exterior, por lo que necesitamos tener muchas más opciones y ya estamos trabajando, no solamente en un call center, sino también en puntos físicos donde las personas puedan ir y solicitar apoyo para realizar esta reserva. La idea es habilitar esos puntos en las tres localidades de la ciudad y, cuando tengamos más franjas de playa habilitadas, poder ingresar a las mismas.

Muy pronto estaremos dando a conocer estas medidas, que esperamos acerquen a los ciudadanos a sus playas y hagan el proceso de reserva accesible para todos. 

LCC. Con la reactivación de la venta de licor en algunos espacios, ¿queda entonces habilitado el tradicional paseo en chiva, que es una rumba con trago? ¿Qué pasará con los paseos en coche?

MCP. El Departamento de Tránsito y Transporte presentó el proyecto y el alcalde expidió el decreto para la reactivación de los coches, después de conversaciones con Corpoturismo y los cocheros para delimitar los puntos de estacionamiento y las rutas que van a seguir. 

En el caso de las chivas, muchos operadores turísticos han iniciado pruebas piloto. Las autoridades han estado acompañando para verificar que los protocolos se están cumpliendo. La chiva no es propiamente un bar, por lo tanto no tiene autorización para vender o consumir licor porque es un vehículo que está en la vía. 

Las chivas deberán garantizar los dos metros de distancia y mantener los grupos familiares o sociales de acuerdo con las reservas.

LCC. ¿La Alcaldía de Cartagena ha contemplado capacitación a operadores turísticos? Se lo pregunto porque en esa zona del Camellón de los Mártires, por ejemplo, es habitual ver aglomeraciones de turistas que llegan y son embarcados en los buses que hacen recorridos por varios puntos de la ciudad.

MCP. Sí, varios operadores turísticos han sido capacitados por el Dadis y el Sena. Además, el protocolo náutico exige que el ingreso a estas embarcaciones sea por reserva previa, lo que quiere decir que vamos a tener un control adicional, incluso afuera, para evitar aglomeraciones y garantizar que solamente estén llegando a los muelles autorizados para zarpar el personal que tiene reserva y en las cantidades que estén autorizadas para cada nave.

LCC. ¿En términos de números, que tantos restaurantes y demás locales comerciales han reabierto en el Centro Histórico, teniendo en cuenta que muchos de ellos debieron cerrar definitivamente?

MCP. Todavía se está haciendo el censo de cierre de negocios, algo absolutamente lamentable, pero durante los primeros 15 días de septiembre fueron más de 2.036 empresas registradas en el sitio web de la Alcaldía para abrir con sus protocolos de bioseguridad. Son empresas que se dedican a la prestación de algún tipo de servicio turístico, como agencias de viajes, hoteles y restaurantes. Muchas de esas empresas ya están operando. 

Por ejemplo, de los restaurantes sabemos que ya hay inscritos más de 1.100 y de una muestra de 400 que hicimos casi 300 dijeron tener espacios al aire libre para operar, muchos de ellos están en el Centro Histórico.

LCC. Una de las críticas que se escucharon hace algunas semanas por varios de los residentes del Centro Histórico es que la Alcaldía no los había tenido en cuenta en la reactivación económica. ¿Cómo está garantizando la Alcaldía Distrital la participación de los cartageneros que viven en el centro en todo este proceso?

MCP. En Cartagena, hemos sido muy cuidadosos al abrir, porque el Distrito todavía es un territorio de alta afectación, a pesar de los buenos resultados epidemiológicos que hemos demostrado. Adicionalmente, queríamos hacer esa reapertura escalonada, justamente, de la mano de los residentes, por eso tuvimos más de tres reuniones con ellos y distintos actores del Centro Histórico para conversar un poco sobre cómo iba a ser esta apertura, siendo muy claros que el Distrito no podía restringir la apertura de sectores que ya fueran aprobados por el Gobierno Nacional.

En ese sentido, la expectativa de algunos residentes era que el Centro Histórico permaneciera cerrado y que no se reactivara absolutamente nada y eso legalmente no era posible.

Estamos trabajando en un piloto de cómo va a ser esta nueva forma de transitar por nuestro Centro Histórico, con cosas que han pedido no solamente los residentes, sino también los comerciantes, como iniciar la peatonalización de algunas vías y tener corredores culturales, migrando a un turismo mucho más comunitario, mucho menos extractivo y mucho más sostenible. 

LCC. ¿Esa reestructuración del Centro pasará por el Concejo? ¿Cómo se plantea la Alcaldía de Cartagena ese cambio del Centro Histórico?

MCP. Hay algunas disposiciones que deberán pasar por el Concejo Distrital en el marco del plan de reactivación, algunos temas relacionados con usos distintos del espacio público o adicionar espacio público del que se pueda tener aprovechamiento económico, pero hay otras disposiciones que se pueden hacer mediante decreto, dependiendo de la intervención que se vaya a hacer. 

Ya estamos avanzando en los proyectos de decreto y haciendo todas las revisiones jurídicas al respecto, pero primero queremos validar este proceso con la comunidad de todos los distintos grupos de interés que hacen parte del Centro Histórico.

LCC. Los días siguientes a la reapertura las cifras de contagios mostraron un aumento, ¿esos casos están relacionados directamente con la reapertura?

MCP. Todavía es muy pronto para saber, pero, además, los números han sido muy volubles de un día a otro. Cuando uno ve la tendencia de una o dos semanas, realmente, la variación no es muy significativa: seguimos teniendo muy buenos datos de bajos contagios y, sobre todo, de baja mortalidad, que era una preocupación aquí en Cartagena.

¿Qué estamos haciendo y cuál ha sido el factor de éxito de Cartagena? Primero, la estrategia PRAS (Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible) de rastreo y seguimiento a cada uno de los casos, liderada por el Dadis, pero sobre todo la estrategia de cultura ciudadana Barrio Heroico, orientada a la bioseguridad y el autocuidado, liderada por la escuela de Gobierno y la primera dama del Distrito. 

Esas estrategias, que van de la mano de la comunidad, trabajando hombro a hombro con los barrios, es lo que ha garantizado que en Cartagena el autocuidado esté aumentando cada día. 

Hoy tenemos más de 250 gestores heroicos, y vamos a tener Playas Heroicas y Centro Histórico Heroico. La idea es que esta estrategia se siga implementando para apaciguar el eventual rebrote. El reto es demorarlo lo más que se pueda mientras se sigue preparando a la comunidad y al sistema de salud, para cuando suceda no sobrepase las capacidades del sistema y no sea mayor al pico que tuvimos en julio.

LCC. La muerte de un visitante bogotano por coronavirus, a los pocos días de la reactivación de vuelos, mostró que tal vez el Distrito debe controlar aún más esos ingresos. ¿Qué medidas adicionales se están pensando para evitar que lleguen a la ciudad contagiados?

MCP. Antes del decreto del 1 de septiembre -que da paso a la reapertura turística-, la Alcaldía solicitó que las aerolíneas exigieran para ingresar a Cartagena, incluso a los viajeros en vuelos nacionales, el certificado de prueba negativa Covid. Esa solicitud fue negada por el Gobierno nacional, pero era una medida que consideramos pertinente, toda vez que Cartagena es el destino turístico por excelencia de Colombia y sabemos que la reactivación del turismo  inicia primero local, después nacional y luego internacionalmente. Desde el 19 de septiembre comenzamos a recibir vuelos internacionales.

Como no se pudo conseguir el certificado para vuelos nacionales, lo que estamos haciendo es fortalecer las estrategias de seguimiento y monitoreo a todas las personas que ingresan a la ciudad y también a los locales a través de la APP nacional CoronaAPP, adicionalmente con los centros de seguimiento que tiene el Dadis para hacer monitoreo a las personas que llegan periódicamente. Se hace en alianza con los distintos hoteles y la oferta turística habilitada.

LCC. ¿Y qué explicación dio el Gobierno Nacional para no aprobar esa medida?

MCP. No tenemos mayor información. Sabemos que en este momento en Colombia el único territorio que tiene autorizada la solicitud de prueba negativo para ingreso es San Andrés y Providencia, entendiendo las condiciones del archipiélago. Sabemos de otros municipios, como Barichara, por ejemplo, que también lo solicitó y también se lo negaron. Claramente, exigir esta prueba es un paso adicional y se puede ver como una traba adicional para que la gente vuele.

LCC. ¿Cómo ha estado la reactivación en los centros comerciales? ¿Cuántos locales comerciales han abierto? ¿La gente sí los está visitando o ha optado por seguir pidiendo a domicilio?

MCP. La gente ha salido un poco más y hubo un aumento, sobre todo con la ampliación del pico de cédula -vigente hasta el 30 de septiembre- y con la posibilidad de reservar. Los centros comerciales nos reportan que el tope que ellos tienen es del 30% de su capacidad total, pero nos comentan que están lejos de alcanzarlo y en el mejor momento del día muchos no llegan ni siquiera al 12% o 15% de su afluencia, lo que implica serias dificultades.

Ahora los centros comerciales están muy expectantes a la autorización de servicio de alimentos al interior de los restaurantes, porque las zonas de comida son unos de sus espacios más concurridos. 

LCC. ¿Ya el Distrito tiene información sobre cómo van las cifras de empleo con la reapertura?

MCP. No. Todavía es pronto para saberlo, lo vamos a saber con los reportes Dane, con la Encuesta Integrada de Hogares y los reportes que se hacen sobre la empleabilidad e informalidad, probablemente el próximo trimestre. 

Lo que sí sabemos es que los últimos sectores en abrir, que representaban quizá un mayor riesgo, son los que más empleos generan: los relacionados con comercio al por menor de bienes y servicios no esenciales, especialmente, el sector de servicios de alimentación y hoteles, y todo lo que hace parte de la cadena de turismo.

LCC. ¿Qué queda por reactivarse en la ciudad de Cartagena?

MCP. En este momento nos hace falta ampliar la operación de restaurantes y bares, ya no solo al espacio abierto, sino también en interiores; algunos hoteles en el área insular, porque ya tenemos 21 abiertos, y el desembarco también en el área insular, sobre todo en la zona de Parques Nacionales Naturales, donde apenas se están habilitando algunas áreas. Técnicamente, todas las actividades económicas en la ciudad se encuentran autorizadas.

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