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Prohibido enfermarse en Barú: comunidad espera que este año su centro de salud sí esté listo

Este esperado puesto de salud en la comunidad insular de Barú debe comenzar a funcionar este segundo semestre del año. /Foto: Ketty Roqueme

Prohibido enfermarse en Barú: comunidad espera que este año su centro de salud sí esté listo

Pese a ser uno de los destinos más concurridos de Cartagena, el corregimiento de Barú es uno de los más atrasados. No tiene una infraestructura sanitaria digna. Desde 2015 esperan que la Alcaldía termine una obra prometida.

Esta historia forma parte de la serie ‘Así van los cinco ‘elefantes blancos’ de la salud priorizados en Cartagena’.

“Barú no es solo sol, playa y brisa. Aquí también hay una comunidad negra con muchas necesidades”. 

Con estas palabras, el líder comunitario Féderman Vargas le reclama a la Alcaldía de Cartagena por el abandono histórico de este concurrido balneario, a menos de una hora por carretera de La Heroica, que les ofrece a los turistas mejores condiciones de infraestructura que a sus propios habitantes.

Por años los nativos han luchado por la construcción de un puesto de salud digno. Hoy reciben atención médica en una pequeña casa, que solo funciona una vez por semana, media jornada los viernes, para consultas generales.

Si se enferman y necesitan atención médica de mayor complejidad, los habitantes de Barú deberán desplazarse a territorios vecinos, como el corregimiento de Santa Ana, a 20 kilómetros de distancia, o a Cartagena, cuyo transporte oscila entre los $100.000 y $200.000 por trayecto.

“Ojalá, Dios quiera, que para el 31 de diciembre de 2022 el centro de salud esté ofreciendo su primera consulta. Aquí el que se enferma tiene una sentencia de muerte”, le dijo Victor Fuentes, miembro del Consejo Comunitario de Barú, a La Contratopedia Caribe.

 

 
 
 
 
 
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La nueva promesa de la Alcaldía

El Centro de Atención Primaria de Barú, uno de los cinco proyectos inconclusos que el gobierno de Dionisio Vélez dejó en 2015 y que la administración de William Dau priorizó para terminar antes de 2023, debe estar listo a finales de agosto, proyecta el contratista de la obra, Consorcio Salud Caribe 2020

En 2020 el gobierno Dau había anunciado el reinicio de esas obras, pero terminó siendo un proceso fallido.

Este puesto de salud tiene un área de 1.100 metros cuadrados, repartidos en dos pisos. Aquí, la comunidad deberá contar con diversos servicios médicos, como urgencias, consultas generales, vacunación, toma de muestras y odontología.

La Alcaldía invierte en esa obra $9.349 millones. 

A diferencia de los demás puestos de salud, el contratista de Barú enfrenta dos retos: primero, debe garantizar el transporte de los materiales a esta península, en territorio insular, desde el casco urbano de Cartagena, al menos a una hora por carretera o 40 minutos por mar.

Y segundo, debe construir con PVC relleno de concreto, para que la obra sea más resistente al salitre. 

El Consorcio Salud Caribe comenzó los trabajos a comienzos de marzo de 2022. En ese momento, la obra apenas tenía un 40% de ejecución. Hoy va por el 70%.

A ese privado el contratista original, la empresa barranquillera Coinses, le cedió los trabajos por una inhabilidad de la Procuraduría.

Los elefantes blancos de Dionisio

En 2015, la administración Distrital demolió el puesto de salud de Barú, que se ubicaba en el terreno donde el Consorcio Salud Caribe construye uno nuevo. 

Vélez demolió con la promesa de tener lista una moderna infraestructura en pocos meses. No cumplió. Poco después de la demolición, las obras fueron suspendidas y desde 2015 la estructura de hierro se fue deteriorando.

La historia del centro de salud de Barú se repitió en los otros 24 contratados por Vélez, por casi $100.000 millones. No terminó ninguno de ellos y fueron los alcaldes que lo reemplazaron quienes pudieron entregar nueve de esas intervenciones. Aún faltan 16.

Todas los puestos de salud distritales quedaron paralizados por una seguidilla de líos legales, administrativos y financieros. La Alcaldía los contrató sin haber hecho una buena planeación: por ejemplo, no legalizó los títulos de los terrenos ni gestionó las licencias de construcción. 

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