Esta megaobra busca mejorar la prestación del servicio de agua potable en Barranquilla, Puerto Colombia, Soledad, Juan de Acosta, Tubará, Piojó y Usiacurí. /Foto: Ofiprensa Alcaldía de Barranquilla
Por segunda vez, Edubar declara desierta millonaria licitación de acueducto del norte en Atlántico
El proceso de selección, que ya había fracasado en un primer intento en enero pasado, tuvo esta vez cuatro proponentes. Cuestionados pesos pesados de la contratación pública le han apostado a ganarse ese millonario negocio.
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En audiencia celebrada el 6 de septiembre, la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla y la Región Caribe (Edubar) declaró desierta la contratación del acueducto regional del norte, que convocó por $186.385 millones y tuvo cuatro oferentes.
Es el segundo intento fallido de adjudicación de esta megaobra, que busca mejorar la prestación del servicio de agua potable de más de un millón de habitantes de Barranquilla y los municipios de Puerto Colombia, Soledad, Juan de Acosta, Tubará, Piojó y Usiacurí, en Atlántico.
Es una obra clave porque busca responder a la alta demanda del sistema de acueducto desde las zonas noroccidental de Barranquilla y nororiental de Puerto Colombia, cuya urbanización se aceleró en la última década. La actual planta de tratamiento de Puerto Colombia, por ejemplo, puede trabajar 200 litros/segundo y desde 2020 está en su máxima capacidad de producción.
Ambos intentos de contratación tuvieron detrás a pesos pesados de la contratación pública nacional, como AGM Desarrollo SAS, del emporio económico que fundó y consolidó el bolivarense Alfonso ‘el Turco’ Hilsaca; Termotécnica Coindustrial SAS, del antioqueño William Vélez, y la multinacional portuguesa Mota Engil.
Los dos intentos fallidos de contratación
El intento más reciente de contratación comenzó el pasado 9 de junio, con la convocatoria pública que hizo Edubar en su calidad de institución encargada de la contratación de este megaproyecto.
La obra, financiada con recursos del Atlántico y la Nación, quedó en manos de Edubar tras un convenio interadministrativo que esa empresa firmó con la Gobernación del Atlántico, responsable de la obra por designación del Ministerio de Vivienda. Contratar a través de empresas mixtas, especialmente Edubar, es un patrón de la contratación de la Gobernación del Atlántico.
La obra recibió cuatro propuestas, de dos consorcios y dos uniones temporales:
- Unión Temporal OSC & Efracon, integrada por OSC Engineering Group SAS, con el 95% de participación, y Efracon SAS, con el 5% restante.
- Consorcio Acueducto Norte, integrado por Colombia ME SAS, con el 69.9% de participación; Mota Engil Perú, sucursal Colombia, con el 0.01%, y Constructora FG SA, con el 30% restante.
- Consorcio Amari, integrado por Termotécnica Coindustrial SAS, con el 70% de participación, y Haifa Hydraulic Solutions SAS, con el 30% restante.
- Unión Temporal Acueducto Regional, integrado por Urbas Desarrollos Internacionales SAS, con el 95% de participación, y Bygga Infraestructura (sucursal extranjera), con el 5% restante.
Ninguno de los cuatro proponentes cumplió con las condiciones técnicas del proceso. Es decir, estar en capacidad para garantizar la correcta ejecución de las tres fases en que se divide la obra:
- La construcción del sistema de captación de agua cruda que comienza en el Malecón del Río.
- La construcción de una planta de tratamiento de agua potable.
- La instalación y puesta en funcionamiento de las tuberías para la distribución del líquido tratado.
En una evaluación preliminar, publicada el 22 de agosto, Edubar informó que tres de los proponentes no estaban habilitados y uno había sido rechazado por no aportar una garantía de seriedad de la propuesta. Es decir, un seguro con el que el contratante, en este caso Edubar, se protege ante posibles riesgos económicos.
Los proponentes le hicieron observaciones a la evaluación y enviaron documentos requeridos por Edubar para subsanar sus propuestas. Sin embargo, en la evaluación definitiva, publicada el 5 de septiembre, esa entidad rechazó las cuatro propuestas. Algunos, incluso, no subsanaron “en debida forma”.
Edubar ahora buscará abrir una tercera licitación, pero la fecha aún no está definida. “Estamos esperando que se surtan unos temas jurídicos para abrirla nuevamente”, le dijo Angie Criales, directora de esa entidad, a La Contratopedia.
A inicios de 2022, el 19 de enero, Edubar había abierto una primera convocatoria y la Gobernación del Atlántico anunció que las obras debían comenzar en abril, fecha que no se cumplió porque las dos propuestas que el proyecto recibió terminaron rechazadas al no cumplir con las condiciones financieras que exige el proyecto.
Especialmente, porque los dos consorcios no reportaron todos sus contratos en ejecución y que inciden en su capacidad residual, es decir, en su aptitud para cumplir de manera oportuna y cabal con la construcción del acueducto sin que se afecten sus otros compromisos.
Los consorcios que compitieron el semestre pasado fueron:
- Consorcio empresarial WG, conformado por el Grupo Qualitas Corp, sucursal Colombia, con el 5% de participación; WVG Construcoes e Infraestructura Ltda, Sucursal Colombia, con el 90% de participación, y WVG Montajes Colombia SAS, con el 5% de participación.
- Consorcio Acueducto Norte, conformado por Colombia ME SAS, con el 74.9% de participación; AGM Desarrollos SAS, con el 25%, y Mota Engil Engeharia e Construcao SA, sucursal Colombia, con el 0.010% restante.
Los pesos pesados detrás
Entre los proponentes de la más reciente convocatoria de contratación estaba una empresa del conocido zar de las basuras de Colombia William Vélez, Termotécnica Coindustrial SAS.
En 2017, durante la administración de Alejandro Char, esa empresa tuvo participación en la Unión Temporal Arroyos de Barranquilla, que obtuvo un contrato por licitación pública para la canalización del arroyo La Felicidad por $123.000 millones. También participó en esa obra otra empresa de Vélez, Interaseo S.A. ESP, con la que maneja el negocio del aseo en varias ciudades intermedias de Colombia.
El empresario antioqueño, además, es investigado por la Fiscalía porque su nombre apareció en el computador del exjefe paramilitar Jorge 40 como un empresario que hizo acuerdos con las autodefensas en el Caribe para ganarse las concesiones del aseo en Santa Marta, Barranquilla y Soledad, según documentos de 2005.
Dentro de los proponentes del intento reciente de contratación también estaba la portuguesa Mota Engil, con distintas sucursales en Latinoamérica y reconocida en Colombia por su fallida ejecución en las obras de infraestructura educativa que el Ministerio de Educación le contrató en 2015 a través del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE).
De 248 escuelas en varias regiones, sólo entregó 17 y, en septiembre de 2019, alegó que renunciaba a los contratos porque el FFIE no tenía voluntad de llegar a acuerdos para concluir esas obras. Asunto que el Ministerio de Educación negó.
En la primera convocatoria de este proceso participó AGM Desarrollos SAS —antes Hilsaca Construcciones—, una de las principales firmas del emporio económico que construyó Alfonso Hilsaca, un poderoso de Bolívar visto en Cartagena como la persona determinante (tras bambalinas) de lo que pasa en la corporación ambiental Cardique, documentó en una investigación la organización periodística Consejo de Redacción.