[Opinión] En defensa de Diago

Después de luchar por años para que el recibo de la luz llegue más barato a los hogares de cinco millones de costeños en Atlántico, Magdalena y La Guajira, la decisión de suspender el recaudo de la sobretasa de seguridad y del alumbrado público en la factura de energía a partir de noviembre, tomada por el agente interventor de la empresa Air-e, Carlos Diago, surge como una medida rápida y efectiva.

No bajará el precio de la energía como tal, pero sí el valor del recibo. Y en este momento lo que necesita la compañía para salir de su crisis financiera es flujo de caja, o, mejor dicho, que le paguen. Por eso resulta llamativo que ahora las autoridades que dicen trabajar por las necesidades de la gente, en cabeza del gobernador del Atlántico Eduardo Verano, critiquen esta decisión.

El temor es uno solo: que al cobrar el alumbrado y la sobretasa de seguridad de manera independiente, los ciudadanos se atrasen en sus cuotas o simplemente decidan no pagarlos, lo que obligaría a las gobernaciones y alcaldías a asumir ambas responsabilidades y mataría la gallina de los huevos de oro para algunos poderosos.

En Barranquilla, por ejemplo, sería el fin de la concesión de alumbrado público, no del servicio como tal, que es necesario para la convivencia. Las alcaldías, para eso están, no tardarían mucho en encontrar otra manera de prestarlo. Es la función de los gobernantes: aportar soluciones. Aunque más disposición ha mostrado en un mes el ingeniero Diago que todos los políticos que aparecen ante las cámaras dándose golpes de pecho por el padecimiento de los clientes de Air-e.

Tan sensible es el tema que el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, ha sido cauteloso. Prefirió no irse lanza en ristre contra la decisión de Diago y emitir un comunicado institucional en el que respalda a Verano de manera tibia. Siempre ha sido muy hábil para medirle el pulso a la opinión pública el mandatario de los barranquilleros, quizá por eso las encuestas suelen ponerlo de primero.

Lo mismo en cuanto a la sobretasa de seguridad: ya encontrarán la manera de cobrarla por otro lado. Mientras lo concretan, el limbo jurídico puede aprovecharse para replantear una guerra contra las bandas criminales que de todos modos se va perdiendo. Reducir la compra de equipos para la Policía y enfocarse en lo que ocurre en las cárceles, por ejemplo. Si es que los $78.000 millones recaudados al año por este concepto son destinados en su totalidad a combatir el hampa, porque mucha de esa plata ha ido a la financiación de parques y plazas.

Pero si el alcalde Char optó por no ensuciarse de barro, la prensa hegemónica se hundió hasta el cuello. Editoriales, artículos, entrevistas, titulares escandalosos, alertas apocalípticas, en fin, un arsenal de manipulación enfocado en convencer a la ciudadanía de que los tres departamentos se quedarán a oscuras y a merced de la delincuencia. Deberían prestar más atención a las noticias que publican a diario. En agosto y septiembre las cifras de homicidios en Barranquilla y su área metropolitana fueron las más altas en décadas. ¡Ya estamos acorralados por los criminales!

La salida de Luis Carlos Vélez de la dirección de La FM de RCN debería servir de lección para muchos periodistas. Después de tantos años de buenos servicios, de anteponer los intereses de sus patrones a los de los ciudadanos de a pie, se fue por la puerta de atrás por emitir una opinión desfavorable de la COP16, el evento ambiental que mostrará al país y el mundo la Cali del alcalde Alejandro Eder, miembro de una tradicional familia de empresarios azucareros. Como azucareros son los Ardila Lülle, dueños de la cadena radial de las tres letras. Es el peligro de creer que comerse las migajas que caen de la mesa de los hombres y mujeres más ricos del país es lo mismo que sentarse a manteles con ellos.

@jutaca30