El uso de esta avenida para transportar las rocas, durante el año de obras del proyecto, terminará deteriorándola. /Foto: Secretaría de Infraestructura Distrital.
Materiales de la primera fase de Protección Costera llegarán por la Avenida Santander
El Plan de Manejo de Tráfico, requisito obligatorio para el inicio de las esperadas obras, recibió luz verde esta semana. La piedra se moverá entre las seis de la mañana y las seis de la tarde. El transporte pesado desgastará la recién arreglada Santander.
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Después de tres revisiones y solicitudes de ajustes, el Departamento de Tránsito y Transporte de Cartagena aprobó, esta semana, el Plan de Manejo de Tráfico para la primera fase del Proyecto de Protección Costera. El Distrito le dio luz verde a una ruta que contempla el ingreso del material rocoso a la zona de playas, entre El Laguito y el Centro Histórico, por la Avenida Santander.
El Consorcio Proplaya, contratista de la obra, estudió siete alternativas para transportar la piedra desde las canteras, ubicadas entre los municipios de Santa Rosa y Turbaco. Algunas de ellas incluían más kilómetros de vías internas de Cartagena, como el carril solobús de Transcaribe, sobre la Pedro de Heredia; el Corredor Portuario o la Avenida del Lago.
El contratista le propuso al Distrito utilizar la Avenida Santander, por tratarse de la ruta que “ocupa una menor porción de zona urbana, puntos críticos de siniestralidad e impacto en la libre locomoción”.
Para minimizar el deterioro del pavimento o evitar que se produzcan accidentes, el contratista se comprometió a transportar la carga cubierta y a limpiar la Santander tres veces por día.
El Tránsito Distrital aprobó el ingreso de materiales por la Santander después de varias semanas de estudio.
El aval a este documento, clave porque contempla los horarios y rutas que garantizarán la ejecución del macroproyecto, tomó más tiempo del proyectado por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y la Alcaldía de Cartagena, responsables de ese contrato.
Tanto, que las obras no comenzaron en noviembre pasado como lo habían anunciado.
Ahora con la luz verde, el inicio de las obras por $136.398 millones se proyecta para antes de Navidad, informaron la Alcaldía y Gestión del Riesgo. Justo la época de mayor flujo turístico en las playas y zonas de intervención por la llegada masiva de visitantes nacionales y extranjeros por las vacaciones de fin de año.
Con esas obras, ambas entidades buscan mitigar la erosión del litoral cartagenero entre El Laguito y el Centro Histórico, construyendo seis espolones, un rompeolas al frente de la ciudad amurallada y una protección marginal entre una zona aledaña a Seguros Bolívar y la curva Santo Domingo, también en el sector amurallado.
La ruta seleccionada
Las volquetas deberán descargar la roca en dos de los cuatro puntos de acopio de la obra, ubicados a la altura del Monumento a la Palenquera (a la entrada de Bocagrande) y al costado norte de la Avenida Santander, entre el Baluarte de Santo Domingo y Café del Mar.
Para llegar allí, los vehículos deberán:
- Tomar una vía privada entre La Popita – Casa de Palma, jurisdicción de Santa Rosa, cerca de Turbaco.
- Recorrer La Cordialidad en sentido Cartagena- Bayunca.
- Cruzar por la Ruta 90A, para salir a la Vía al Mar a la altura de Manzanillo.
- Pasar por el corregimiento de La Boquilla y atravesar el Túnel de Crespo, hasta empalmar con La Santander.
(También puede navegar el mapa, en vista completa, dando clic aquí)
Descargado el material, las volquetas podrán continuar hasta el Parque de La María Mulata, también en Bocagrande, para hacer el retorno, tomar la Santander en sentido contrario y repetir el recorrido hacia Turbaco para ir por más material rocoso.
Los vehículos que el consorcio usará, para transportar los 328.164 metros cúbicos de roca que el proyecto contempla, son volquetas sencillas, de doble troque y tractocamiones.
Se movilizarán cinco volquetas, cada 30 minutos, entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, de lunes a sábado. Es decir, saldrán cada media hora de las canteras hacia las playas.
Además, ocasionalmente y previa programación, los materiales serán transportados por un tractocamión (tractomula), cada dos horas para completar los volúmenes de trabajo, informó el Consorcio Proplaya.
Las canteras seleccionadas por el contratista para comprarle la roca son cuatro:
- Cimaco
- Disagrecar
- Coloncito y
- Dinastía.
Esas canteras quedan en Turbaco y el Consorcio Proplaya las seleccionó entre seis estudiadas, porque cumplen con “las especificaciones técnicas y ensayos de laboratorio requeridos” para garantizar la calidad de los espolones a construir, dijo en un Comité de Gerencia de la obra, celebrado el 17 de noviembre en la Alcaldía de Cartagena.
El impacto en las vías y el tráfico
Un aspecto sobre el que aún no se habla mucho en Cartagena tras la aprobación del Plan de Tráfico es el impacto que el transporte de las rocas generará en dos de sus tramos distritales:
- La Ruta 90A, que conecta a las vías La Cordialidad y Al Mar, en la zona norte, a la altura de Las Ramblas. Inaugurada por la Alcaldía en 2015 después de 10 años de construcción, este tramo sufrirá con el paso diario de las volquetas y el tránsito frecuente de las tractomulas, pues fue diseñado para vehículos livianos y no para carga pesada.
- La Avenida Santander, que conecta a Crespo con Bocagrande, entre las murallas y el Mar Caribe, también se afectará con el tráfico pesado de la roca, justamente una vía que la Alcaldía interviene desde agosto pasado y que tiende a dañarse rápido por el empozamiento del agua salada, pues fue construida bordeando el Mar Caribe.
Ambas afectaciones son previsibles porque las llantas de un vehículo actúan en el asfalto como una especie de lija y con el tiempo terminan deteriorándose. Entre más pesado sea el vehículo, mayor será la presión sobre las vías y por tanto su esperado desgaste ocurrirá en poco tiempo.
De hecho, sobre la recién construida capa asfáltica en la Avenida Santander ya hay dudas en Cartagena porque los trabajos, contratados por la Alcaldía, se han hecho en concreto flexible, material que no es tan resistente al agua como el concreto rígido.
Desde ya, Gestión del Riesgo y la Alcaldía de Cartagena contemplan un otrosí al contrato de Protección Costera para reparar los 10 kilómetros de vías que terminarán afectados con el transporte de la roca.
Además del daño en la capa asfáltica, el transporte de la carga afectará la movilidad en la Avenida Santander, especialmente porque las tractomulas y volquetas no podrán hacer giros con facilidad en los dos puntos de acopio y en el Parque de La María Mulata para ir de vuelta a las canteras.
También habrá impacto vehicular en los ocho cruces de vehículos que la Sanander tiene habilitados, entre Seguros Bolívar y Marbella Real.
Por eso, el contratista y el Tránsito de Cartagena planean evaluar semanalmente, durante el primer mes del proyecto, el impacto de las obras en la movilidad cartagenera y, de ser necesario, plantearán ajustes. Superado el primer mes, ese monitoreo se proyecta cada dos meses.
Justamente todas estas limitaciones geográficas y de movilidad llevaron a varias firmas, incluso internacionales, a desistir de su interés por ejecutar este millonario proyecto.
Una de ellas fue la empresa neerlandesa Van Oord Dredging Contractors, que dijo que el transporte del material por mar era una mejor opción, pero poco viable por el presupuesto que Gestión del Riesgo y la Alcaldía de Cartagena le asignaron al macroproyecto, a partir de estudios realizados por la Universidad de Cartagena.
Esa firma también dijo que, de realizarse por tierra, el transporte debía programarse por la noche para generar el menor traumatismo posible en la movilidad cartagenera.
Pese a que el alcalde Dau había manifestado que prefería la movilización de la roca por mar, dicha alternativa no fue posible por las condiciones técnicas de los posibles puntos de carga y descarga en Bocagrande y Pasacaballos.
El transporte por mar implicaba el uso de barcazas oceánicas, atravesando la Bahía de Cartagena, pero dichas embarcaciones necesitan de mayor calado y la construcción de camellones, obras temporales de magnitud superior a los espolones que contempla la Protección Costera entre El Laguito y el Centro Histórico.
Esa alternativa tampoco resultó factible porque las barcazas oceánicas debían importarse desde las islas del Caribe, México y Estados Unidos.
Pese a que la opción propuesta por el Consorcio Proplaya y aprobada por el Distrito es la que menos kilómetros de vías urbanas contempla, el arranque del Plan de Protección Costera coincidirá con la etapa final de reparcheo de la Avenida Santander, una arteria que durante la temporada de fin de año suele tener mayor congestión vehicular por el alto flujo de turistas hacia las playas y el Centro Histórico.