Hasta junio pasado, Carlos Acosta estuvo haciendo campaña como aspirante a la Alcaldía de Barranquilla. /Foto: Campaña de Carlos Acosta.
La campaña a la Alcaldía de Barranquilla que la tercera candidatura de Char frenó
Si Alejandro Char no se lanzaba, Carlos Acosta Juliao estaba llamado a ser el candidato del charismo a la Alcaldía de Barranquilla en las Regionales de 2023. Hasta ahora, el desmonte formal de Acosta está programado para después del 20 de julio, cuando Char regrese de Europa.
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Con el anuncio de la tercera candidatura de Alejandro Char a la Alcaldía de Barranquilla, que hizo el patriarca Fuad Char el pasado 29 de junio, la aspiración de Carlos Acosta Juliao entró en pausa.
De hecho, desde finales de junio, cuando ya era un hecho entre los charistas que el exalcalde sería candidato, Acosta Juliao dejó de recorrer los barrios.
Una campaña de ocho meses
Desde octubre pasado, Acosta Juliao comenzó a hacer proselitismo político por la Alcaldía de Barranquilla. Su trayectoria pública, como funcionario de las recientes administraciones charistas, lo convertían en una posible carta de ese grupo a las Regionales.
Fue Gerente de Ciudad, Secretario General, Gerente de Puerta de Oro – Empresa de Desarrollo Caribe y uno de los promotores del programa Todos al Parque, por el que Barranquilla ganó reconocimiento internacional recientemente.
De hecho, la estrategia de comunicación digital de Acosta, así como su discurso en los barrios, apuntaba a mostrarse como discípulo de Alejandro Char.
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La campaña de Acosta le apostó, con especial énfasis, a dos frentes:
- Los medios de comunicación locales, donde apareció con cierta frecuencia desde finales de 2022 por sus propuestas como precandidato y por la condecoración que el Concejo (casi todo aliado del charismo) le dio por su labor en el programa Todos al Parque. El banderazo inicial de la campaña de Acosta fue una entrevista que El Heraldo publicó en octubre.
- Y recorridos en los barrios de Barranquilla, sobre todo del suroriente y suroccidente, donde sostuvo reuniones con líderes y miembros de las juntas de acción local. A una de esas reuniones asistió el excongresista Laureano Acuña, más conocido como el Gato volador y aliado de los Char en distintas elecciones a Congreso y locales.
Los recorridos que Acosta Juliao hizo por los barrios de Barranquilla, desde finales del año pasado, buscaban “no dejar la calle sola”, le explicó un estratega charista a La Contratopedia.
Especialmente, porque entre finales de 2022 y febrero pasado, las elecciones regionales se proyectaban como un escenario favorable para el Pacto Histórico —movimiento político que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia— por el fortalecido ambiente progresista nacional; por la seguidilla de señalamientos de corrupción en contra de Alejandro Char, el rostro más carismático del charismo, y por la renuncia al Senado de Arturo Char.
Hoy, el panorama político es completamente distinto, por cuenta de las denuncias de posible financiación ilegal de la campaña presidencial de Petro, de la pelea pública entre Laura Sarabia y Armando Benedetti y de la confrontación interna que el Pacto vive en Atlántico por sus candidaturas únicas a Gobernación y Alcaldía.
Aunque el equipo de Acosta Juliao no está respondiéndole a la prensa, de manera extraoficial La Contratopedia supo que hace tres semanas esa campaña paró y dejó de visitar los barrios.
Las actividades están en pausa y aún en esa campaña no se habla de desmonte hasta tanto Alejandro Char no regrese de Europa, donde está de viaje con su familia. Debe llegar a Barranquilla después del 20 de julio, para inscribirse como candidato a la Alcaldía.
La campaña de Acosta siempre estuvo proyectada a ocho meses porque entre mayo y junio de este año el charismo decidiría si le daba o no el aval de su partido Cambio Radical, presidido en Atlántico por Fuad Char.
Ese trámite siempre estuvo condicionado a lo que decidiera Alejandro Char.
Char siempre estuvo presente
Desde que Acosta Juliao comenzó a hacer campaña siempre existió la posibilidad de que su proyecto político no pasara de ser sólo la antesala a la candidatura de Alejandro Char.
Asunto que el mismo Acosta reconocía. Tanto que en más de una ocasión dijo, en público y privado, que si eso llegaba a pasar, desistía y se unía de inmediato al proyecto del exalcalde, su mentor.
Pese a que esas eran las reglas de juego —le dijo en noviembre pasado una persona del equipo de Acosta a La Contratopedia—, el exfuncionario se tomó en serio su rol de precandidato porque confiaba en que podía convertirse en el candidato charista.
Y comenzó a trabajar casi un año antes porque buscaba posicionarse entre el electorado barranquillero para replicar la estrategia de Jaime Pumarejo en las regionales pasadas.
Pumarejo, con un perfil técnico similar al de Acosta, no era muy conocido en Barranquilla y su campaña comenzó con la posibilidad de desmonte para darle paso a una figura ya posicionada y con más fogueo popular: Elsa Noguera.
Como la candidatura de Pumarejo despegó, Noguera pasó a ser, en una rápida movida, la carta charista a la Gobernación del Atlántico, que terminó ganando.
En el caso de Acosta, las encuestas parecen no haber estado de su lado. Al menos las que han publicado desde hace tres meses medios locales y nacionales. En ellas no figuró entre la baraja de aspirantes al Paseo de Bolívar. Quien, en cambio, aparecía era Alejandro Char, que en todas salió arrasando sin importar su oponente.
Char no sólo arrasa en las encuestas sino que es el más seguro ganador el 29 de octubre, como sucedió en la contienda de 2015 cuando se lanzó por segunda vez. En aquel momento no tuvo mayor competencia y su triunfo estaba cantado antes de su inscripción.
A un Char puntero y sin ningún candidato que le hiciera sombra también lo mostraban las mediciones internas de su movimiento político. Incluso, ante nombres de la izquierda con cierto reconocimiento entre la opinión pública, como el abogado Miguel Ángel del Río, quien intentó ser el candidato del Pacto Histórico a la Cámara de Representantes del Atlántico, pero perdió ante Agmeth Escaf.
Aunque el Char modelo 2023 es una figura todavía popular, llega a la contienda golpeado por varios ruidos de corrupción. Entre ellos están:
- El supuesto cobro de una coima por la construcción de un megatanque de agua potable, en el suroccidente de Barranquilla. El ganadero y abogado Luis Guzmán le reconoció a María Jimena Duzán haberla pagado, como parte de un plan de varios contratistas para ganarse esa millonaria obra.
- El señalamiento de Aida Merlano por una coima de $3.000 millones. La excongresista y exaliada charista ha dicho que el megacontratista Faisal Cure le había entregado a Char esa abultada suma para campañas políticas. Y esa plata —dijo Merlano— salió de contratos que Char le adjudicó a Cure en sociedad con el también barranquillero Julio Gerlein.
- Los vasos comunicantes con el desfalco de la Triple A. Héctor Amarís, antigua mano derecha de Char y quien no movía un dedo en el Distrito sin el guiño del exmandatario, está involucrado en parte del desfalco a la empresa barranquillera, denunció La Silla Vacía.
A pesar de todo ese ruido y con el freno charista a la campaña de Acosta Juliao es claro que todo está dado para que Alejandro Char llegue a la silla principal del Paseo Bolívar sin muchos contratiempos. Para muchos, incluidos periodistas nacionales, el llamado a las urnas del 29 de octubre será sólo un trámite.
Excelente!!
Cómo siempre!!@