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Tres lunares y dos fortalezas del primer mes de Turbay en la Alcaldía de Cartagena

En su arranque de gobierno en Cartagena, Dumek Turbay ha tenido buena prensa local y nacional, y pocos contrapesos. /Foto: Alcaldía de Cartagena.

Tres lunares y dos fortalezas del primer mes de Turbay en la Alcaldía de Cartagena

En sus 30 días iniciales en La Aduana, Dumek Turbay logró aplausos dentro y fuera de la capital de Bolívar. Su gestión, sin embargo, deja desde ya alertas por opacidad informativa, disminución de los contrapesos y dos vinculaciones dudosas en el Gabinete. 

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Durante su primer mes en el Palacio de La Aduana, Dumek Turbay fue noticia diaria por una serie de medidas que adoptó para organizar el Centro Histórico de Cartagena y obras de reparcheo vial. Gracias a esa agitada agenda marcó un contraste con su antecesor William Dau y consiguió validación nacional.

A la par de los aplausos que suscitó dentro y fuera de Cartagena, el primer mes de Turbay en la Alcaldía dejó también opacidad, menos contrapesos (la mayoría del Concejo y de la prensa local ahora son afines al Distrito) y dudas por un contrato celebrado con una fundación ‘detodito’.

Funcicar presentó un análisis sobre el primer mes de Turbay en La Aduana. 

A partir de ese documento, La Contratopedia Caribe encontró tres lunares y dos fortalezas que dejan los primeros 30 días del nuevo inquilino de La Aduana.

Las fortalezas

1. Fase de alistamiento 

Antes de posesionarse, Dumek Turbay se reunió activamente en mesas de trabajo con actores del sector privado y público, y de la sociedad civil de Cartagena. 

Funcicar resaltó que el ahora mandatario participó en varios encuentros a los que fue invitado, “con mensajes y compromisos de agenda que marcarían su inicio de gobierno”. 

Desde antes de posesionarse, Turbay estableció temas de conversación pública con los gobiernos nacional y departamental, y actores políticos regionales.

2. Un gobierno ejecutor desde el 1 de enero

Desde su primer día de gobierno, el alcalde Dumek Turbay se ha mostrado como un ejecutor y administrador que resuelve problemas en tiempo récord. 

En su primera semana en La Aduana, Turbay expidió decretos para eliminar el día sin moto, cambiar el ‘pico y placa’ y restringir la circulación para contrarrestar la prostitución y el consumo de drogas en plazas y sitios turísticos del Centro Histórico. También presentó el Plan Titán 24 para combatir el crimen.

La efectividad de esas medidas está por verse a mediano plazo, especialmente porque enero cerró como uno de los más violentos de Cartagena durante la última década y la prostitución sigue ejerciéndose de manera visible desde otros sectores del Centro (por la Universidad de Cartagena, por ejemplo, en lugar de la Plaza de los Coches).

Después, Turbay restringió la movilidad de motocicletas, patinetas y bicicletas con motor en el Centro (a los pocos días derogó esa medida tras el rechazo de los comerciantes). También prohibió el consumo de drogas en parques, plazas, escuelas y zonas aledañas a iglesias. 

Además, le presentó al Concejo un proyecto de acuerdo para crear un Instituto Comunal y la Secretaría de Turismo. 

En su primer mes de gobierno, Turbay anunció muchas intervenciones de infraestructura para distintos puntos de Cartagena. Algunas aún no inician, pero alimentaron la percepción ciudadana de que el nuevo alcalde es, sobre todo, un buen ejecutor.

Entre las prioridades de infraestructura del primer mes de Turbay estuvieron la reactivación de la Ruta 90, la reconstrucción del Muelle de La Bodeguita, el anuncio de recuperación de Chambacú y el reinicio de labores en la Vía Policarpa y el Hospital Nelson Mandela.

Funcicar resaltó que Turbay ha sido hábil comunicando sus decisiones de gobierno para “generar una percepción positiva en la ciudadanía”.

Los lunares

3. Ejecución inicial con opacidad informativa

El gobierno de Turbay arrancó con medidas que le valieron atención mediática local y nacional. Entre ellas, La Cuadrilla del Alcalde, Guerra Frontal contra los Huecos y Vive tu Plaza. 

Esas obras y servicios, recalcó Funcicar, comenzaron pese a que no se habían reanudado los procesos contratados en 2023 por el gobierno de William Dau, y no había personal vinculado a la Alcaldía por órdenes de prestación de servicios.

Como La Contratopedia lo señaló en una publicación del 6 de enero, la Alcaldía no entregó detalles sobre esas primeras ejecuciones y hasta ese momento no había información contractual disponible de 2024, en el Sistema Electrónico de Contratación Pública (Secop).

Todavía hoy, el gobierno de Turbay sigue sin responder por el origen de los recursos y los contratistas de esa primera semana. No hay datos sobre si esas ejecuciones de los primeros días obedecieron a donaciones de empresarios amigos.

“Si la Alcaldía recibió donaciones de particulares o empresas”, precisó Funcicar, “era necesaria la celebración de contratos para salvaguardar la responsabilidad del Distrito en situaciones imprevistas”. 

Sin embargo, no existe información sobre los mecanismos legales utilizados por el gobierno Turbay “para gestionar los riesgos y elementos contractuales, en caso que los haya habido”. 

También ha habido falta de información oportuna sobre la reactivación de obras como la vía Policarpa, que dejó contratada el gobierno de William Dau.

Pese al anuncio de reactivación, hasta el 26 de enero el acta de reinicio no había sido publicada en el Secop, por lo que a Funcicar no le fue posible verificar el estado del contrato. 

Por eso, la entidad le recomendó a la nueva administración distrital garantizar el acceso oportuno a la información contractual y no quedarse solo en los anuncios de reactivación. 

“El llamado que hacemos es a dar el mismo valor al cumplimiento de los requisitos formales dispuestos en la ley, que faciliten el acceso a la información y permita a la ciudadanía conocer en detalle el tipo de inversiones y actividades que desde la administración se están realizando”, dijo, vía comunicado de prensa, la directora de Funcicar Carolina Calderón.

4. Pocos contrapesos en un ambiente de gobernabilidad más unánime

Desde el 2 de enero, cuando Turbay instaló el primer periodo de sesiones ordinarias del Concejo que co-gobernará con él hasta 2027, quedó claro que la fotografía política de Cartagena es distinta a la de hace cuatro años. En aquel momento el alcalde Dau tenía a la mayoría de opositores.

Y la foto es otra porque al menos 15 de los 19 concejales elegidos en octubre le hicieron campaña a Turbay, por lo que arrancó gobierno con una relación mucho más fluida con el Cabildo. 


 Funcicar resaltó un primer mes de relaciones sin tensiones, en contraste con la declaratoria de guerra anticipada entre el Concejo y el alcalde Dau, hace cuatro años, por la elección de la personera Carmen De Caro Meza.

Las buenas relaciones de este inicio de gobierno se evidencian, además, en las declaratorias de las bancadas: de 10 que conforman el Concejo, ocho son de gobierno (15 de los 19 concejales). Es decir, Turbay inició mandato con la mayoría de esa Corporación respaldándolo políticamente. 

Con esa mayoría pro gobierno, hubo una reducción en el control político.

 

“La relación con el Concejo podría fortalecer el trámite de proyectos de acuerdo, pero podría debilitar el control político, una de las principales funciones de la Corporación que más aporta al equilibrio del poder local”, expresó Funcicar.

Además de relaciones fluidas con el Concejo, el primer mes de gobierno de Turbay dejó agendas comunes con distintos actores de los órdenes regional, nacional e internacional. 

Por ejemplo, hubo un consejo de gobierno conjunto con la Gobernación de Bolívar y mesas de trabajo con el Ministerio de Vivienda, Findeter, Enterritorio, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y las embajadas del Reino Unido e Italia.

También hubo mesas convocadas por la Alcaldía con los gremios económicos. Y cuatro consejos de gobierno que contaron con la presencia de autoridades nacionales. Dos de ellos fueron descentralizados, con la participación de líderes de los barrios El Líbano y Nelson Mandela. 

Recientemente, el Distrito lanzó la estrategia ‘Encuentros Barriales’. El primero de ellos se celebró con el gobernador Yamil Arana y las comunidades de Barrios Unidos (conformadas por habitantes de Villas de Aranjuez, Ciudad del Bicentenario, La India, La Sevillana, Flor del Campo y Colombiatón).

En medio de todo ese nuevo ambiente político son escasas las voces críticas, recordó La Silla Vacía. Durante el gobierno de William Dau, por el contrario, comenzaron a multiplicarse desde la primera semana.

Ahora, “en contraste, la prensa local amplifica como un rotundo éxito cada medida y un grupo de seguidores de Turbay defiende cada movida del alcalde”, contó La Silla Vacía.

5. Una fundación ‘detodito’; contratación directa, pese a acuerdos marcos de precios y dos vinculaciones dudosas

Funcicar identificó que los contratos más cuantiosos del primer mes del gobierno de Turbay fueron para ejecutar los servicios complementarios del inicio de clases y organizar las Fiestas de La Candelaria.

Para las festividades de La Candelaria, el Instituto Distrital de Deporte y Recreación (IDER) celebró un convenio de asociación con la Fundación Pilares Sociales, por $880.000.000, para un plazo de 15 días. 

Funcicar advirtió que ese proceso se celebró de manera exprés, tuvo oferente único y el contratista seleccionado fue una organización ‘detodito’.

Así se le llama en Colombia a contratistas con amplio objeto social que funcionan como comodín, pues se ajustan a cualquier tipo de contratación pública debido a su amplio objeto social. En el caso del objeto social de Pilares Social, reseñó Funcicar, se cuentan más de 82 actividades disímiles entre sí.

Los otros procesos millonarios contratados por el gobierno de Turbay en su primer mes fueron para seleccionar a los operadores de aseo, vigilancia, transporte y alimentación escolar (PAE). 

El Distrito seleccionó a tres de esos operadores después de haber declarado emergencia educativa y urgencia manifiesta. Mientras que el cuarto servicio (el de vigilancia) lo contrató con una adición a la operación del año pasado, que dejó la administración de William Dau.

El gobierno de Turbay contrató de manera directa argumentando que la administración de su antecesor no había realizado los procesos administrativos y financieros que permitieran celebrar esos contratos antes del 29 de enero, primer día de clases. 

Aunque, resaltó Funcicar, dos de estos procesos contaban con acuerdos marcos de precios que evitaban la contratación de manera directa.

La Alcaldía, sin embargo, dijo que el calendario de contratación bajo ese escenario (es decir, a través de la Tienda Virtual del Estado Colombiano) no le garantizaba tener operadores seleccionados antes del inicio de clases.

“Se destaca que a la fecha no se han celebrado procesos de licitación pública, selección abreviada o concurso de méritos”, informó Funcicar. 

Durante el primer mes, los contratos se celebraron por mínimas cuantías y órdenes de prestación de servicios.

El primer mes de Turbay dejó también dos vinculaciones dudosas, que La Contratopedia contó.

La primera de ellas es el encargo del secretario de Educación Alberto Martínez, quien pese a su trayectoria académica y profesional no cumple con el perfil que establece el Manual de Funciones de la Alcaldía para esa cartera. Aún así Turbay lo puso al frente de esa dependencia distrital.

Y la segunda movida es la vinculación como asesor de alta confianza de Rodolfo Díaz por arriba de los topes distritales. La asignación económica de la mano derecha del alcalde no quedó lo suficientemente justificada.

Una respuesta a “Tres lunares y dos fortalezas del primer mes de Turbay en la Alcaldía de Cartagena

  1. Poderoso caballero es don dinero. Y muy astuto el señor Turbay, acá nos gusta que roben, pero que hagan.

    Qué tuvo que pasar en Cartagena para pasar del intinerato a este señor que avasalla a todos? Y por qué le teme a los comerciantes?

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