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Juan Alejandro Tapia /Foto: Cortesía

[Opinión] Viaje a las estrellas

Aunque el presidente Gustavo Petro ha sido ridiculizado por referirse a la prolongación de la vida humana en el universo, el tema es de candente actualidad. En su columna, Juan A. Tapia critica las burlas al jefe del Estado por mostrar interés en temas distintos a la realidad nacional.

Mientras la NASA tiene programado que su proyecto Artemis, de vuelos tripulados a la Luna, permita que seres humanos vuelvan a caminar sobre la superficie del satélite en septiembre de 2026, y ya escogió a los cuatro astronautas que seguirán los pasos de Neil Armstrong —entre ellos la primera mujer y el primer hombre negro—, dentro de un cronograma que contempla la construcción de bases lunares que sirvan de trampolín para llegar a Marte, en Colombia es motivo de burla que el presidente Gustavo Petro haga referencia en sus discursos al futuro de la humanidad y a “expandir el virus de la vida por las estrellas del universo”.

Mofas que no solo provienen de ciudadanos agobiados por la supervivencia diaria, para los que no es habitual que un presidente colombiano hable de temas distintos al desempleo, el narcotráfico y la inseguridad, sino de periodistas y opinadores que pontifican de lo divino y lo humano desde su pedestal de personas bien informadas. Sí. El primer viaje tripulado a Marte, en busca de un hogar para cuando la Tierra no sea un sitio seguro, es una realidad, no un embeleco de Petro. Todo lo contrario, el más empecinado en recortar los tiempos es el magnate sudafricano Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, símbolo del capitalismo moderno.

El planeta rojo es la obsesión de Musk, dueño y CEO de Space X, la empresa que diseña y construye los cohetes que llevarán al hombre de regreso a la Luna, en una misión público-privada con la NASA. Es la primera escala de un proyecto más complejo, el sueño de un genio-loco o un loco-genio, como lo quieran definir: transformar a la humanidad en una especie multiplanetaria estableciendo en Marte la primera comunidad fuera de la Tierra. La “etnia cósmica” a la que hizo referencia Petro en su charla con estudiantes del Liceo Francés y por la que recibió infinidad de críticas.

“Los latinoamericanos somos capaces de irradiar la humanidad. Me critican la frase del universo, pero sí creo que la misión de la humanidad es el universo. Y que solo nos lo impide estarnos matando entre nosotros mismos. Por tanto, somos etnia cósmica”, dijo Petro, y miles empezaron a sobarse las manos frente a los teclados para disparar de inmediato. “Habitantes de la etnia cósmica: ayúdenme a hacer el hilo de las frases más delirantes del presidente Berto, que sea su aporte para una próxima entrega de #NotiDanny”, publicó el periodista y comediante Daniel Samper Ospina en su cuenta de X (antes Twitter).

Poco tardó en sumarse el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, convertido en enemigo público número uno del presidente, por encima incluso de Álvaro Uribe: “Hay quienes pretenden entender la ‘genialidad’ de las palabras de Petro, cuando son incoherencias vergonzosas”, escribió en la misma red social. Para el dueño de Amazon, Jeff Bezos, otro miembro del club de los hombres más ricos y competidor directo de Musk en la carrera espacial con su compañía de cohetes Blue Origin, la idea de una civilización interplanetaria, una etnia cósmica, no parece absurda.

“Me gustaría ver un billón de humanos viviendo en todo el sistema solar. Si tenemos un billón de humanos habría, en un tiempo determinado, miles de Mozarts y miles de Einsteins. Tendríamos fácilmente garantizada la supervivencia de nuestra civilización”, declaró Bezos en una entrevista reciente con el científico informático y presentador de podcasts Lex Fridman. Por la misma onda, aunque sin esconder el interés económico de su proyecto de viajes turísticos, está el millonario británico Richard Branson, dueño de Virgin Records, quien lanzó en junio de 2023 el primer vuelo comercial al espacio en la historia del planeta.

El universo y sus misterios no es la cortina de humo del gobernante de una pequeña y pobre nación latinoamericana, es un tema de vibrante actualidad que acapara titulares a lo largo y ancho del mundo, menos en Colombia, por supuesto, donde es más importante la elección del fiscal general.

Viajar a las estrellas dejó de ser un escenario futurista y en reposo para convertirse en una carrera de velocidad —como lo fue en los años 50 y 60— con Estados Unidos y China como protagonistas. Los asiáticos han anunciado que en 2030 pondrán a un hombre en la Luna y esperan el fracaso de la misión Artemis para alcanzar a los norteamericanos. La humanidad no irá de la mano, combatirá por los depósitos de agua en planetas y satélites, fundamentales para “expandir el virus de la vida”.

El deporte nacional de culpar a Petro de todos los males del país, históricos y venideros, no debe relativizar la importancia de hablar del espacio. Para menospreciar la gestión del presidente sobran flancos descubiertos por donde atacarlo. Su interés en la prolongación de la especie humana lejos de la Tierra, que con acierto ha sacado de los escenarios científicos para proponer en toda clase de tribunas, desde la ONU hasta el colegio de su hija, parece más que charlatanería.

@jutaca30

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