Ángel Tuirán Sarmiento. /Foto: Universidad del Norte.
[Opinión] Milagro endeudado
A propósito de la reciente aprobación del Concejo de Barranquilla de un cupo de endeudamiento por hasta $3 billones al gobierno de Alejandro Char, el analista político Ángel Tuirán recuerda a las voces expertas que piden cautela con el gasto público local.
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La Real Academia Española (RAE) define milagro como un hecho no explicable por las leyes naturales, que se atribuye a una intervención sobrenatural de origen divino. Bajo esta premisa, algunos han explicado lo sucedido en el Distrito de Barranquilla a partir de 2008, bautizando este proceso político administrativo como el Milagro barranquillero.
Recientemente, con el objetivo de explicar este milagro, diferentes expertos de todo el país analizaron el proceso político administrativo que hoy sitúa a La Arenosa como ejemplo de gestión pública territorial en Colombia. En resumen, desde diferentes experticias y utilizando el método científico, se propusieron responder un interrogante: ¿Qué pasó en Barranquilla? 2008-2023. En esta publicación, que lleva el sello de ProBarranquilla, mereció un capítulo especial la gestión fiscal del Distrito de Barranquilla.
Si bien los milagros no encuentran explicación en las leyes naturales, la buena gestión territorial no es posible sin los recursos propios o de otras fuentes necesarios para la implementación de políticas públicas.
Destacándose en la publicación la recuperación fiscal del Distrito en la década anterior, el aumento en la recaudación hizo posible el milagro de las grandes obras, al tiempo que le permitió a la administración ser sujeto de crédito, algo que para ese entonces parecía imposible.
El milagro del crédito representa hoy día, según los expertos, retos en materia de sostenibilidad de la deuda, que pueden poner en riesgo los avances en la ciudad. Los ingresos fiscales perdieron la dinámica de crecimiento, aumentando a una tasa anual de sólo 1,8% para el periodo 2017-2021. En paralelo, el gasto y el endeudamiento del Distrito siguió creciendo, pero no soportado en mayores ingresos fiscales.
El consecuente desbalance fiscal significa que, en pesos de 2022, el endeudamiento de Barranquilla por habitante pasó de $733.207 en 2017 a unos $2,2 millones en 2022, año en el que el saldo de la deuda del Distrito cerró, según el Ministerio de Hacienda, en $2,7 billones.
La recomendación de los expertos, para evitar una bola de nieve que termine por comprometer los recursos de inversión y vuelva insostenible el milagro, es un ajuste en el mediano y largo plazo que modere el ritmo en el gasto, al tiempo que aumenten los ingresos propios.
El Concejo Distrital aprobó un nuevo cupo de endeudamiento por $3 billones, aunque el método científico da cuenta de los riesgos de la deuda y hechos recientes, como la mora en los pagos a los contratistas y trabajadores del Distrito, al operador del Centro de Bienestar Animal, además de la suspensión del servicio de energía en algunos colegios públicos, dan cuenta de dificultades en las finanzas distritales.
Diecinueve concejales y concejalas exclamaron estar con el progreso de la ciudad, mientras refutaban cualquier argumento experto en finanzas territoriales. Quizás convencidos de que los milagros existen, que no tienen explicación en las leyes naturales, que el proyecto de acuerdo tiene origen divino y de manera sobrenatural se dará un sano equilibrio entre ingresos propios, crecimiento del gasto, aumento y pago de la deuda.
Aunque, como en la siempre vigente discusión entre razón y fe, queda una oportunidad en el Ejecutivo distrital para tener en cuenta el análisis y recomendaciones de expertos, para tomar decisiones con base en evidencia, para que las obras públicas “al debe” de hoy no sean el acuerdo de reestructuración de mañana.