Gabriel Olier Delizza. /Foto: Archivo particular.
[Opinión] Barranquilla, endeudada
Con el debate suscitado en Barranquilla por la aprobación de un cupo de endeudamiento por hasta $3 billones, Gabriel Olier detalla cómo el Distrito puede pagar la futura deuda y resalta en esas inversiones oportunidades para tener más activos.
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Barranquilla sí está endeudada, pero esa realidad no es por sí misma negativa. Tras un análisis financiero se puede afirmar que esta capital tiene cómo cumplir los compromisos de su deuda actual y los que adquirirá con el nuevo cupo de endeudamiento (de hasta $3 billones), aprobado por el Concejo.
Y esa no es una afirmación que solamente hacen los concejales, los expertos financieros o personas interesadas en el tema. Es un escenario confirmado por el Ministerio de Hacienda, las firmas calificadoras y evidentemente la misma Alcaldía.
Si Barranquilla logra ejecutar de manera adecuada el plan financiero que le presentó al Concejo, sus ciudadanos tendrán a partir de 2030 una ciudad con el doble de ingresos corrientes de libre destinación (ICLD) y un nivel de deuda retornando de sostenible a solvente. Un tiempo prudente para la magnitud de la transformación que el actual gobierno local busca costear con el cupo aprobado.
Para lograrlo, será clave que el Distrito siga la ruta financiera que le planteó al Concejo y que esa Corporación haga control permanente. Especialmente, porque el gasto público puede convertirse en un dinamizador local: por cada peso que invierte la Alcaldía de Barranquilla se irrigan al resto de la economía $1,3 pesos, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024 – 2044, lo que implica que será decisivo cómo se estructure el Plan de Desarrollo Territorial (PDT).
La proyección de la deuda a 2033
La aprobación por parte del Concejo de un cupo de hasta $3 billones de crédito no implica que Barranquilla, automáticamente, sume esa cifra a su deuda. El Distrito deberá solicitarles los créditos a los bancos, que revisarán la capacidad financiera de la ciudad. Es decir, Barranquilla podrá conseguir hasta $3 billones o menos los próximos cuatro años (la autorización del Concejo vence el 31 de diciembre de 2027).
El Distrito proyectó un periodo de cinco años de gracia. Eso quiere decir que durante ese tiempo solo hará pagos correspondientes a intereses para mejorar los ingresos de la ciudad, dinamizar la economía y crecer en gestión financiera incrementando activos a corto y mediano plazo.
La proyección del endeudamiento, por tanto, debe centrarse en garantizar que los recursos se destinen principalmente a inversión y no a gastos de funcionamiento. Es esencial mantener la eficiencia del gasto y asegurarse de que cada peso invertido genere un retorno sustancial.
De la proyección presentada por la Alcaldía, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024 – 2044, se ve cómo al ritmo de los ingresos corrientes de libre destinación (ICLD) aumentan los gastos de funcionamiento (GF), pero manteniendo una relación dentro del límite establecido por la Ley 617 de 2000 (normas para la racionalización del gasto público).
De esa manera, el objetivo del nuevo cupo de crédito es aumentar la inversión entre 2024 y 2033, según proyecciones de la Alcaldía en el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Al mismo tiempo, Barranquilla empezará a tener un servicio a la deuda decreciente desde 2029, lo que le permitirá tener un nivel de inversión alto con una drástica reducción en el peso de la deuda a partir de 2033.
Las cifras que respaldan a Barranquilla
Los dos ingresos más representativos para el Distrito, que son los impuestos Predial y de Industria y Comercio (ICA), han tenido un crecimiento sostenido a lo largo de la última década.
Ingresos por Predial
Ingresos por ICA
Y es importante recordar esos datos porque muestran eficiencia en el uso de recursos del Distrito, pues el gasto público en Barranquilla es mayormente empleado en inversión. Le siguen los gastos de funcionamiento y los egresos por servicio a la deuda.
El gasto total de la vigencia 2022, por ejemplo, se distribuyó así:
- 10,6% a gastos de funcionamiento
- 7.2% a servicios de la deuda
- 82,3% a inversión
Es decir, por cada 11 pesos destinados a la inversión en 2022 en Barranquilla, un peso se gastó para cumplir con el servicio a la deuda. Asunto que demuestra que el servicio a la deuda fue considerablemente menor frente al porcentaje de inversión realizado por el Distrito.
Y el 70% del gasto de inversión realizado, la Alcaldía lo ejecutó en el siguiente orden:
- Salud
- Educación
- Transporte
- Ambiente.
Transformando deuda en activos para la ciudad
La Alcaldía de Barranquilla proyecta la construcción de todas las etapas del Malecón del Río en $450.000 millones. Una suma millonaria (casi medio billón de pesos), pero cuyo retorno en los próximos 10 años se vislumbra billonario.
De ser un territorio industrial y en desuso, esa zona está proyectada a tener una alta valorización y a captar la atención de privados. Su avalúo está proyectado a $ 4 billones, a partir de nuevos proyectos inmobiliarios, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024 – 2044. El primero de ellos ya comenzó a ser una realidad con Vive Río, en la zona contigua al Centro de eventos Puerta de Oro.
Lo mismo sucede con las proyecciones urbanísticas de los sectores comprendidos entre Las Flores y Riomar, y antigua Circunvalar y la Circunvalar de La Prosperidad.
La deuda en la ciudad puede transformarse en activos por medio de correctas intervenciones urbanas, con un retorno a la inversión (ROI) atractivo que permite pagar la deuda y mejorar los ingresos corrientes de libre destinación (ICLD) de manera permanente para seguir invirtiendo en la ciudad.
Sin duda, es crucial comprender que la deuda no es por sí sola negativa, siempre y cuando se utilice para generar ingresos sostenibles.
Y aunque hay análisis financieros recientes que apuntan a tomar correctivos en el manejo financiero del Distrito, estos conceptos no pueden interpretarse como recomendaciones a no hacer uso de apalancamientos en créditos. El enfoque de esos análisis va más en generar ingresos sostenibles y en reducir la dependencia del Gobierno Nacional. Es decir, a evitar que la solvencia de Barranquilla dependa de la voluntad del inquilino del Palacio de Nariño.
La deuda es un mecanismo que debe revisarse de manera constante para ir validando su cumplimiento según las proyecciones planteadas. Máxime cuando es la principal herramienta de crecimiento para una ciudad como Barranquilla, que todavía debe cubrir falencias de hace décadas.