Desde marzo de 2020, los docentes y estudiantes no asisten a las aulas. Las clases son virtuales. /Foto: Tomada de Secretaría de Educación Distrital.
“Para volver a las aulas necesitamos que toda la comunidad educativa esté vacunada”: Miguel Pérez
El líder de los rectores del Distrito de Cartagena cuenta algunas de las necesidades con las que los colegios públicos inician este 2021. Entre ellas, la urgente dotación tecnológica para que profesores y estudiantes cumplan con el reto de desarrollar las clases a distancia por la pandemia.
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*Esta entrevista forma parte de la serie ‘Pensar el territorio, pensar lo que viene’.
Este 25 de enero empieza el calendario escolar en Cartagena y con él docentes y estudiantes de los colegios públicos vuelven a tener el reto de desarrollar sus clases a distancia, para evitar que las aulas sean foco de contagio por Covid-19.
En esta capital este desafío es aún mayor porque, hasta junio de 2020, sólo el 20 por ciento de la matrícula oficial tenía acceso a internet y apenas el 41 por ciento de los estudiantes tenía un computador, una tableta o un teléfono inteligente, según el último informe de Cartagena Cómo Vamos.
Desde mayo del año pasado, el Gobierno Nacional planteó la necesidad de implementar un modelo de alternancia educativa, es decir, que la semana de clases se divida entre encuentros presenciales y virtuales.
Sin embargo, esa posibilidad está lejos de implementarse en las 191 sedes educativas públicas de Cartagena porque, al miedo al contagio que persiste entre profesores y padres de familia, se suman las precarias condiciones de infraestructura, especialmente, en las zonas rurales e insulares. Una realidad que no facilita el constante lavado de manos ni el distanciamiento social.
Para conocer los desafíos que la pandemia le ha traído al sistema público local y las expectativas de este segundo año consecutivo con clases a distancia, La Contratopedia Caribe conversó con Miguel Pérez Márquez, rector del Colegio Nuestra Señora del Carmen y líder de la Unión Sindical de Directivos Docentes de Bolívar, Usdidbol.
Miguel Pérez Márquez, rector y líder sindical.
La Contratopedia Caribe. ¿Cómo están las instituciones educativas en Cartagena para enfrentar el reto de un nuevo año académico en pandemia?
Miguel Pérez Márquez. Consideramos que no existen las condiciones para que retomemos actividades académicas presenciales a través del modelo de alternancia. Eso implica que los directivos, los maestros y los estudiantes estemos en contacto y cualquiera puede ser un canal propicio para el contagio.
Hemos llamado a los gobiernos distrital, departamental y municipal a que prioricen el derecho fundamental a la vida sobre el derecho fundamental a la educación. Sabemos que ambos son derechos fundamentales, pero los derechos fundamentales a la salud y a la vida están primero.
Los entes territoriales, cumpliendo con las orientaciones del Ministerio de Educación Nacional, quieren imponer el modelo de alternancia en las instituciones. Creemos que es importante que continuemos con los procesos como finalizamos 2020.
Cuando inició la pandemia, el 14 de marzo, el Gobierno Nacional nos mandó a cuarentena y solamente existían 75 casos a nivel nacional. Hoy, que los casos se contabilizan en varios miles, nos están llamando a que retomemos a través de un modelo de alternancia, cuando sabemos que el hacinamiento en las aulas de clase puede elevar el contagio, que cada día crece en Cartagena y Bolívar.
LCC. ¿Qué condiciones se necesitan para volver a las aulas, al menos, en alternancia?
MPM. Lo primero que necesitamos es que desaparezca el virus o por lo menos que no haya temor al contagio, y que toda la comunidad educativa esté vacunada.
Necesitamos que las condiciones de infraestructura en las instituciones mejoren, teniendo en cuenta que ya venían con una situación bastante deplorable y ahora, con casi once meses sin usarlas, el deterioro se ha incrementado. El paso del huracán Iota también dejó muchos estragos en las aulas, techos y paredes.
Necesitamos los elementos de bioseguridad, que ha señalado el mismo Gobierno, para minimizar el contagio; aumentar el número de personal de aseo para que se haga permanentemente la desinfección, ya sea tres, cuatro o cinco veces a diario, y también personal de salud capacitado para la toma de la temperatura de todo el personal.
Los directivos y los docentes estamos preparados y queremos regresar a las aulas. Nos hace falta interactuar con nuestros estudiantes, pero mientras no existan las condiciones no podemos hablar del modelo de alternancia.
La infraestructura educativa es una de las asignaturas pendientes de Cartagena, que distintos alcaldes han prometido mejorar pero sin lograrlo. Uno de los que intentó ser recordado como el mandatario que hizo la inversión más millonaria y transformadora en esa área de la historia reciente de Cartagena fue Dionisio Vélez.
Durante su gobierno atípico (2013-2015) dispuso de $63.437 millones para intervenir 66 escuelas públicas. Sin embargo, la falta de especificaciones técnicas y de diseños detallados empezaron a llenar de ruidos el proceso desde la fase de contratación, y con la entrega de las primeras obras vinieron las denuncias de mala calidad que terminaron empañando su legado. Las quejas de rectores y de los sindicatos educativos por este motivo tuvieron eco en la Contraloría, que empezó a hacer auditorías en 2016. El ente de control determinó que las construcciones y adecuaciones tenían deterioro prematuro, y que se habían presentado cambios en los usos proyectados para determinados espacios. En algunos colegios los salones fueron convertidos en baños y las canchas en patios recreativos. Según el ente de control, esto se presentó por falta de planificación y de una ingeniería de detalle en las obras que se iban a ejecutar. Por eso, le sugirió a la Alcaldía, como medida correctiva, un “mantenimiento recurrente” que, de acuerdo con la oficina de Infraestructura distrital, no ha podido realizarse por la crisis administrativa en la que ha estado sumergida la ciudad los últimos ocho años. |
LCC. ¿Cómo han adaptado los maestros del Distrito su currículo para este sistema de educación a distancia?
MPM. Aquí es importante señalar que los directivos docentes, al igual que los maestros, salvamos el año académico 2020 y esa es una deuda que el Gobierno en cualquier momento tendrá que reconocer. Los maestros, los directivos y los administrativos utilizamos toda nuestra capacidad, todas nuestras herramientas tecnológicas y de conectividad, para ponerlas al servicio del Estado y de los estudiantes, para que éstos no perdieran el año ni desertaran.
Hemos adecuado los planes de clase y de acción pedagógica para que los estudiantes puedan continuar con su proceso de aprendizaje de manera remota. Le estamos exigiendo al Gobierno una mayor dotación de computadores, tabletas o celulares inteligentes para que los docentes y administrativos puedan desarrollar las actividades sin problemas.
De igual manera le estamos exigiendo al Gobierno conectividad universal y gratuita para que los estudiantes se conecten y los maestros no tengan que estar utilizando los medios tecnológicos de sus hogares.
LCC. ¿Alcanzó el Gobierno a capacitarlos de cara a esta nueva realidad?
MPM. Nosotros como maestros, directivos y administrativos implementamos estrategias en 2020 y lo estamos haciendo este 2021, sin contar con la capacitación ni los conocimientos para trabajar a través de los medios virtuales.
Con la voluntad que siempre nos ha caracterizado a los maestros, logramos apropiarnos y avanzar con algunas herramientas tecnológicas y, en algunos casos, enviando talleres a los estudiantes que no tienen los elementos tecnológicos necesarios. Así logramos culminar 2020.
LCC. ¿Cómo fue ese proceso de enviarles talleres a los estudiantes?
MPM. Cuando nos mandaron a casa, el Gobierno Nacional envió una parte de los recursos que había prometido. En el caso de Nuestra Señora del Carmen, colegio en el que soy rector, mandaron unos 69 millones de pesos, un 50 o 60 por ciento de lo prometido. Se invirtieron según los parámetros y directrices del Ministerio de Educación, básicamente, para lo que requirieron los estudiantes en su proceso educativo. Sobre todo aquellos que no tienen elementos tecnológicos.
La mayoría de las instituciones en Cartagena optamos por trabajar con guías, talleres y dotando a algunos estudiantes con simcards y en algunos casos computadores.
LCC. En el caso de Nuestra Señora del Carmen, ¿cómo garantizaron que los estudiantes pudieran conectarse a las clases?
MPM. El Gobierno Nacional, a través de Computadores para Educar, dotó con 522 computadores portátiles a nuestros estudiantes de grado 10 y 11, por lo tanto, no hicimos inversión en compra de computadores. Esos equipos y los que se tenían en la sala de informática se entregaron bajo unos parámetros preestablecidos por el consejo directivo y con la colaboración del Consejo de Padres. Ya la mayoría de esos equipos que se prestaron fueron devueltos por los estudiantes.
Estos préstamos se hicieron para que los estudiantes que no tenían esas herramientas en casa pudieran conectarse, pero ahí tuvimos otro problema: nuestros estudiantes contaban con computadores, pero no todos tenían conectividad.
Entonces, los recursos que giró el Gobierno los usamos para guías pedagógicas y talleres, y para comprar material didáctico a los estudiantes de preescolar y primaria.
LCC. Algo que seguramente ha cambiado con la pandemia es la relación entre personal docente y padres de familia, ¿cómo ha sido ese proceso?
MPM. Tenemos que felicitar a la gran mayoría de los padres de familia, porque se convirtieron en auxiliares nuestros en el proceso de enseñanza. Es decir, que la gran mayoría de los padres de familia de las instituciones oficiales se comprometieron, teniendo en cuenta que obligatoriamente tenían que estar confinados, por lo menos los primeros meses de pandemia.
Los padres de familia fueron un soporte fundamental, sobre todo con los estudiantes de los grados inferiores.
Antes los padres de familia también participaban, pero no como lo hicieron este 2020 en medio de la pandemia.
LCC. ¿Cómo afectó a los estudiantes esta nueva realidad?
MPM. No solo a los estudiantes, esto afectó a toda la sociedad. Como decía un amigo: “estamos presos sin haber sido condenados y siendo inocentes”.
El encierro afectó grandemente a los estudiantes porque dejaron de interactuar con sus compañeros y con sus maestros, lo que generó desmotivación. En algunos casos, además, por no tener las herramientas tecnológicas. Otro factor que les afectó el ánimo fue el exceso de tareas por los talleres que enviaron los docentes. A muchos se les acumularon.
Tuvimos que reestructurar el sistema de evaluación y adaptarlo a la nueva realidad que estamos viviendo.
LCC. ¿Cómo hicieron este año que arranca para matricular a los estudiantes?
MPM. Como los estudiantes y los padres de familia venían trabajando con las herramientas virtuales, la matrícula también se realizó en línea. La mayoría de la matrícula en el Distrito de Cartagena se ha desarrollado de manera casi que normal: hoy llevamos un alto porcentaje de matriculados, que supera el 85 por ciento.
LCC. ¿Y qué cálculos tienen de deserción?
MPM. En 2020 la deserción estuvo por debajo del tres por ciento de la matrícula total y en 2019 estuvo por el orden del cuatro por ciento. Como los estudiantes estaban en la casa y los padres de familia apoyándolos, la deserción fue menor.
Podemos decir que ese porcentaje del tres por ciento hubiese sido menor si todos los estudiantes hubieran tenido las herramientas necesarias para conectarse a sus clases desde casa.
LCC. En municipios golpeados por el conflicto armado hay alerta por el reclutamiento de menores por parte de grupos al margen de la ley. ¿Hay alguna alerta que desde la Unión Sindical conozcan por vinculación de jóvenes a pandillas en las zonas más vulnerables de esta ciudad?
MPM. La alerta siempre ha existido, pero no por la pandemia, sino por las mismas situaciones de orden social que vive el país. Creo que ahora por la pandemia la situación es menor debido a que hay muchas restricciones de movilidad implementadas por los gobiernos.
LCC. ¿Qué lecciones les deja a ustedes esta nueva realidad? ¿Han sido más las satisfacciones o mucho más las frustraciones?
MPM. En vista de que no estábamos preparados ni los estudiantes ni los docentes, el 2020 nos dejó bastantes sinsabores. Esperamos que este 2021 la situación cambie y que el Gobierno mire mucho más a las instituciones e invierta mayor recurso, para tener un poquito más de satisfacción y alcanzar mayor calidad.