Emperatriz Alquerque Suárez, primera de izquierda a derecha, estudió Comunicación Social en la Universidad de Cartagena. Formó parte del colectivo estudiantil Sin Tinta. /Foto: Archivo privado.
¡Hasta siempre, Empe!
El 11 de julio, un sicario acabó con la vida de Emperatriz Alquerque en Cartagena. Es la víctima más reciente de una racha que, hasta el 5 de julio, dejaba 126 sicariatos en esta capital, dos menos que en el mismo periodo de 2023. Uno de sus entrañables amigos, periodista de La Contratopedia, le dice adiós y clama justicia.
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Emperatriz Alquerque Suárez es un nombre que, por lo injusto de su muerte, se repite en muchos medios de comunicación desde el espantoso jueves 11 de julio de 2024. Para las autoridades de esta ciudad, que vive una guerra sin cuartel a la que todos estamos expuestos, ahora es un número. Otra estadística criminal más.
Para nosotros, sus amigos, familiares, compañeros de trabajo, quienes la conocimos, no lo es. Para nosotros su crimen no puede ser un indicador más. Para nosotros su crimen no puede quedar en la impunidad. Tiene que haber justicia.
Para quienes la despedimos, para quienes acompañamos a Carmen, a Noah, a Agustín y a Rodo, Emperatriz, Empera, Empe, era el ser más noble, más amoroso, más entregado, más sincero, más familiar que la vida pudo regalarnos.
Para mí, para Sin Tinta, ese sexteto universitario que armamos en los pasillos del claustro San Agustín, en la Universidad de Cartagena, que soñó demasiado en las noches de Tantotinto —el programa de música, vinos y licores que logramos hacer en La Diferencia—, Empe era una hermana mayor, era el ejemplo más claro de tenacidad y de entrega. Era el ejemplo del sacrificio de una madre por el bienestar de su hijo.
Desde que confirmamos su muerte, quedamos desgarrados y no hemos hecho más que desear que todo esto sea una pesadilla, una broma pesada de la vida. Pero no lo es, su repentina y violenta partida es una realidad inmodificable que nos quebró para siempre.
Empera ya no estará más aquí con nosotros, pero no la dejaremos ir, no podemos dejarla ir: su sonrisa, sus palabras, sus consejos, sus gestos de amor infinito, sus ganas de estar siempre para todos vivirán en cada uno de quienes tuvimos el privilegio de encontrarla en este camino tan azaroso que es la vida.
Sí, estas letras están cargadas de dolor, angustia, zozobra, pero sobre todo son un grito herido que le exige a las autoridades de Cartagena, del país, #JusticiaParaEmperatriz. Para que no haya más madres enterrando a hijas e hijos inocentes. Para que no haya más niños y niñas a quienes la violencia los obligue a madurar prematuramente, a dejar de ver el mundo con ojos inocentes. Para que no haya más hermanos rotos de dolor. Para que no haya más sangre.
Buen viaje Empe…
Nos retumba tu advertencia de hace tan solo unas semanas de lo poco que nos veíamos, abrumados por las obligaciones cotidianas. Era tu reclamo amoroso. Nos quedaron tantas charlas pendientes, la ida a San Onofre, más ratos con nuestros hijos. En otra dimensión será.
Hasta siempre, Empe. Hasta siempre.
Te amo Canchi ❤️❤️❤️❤️❤️.
Aquí estoy para servirte
Emperatriz hermosa siempre serás recordada como una mujer trabajadora y muy cariñosa Dios misericordioso te reciba en tú reino y cuide de los tuyos para siempre…🙏
Mi querida Empe no fué muchoelo que compartimos, pero lo poco fue para crear una bonita amistad, recuerdo la última vez que hablos íbamos abrazados riendo y hablando de ese amigo en común, nunca concretamos ese reencuentro, Díos te revisa, personas como tú pocas #justicia para mí empe
Más que mi sobrina, mi amiga mi confidente, mi hermana te extraño tanto nada volverá a ser igual, tu organizando nuestros encuentros familiares y esa sonrisa hermosa que nunca olvidaré, Dios te tenga en su reino mi Empe sembraste en tantos corazones que por siempre vivirás en ellos
Un abrazo mi querido Antonio