Turbay sube, Arana cae: los dos mandatarios más populares del Caribe en la última Invamer

Como parte de sus gestiones de gobierno, Dumek Turbay y Yamil Arana le han apostado a capitalizar el fervor que despierta el Real Cartagena. /Foto: Imagen del perfil en Instagram de Yamil Arana.

Turbay sube, Arana cae: los dos mandatarios más populares del Caribe en la última Invamer

Aunque comparten estrategias comunicativas similares, los niveles de aprobación del alcalde de Cartagena y del gobernador de Bolívar demuestran que su impacto en la ciudadanía no es el mismo.

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En la más reciente encuesta de Invamer, publicada esta semana, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, y el gobernador de Bolívar, Yamil Arana, se ubicaron como los mandatarios locales con mayor aprobación del Caribe y segundos a nivel nacional. 

Pero sus trayectorias en la opinión pública van en direcciones opuestas: mientras Turbay subió nueve puntos y alcanzó un 75% de aprobación, Arana cayó por segunda vez consecutiva y marcó 62%.

La Invamer Poll, que cada dos meses mide la aprobación de alcaldes y gobernadores en los seis principales departamentos y capitales del país, fue aplicada a 200 personas en Cartagena, entre el 7 y el 16 de junio pasados.

Contrataciones recientes y narrativa de transformación le funcionan a Turbay 

Con el 75% que alcanzó en la última medición, Turbay no sólo recuperó terreno tras haber caído a 66% en abril —su punto más bajo desde que está en la Alcaldía—, sino que se posicionó como el segundo alcalde mejor evaluado del país, por debajo de Federico Gutiérrez (Medellín, 79%) y por encima de Alejandro Char (Barranquilla, 71%).

Ese repunte coincide con adjudicaciones recientes de infraestructura pública con las que promete mejorar la calidad de vida en Cartagena, como el Intercambiador Vial de La Carolina, el Gran Malecón del Mar y cinco megacolegios en zonas vulnerables. 

No parecen hacerle mella a su popularidad las dudas de transparencia que rodearon esas contrataciones, como:

  • La escasa pluralidad de oferentes.
  • La divulgación tardía de la información técnica.
  • Requisitos habilitantes añadidos sobre la marcha. 
  • Y audiencias de adjudicación señaladas de falta de garantías.

A estas obras, de casi medio billón de pesos, se suma una intensa estrategia de comunicación distrital, cuestionada por su estrecha cercanía con los medios de comunicación y por ser populista, que ha incluido:

  • Eventos con empresarios y líderes locales para anunciar inversiones.
  • Una narrativa de gobierno ejecutor que combina cemento con impacto social. 
  • Aprovechar fechas simbólicas, como la celebración de los 492 años de Cartagena.
  • Mayor asertividad del alcalde en su comunicación con los ciudadanos, luego de episodios polémicos entre marzo y abril.
  • Y una continua presencia en plataformas digitales y medios de comunicación locales y nacionales.

Desde el inicio de su mandato, el manejo de la imagen pública ha sido prioritario para Turbay. En lo que va del año, el plan de medios del Distrito para la difusión de contenidos suma $970.000.000.

Pese a la alta aprobación de Turbay, persiste una percepción negativa sobre el rumbo de la ciudad. Un 69% de los encuestados cree que las cosas en Cartagena van por mal camino. 

Entre los problemas mencionados están la inseguridad, el desempleo, la crisis en salud y las bandas criminales, asuntos que competen tanto al gobierno local como al nacional.

La inseguridad, en particular, ha sido el talón de Aquiles de Turbay en el año y medio que lleva en La Aduana. En la pasada medición de Invamer, ese tema le restó favorabilidad, especialmente por una seguidilla de homicidios ocurridos durante Semana Santa.

Arana vuelve a caer, pese a millonaria inversión en imagen

Con un 62% de aprobación, el gobernador de Bolívar, Yamil Arana, se mantiene como el segundo mandatario departamental mejor evaluado del país, detrás de Andrés Julián Rendón, de Antioquia (66%). Sin embargo, su popularidad sigue descendiendo: bajó cuatro puntos desde abril y acumula una caída de 14 puntos desde febrero, cuando alcanzó un máximo histórico de 76%.

Aunque la aprobación actual sigue dentro del rango que marcó durante 2024, cuando osciló entre 58% y 65%, el desplome contrasta con el esfuerzo institucional de Bolívar por proyectar una imagen sólida de gobierno. Este año, Arana ha triplicado el gasto en difusión publicitaria: pasó de menos de $900.000.000 en 2024 a $3.134 millones.

Esa plata destinada a pauta publicitaria forma parte de un contrato interadministrativo, de $5.861 millones, que la Gobernación firmó con Puerta de Oro, empresa mixta de Barranquilla, para la gestión integral de servicios de operación logística y difusión de eventos y campañas institucionales

Entre los servicios contratados están:

  • Entrevistas y notas periodísticas en cadenas radiales (FM y AM).
  • Generación de contenidos en al menos tres periódicos regionales.
  • Video reels de dos minutos para redes sociales.
  • Un podcast sobre la transformación de Bolívar.
  • Y galerías fotográficas para Instagram.

Pese a esa millonaria inversión, su imagen completa ya cuatro meses de caída sostenida. Si bien las encuestas de Invamer se aplican exclusivamente en Cartagena —y no reflejan de forma directa la percepción en los municipios bolivarenses—, hay factores que podrían estar influyendo en el desgaste.

Por un lado, gran parte de las obras que la administración Arana muestra como logros son proyectos inconclusos heredados de su antecesor y aliado Vicente Blel Scaff, que terminó de construir. Ocho megacolegios en igual número de poblaciones bolivarenses son ejemplo de ello, aunque una de esas obras aún tiene pendientes, la de Córdoba Tetón. 

En cambio, sus propios proyectos —como la millonaria apuesta por el saneamiento básico en municipios y la construcción de megacolegios en Turbana y Villanueva— apenas están despegando.

A eso se suma una narrativa institucional centrada casi exclusivamente en su figura, con estética de influencer y escasa visibilidad tanto de su equipo de gobierno como de los procesos detrás. Ese protagonismo de la imagen del mandatario, por encima de los resultados de gestión, parece haber empezado a perder el efecto disruptivo del año pasado.

Es decir, la apuesta de Arana por formatos audiovisuales breves y dinámicos —como los videos para Instagram o TikTok— rompió con las prácticas tradicionales de comunicación institucional y le permitió posicionarse como un mandatario cercano, empático y sintonizado con las nuevas audiencias digitales.

Sin embargo, ese capital simbólico comienza a agotarse. El uso reiterado de esos formatos desgasta el impacto emocional, especialmente en el segundo año de gobierno, cuando la ciudadanía empieza a exigir transformaciones visibles en el departamento.

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