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Juan Alejandro Tapia /Foto: Cortesía
[Opinión] Tambores de Carnaval
Desde la frustrada contratación de James hasta la Lectura del Bando, el hilo de la política conecta casi cualquier tema en Barranquilla, incluso los conciertos de Shakira, analiza Juan A. Tapia.
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Para el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, el Carnaval 2025 no es uno más. Marcará el ambiente de su segundo año de gobierno, que no ha tenido la misma receptividad de sus dos primeros mandatos. Planeaba atribuirse el éxito de la contratación de James Rodríguez, que habría alejado los reflectores de los problemas más que evidentes de inseguridad, desempleo, servicios públicos, hambre y corrupción, pero el capitán de la Selección Colombia prefirió irse a México por el doble de lo que ofrecía la dirigencia del Junior.
Tanto dolió el desprecio de James que hasta la reina central del Carnaval, Tatiana Angulo Fernández de Castro, le cantó la tabla al futbolista, en concordancia con el alcalde, en su Lectura del Bando. “Si aquí ha jugado hasta el mismísimo Pibe, tú tranquilo, papá, que no necesitamos a ningún James Rodríguez”, dijo la soberana, a pulmón herido, para desatar la locura en el estadio Romelio Martínez.
Fue la continuación de la campaña de desprestigio contra el jugador que comenzó el mismo alcalde al afirmar que “nadie ni nada está por encima del Junior”. Pero lo que en principio fue recibido con risas y aplausos entre los asistentes al Bando, no tuvo la misma aceptación en las redes sociales, el verdadero termómetro de lo que ocurre en el seno de las fiestas, donde la batalla de egos está más caliente que el pavimento de la Vía 40 un sábado de Carnaval.
La estrategia de unificar la programación para este 2025 con una agenda única de actos festivos y lúdicos, ejecutada por la organización del Carnaval, tropezó con un obstáculo inesperado: el enfrentamiento de los seguidores de la reina central, Tatiana Angulo, y de la reina de la 44, Alexsandra Estarita Villa, secreto a voces en el mundo de la farándula local, surgido de la decisión de la segunda de no dejarse eclipsar por la parafernalia que tradicionalmente rodea a la soberana elegida por la Junta Directiva de Carnaval SAS.
A sus 28 años, el papel de súbdita parece no encajar en la personalidad de ‘Lex’ Estarita, como es conocida por sus familiares y amigos esta barranquillera graduada del Berckley School y egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad del Norte, quien empezó a prepararse para competir por la corona central desde 2017, pero no recibió nunca el beneplácito de la junta.
Aunque Tatiana Angulo no ha sufrido hasta ahora críticas más despiadadas de las que han tenido que soportar algunas de sus antecesoras, por su manera de bailar o su conocimiento de las raíces del Carnaval, la visibilidad de la soberana de la 44, sobre todo en redes sociales, es más notoria que en años anteriores, y algunos expertos opinan que ha logrado opacar a la reina central sin contar con el mismo respaldo económico ni mediático.
La expectativa es que el nuevo gerente del Carnaval, Juan José Jaramillo, refuerce el papel de la junta central y, por ende, la figura de Tatiana Angulo. La reina ha empezado por darle un viraje a su presencia digital y manejo de redes. Unirla a la imagen de Shakira, como quedó evidenciado en el lanzamiento del nuevo lema de las fiestas, ‘En Barranquilla se baila así’, junto a la estatua de la cantante en el Malecón del Río, es la punta de lanza de la nueva estrategia de comunicación.
Jaramillo, del riñón del alcalde, llega para imponer la visión del mandatario en un lugar estratégico para la percepción de los barranquilleros sobre su ciudad. Su designación como jefe de la Oficina del Sisbén, en agosto de 2024, había generado suspicacia por tratarse de un cargo de escasa visibilidad para una persona de la casa. Ahora, ‘Juancho Medias’ —por sus más de mil calcetines de infinidad de motivos y colores— encontró la horma de sus zapatos. Exsecretario de Desarrollo Económico del Atlántico, exconcejal de Barranquilla, exsecretario distrital de Cultura y exdirector de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta, que administra el complejo arquitectónico de La Aduana, tiene el reloj en contra para hacer de éste un Carnaval inolvidable.
Con las finanzas al límite, la falta de apoyo del presidente Petro y del Gobierno Central, una criminalidad disparada que pone en entredicho cualquier logro de la administración, y la novedad de un candidato con billetera abullonada como el empresario Samuel Tcherassi, que acaba de comprar el diario La Libertad para hacerle contrapeso al discurso oficial de la Barranquilla a otro nivel, el alcalde Char hace bien en encomendarse a Shakira.
Es triste ver a lo que ha llegado el carnaval de Barranquilla. Perdió su magia.