
La transformación de la infraestructura pública barranquillera ha sido posible, durante la última década, gracias a una billonaria deuda. Sin embargo, cada vez hay más alertas por el alto nivel del gasto. /Foto: Tatiana Velásquez
La versión acomodada de Char sobre las calificaciones crediticias de Barranquilla
En su más reciente promoción sobre el estado de las finanzas de la capital del Atlántico, el alcalde dejó por fuera una medición clave para los bancos. Una calificadora cambió de negativa a positiva su perspectiva de evaluación tras la refinanciación del 40% de la deuda.
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En diciembre pasado, el alcalde Alejandro Char sacó pecho en la red social X por las calificaciones crediticias que Barranquilla obtuvo en las dos revisiones más recientes de las reconocidas firmas Fitch Ratings y Moody’s.
El mandatario, sin embargo, publicó solamente los apartes de las evaluaciones que le son más favorables y hasta fue impreciso al mencionar una de ellas.
¡Barranquilla sigue demostrando que vamos por buen camino!
Les comparto que las reconocidas firmas Fitch Ratings y Moody’s otorgaron a Barranquilla una calificación crediticia de AA con perspectiva Estable, destacando el manejo responsable y sólido de nuestras finanzas públicas.…
— Alejandro Char (@AlejandroChar) December 10, 2024
Char publicó esa información con la intención de mostrar que las finanzas públicas de Barranquilla son sólidas, después de alertas de distintas organizaciones por el alto nivel de endeudamiento y de las críticas de su exaliado político y ahora férreo opositor Samuel Tcherassi.
Lo que dijeron las calificadoras
En noviembre pasado, Fitch Ratings, una de las tres calificadoras más grandes del mundo, le mantuvo la calificación internacional de largo plazo a Barranquilla en BB y la de largo plazo nacional en AA, notas aceptables gracias a su comportamiento tributario.
La primera indica mayor vulnerabilidad al riesgo de incumplimiento, mientras la segunda, menores posibilidades de no pago (aquí la escala completa de Fitch Ratings).
Además, esa calificadora cambió a estable su perspectiva crediticia tras haberla proyectado negativa en un reporte de mayo de 2024. Lo hizo porque el Distrito le comunicó la reestructuración del 40% de su deuda a largo plazo y justificó su interés en financiar nuevos créditos en pesos colombianos y no en moneda extranjera.
“Este enfoque reduce su exposición al riesgo cambiario. Sin embargo, persisten retos importantes, como el riesgo asociado a altos niveles de deuda y posibles impactos de condiciones macroeconómicas adversas”, le explicó el tanque de pensamiento Fundesarrollo a La Contratopedia Caribe.
Barranquilla, de hecho, cerró 2024 con $653.461 millones aprobados por los bancos, de los cuales el 42% iba destinado a sustituir o refinanciar créditos de 2021 y 2023, mientras el resto fue deuda nueva para obras del ‘Plan de Desarrollo Barranquilla, a otro nivel 2024-2027’, según los empréstitos publicados por la Alcaldía en el Sistema Electrónico de Contratación Pública (Secop).
Los bancos, sin embargo, no necesariamente desembolsan los créditos de inmediato.
También Moody’s, otra calificadora del grupo de las tres más grandes del mercado, emitió calificaciones el 2 de diciembre pasado. Esa organización le dio a Barranquilla Ba1 y Baa3, que evidencian un grado medio o riesgo moderado de crédito, pero lejos de la máxima calificación de solvencia Aaa.
“El perfil crediticio de Barranquilla está limitado por un gasto de capital históricamente elevado, que continuará siendo alto para financiar infraestructura y necesidades sociales, lo que genera elevados requerimientos de financiamiento, altos niveles de deuda y un servicio de deuda significativo”, se lee en el informe decembrino de Moody’s.
Y la calificación Baa3 de esa calificadora es fruto del perfil crediticio independiente del Distrito y de la suposición de “un fuerte apoyo extraordinario del gobierno colombiano” a Barranquilla “en caso de enfrentar estrés agudo de liquidez”.
Moody’s no detalló en qué se basó para plantear esta posibilidad, que ya la había mencionado en su calificación de junio de 2024 y va en contravía del marco regulatorio colombiano, que no contempla rescates financieros del Gobierno Nacional a entidades territoriales ante la falta de liquidez.
En otras palabras, esa calificadora mantiene su perspectiva estable basándose en factores que no dependen del todo de Barranquilla y, en cambio, tienen incertidumbre alta.
Lo que Char no dijo
Char anunció el 10 de diciembre, en su cuenta de X, que Fitch Ratings y Moody’s le “otorgaron a Barranquilla una calificación crediticia de AA con perspectiva estable”. Lo que el alcalde no dijo es que la calificación AA sólo la emitió Fitch para el mercado local, es decir, para comparar el comportamiento de Barranquilla con sus pares nacionales (otras capitales).
Tampoco mencionó en su publicación la evaluación que más pesa en el mercado por ser la que mide la capacidad de pago en un contexto global: la calificación internacional o IDR, que Fitch Ratings la mantuvo en BB.
Esa nota —que no está dentro de la escala de poco riesgo, es decir, entre A y AAA— evidencia cierta flexibilidad financiera del Distrito para cumplir con sus compromisos, pero con posibilidades de incumplimiento, sobre todo si se dan cambios económicos adversos.
En su publicación Char también fue impreciso al mencionar la calificación de Moody’s, pues dijo que era AA y en realidad la calificación base de esa firma fue Ba1 y la de largo plazo, Baa3 (última dentro de la categoría de bajo riesgo – prime, antes de ingresar a la escala de alto riesgo – subprime).
Pese a la versión acomodada e imprecisa del mandatario barranquillero, un buen número de medios de comunicación locales y nacionales replicaron su anuncio, tal como lo publicó en su cuenta de X, sin corroborar la información con las fuentes primarias, es decir, los boletines emitidos por las calificadoras.
Incluso, la Alcaldía emitió un comunicado de prensa a partir de la publicación del mandatario con el encabezado ‘Otorgan calificación AA con perspectiva estable a las finanzas de Barranquilla’.
La creciente deuda de Barranquilla
A diciembre pasado, Barranquilla proyectaba terminar 2024 con $3,6 billones de deuda y con un indicador de sostenibilidad de 147,4%, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024-2033.
Esa cifra está por encima de los límites legales, que corresponden al 100% de la relación saldo de deuda – ingresos corrientes (Ley 358 de 1997, modificada por la Ley de Inversión Social).
La deuda no dejará de crecer porque el actual gobierno distrital tiene pretensiones de créditos por hasta tres billones, que el Concejo le aprobó en enero de 2024.
Si Char logra que los bancos le presten todo ese monto, Barranquilla puede sumar, al 31 de diciembre de 2027, casi $4,1 billones en préstamos —según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025-2033—, pese a todas las alertas emitidas por organizaciones locales e incluso las recomendaciones del Ministerio de Hacienda.