La construcción de esta vía en Villa Hermosa tiene un avance del 70%, según la Secretaría de Infraestructura. /Foto: Antonio Canchila García.
La millonaria inversión vial con la que Turbay promete transformar las zonas olvidadas de Cartagena
Con dos contratos adjudicados por $119.137 millones, la Alcaldía interviene la malla vial para aumentar los kilómetros de calles en las tres localidades de esta capital. Esa pavimentación masiva tiene, por ahora, dos quejas recurrentes.
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Esta historia forma parte del especial periodístico ‘Hablemos del Plan: del papel a la realidad’ .
Con un morral en la espalda y el celular pegado a la oreja, Edith Torres Jaraba, una mujer negra de 156 centímetros de altura, camina por la calles de Villa Hermosa, barrio del suroccidente de Cartagena. Saluda a sus vecinos mientras marca, repetidamente, el número de su amiga Aracelis. Cuando ella le devuelve la llamada ya es tarde.
— Ajá, mija, llevo como media hora llamándote. Era para que le dijeras a tu marido que viniera para la obra. Necesitan trabajadores y me pidieron gente del barrio. Pero como no me contestabas, tuve que llamar a otro, dice Edith, mientras espera una respuesta al otro lado de la línea.
— Ay, sí… Vi que me habías llamado 15 veces, pero estaba fuera. ¿Y por qué no lo llamaste a él directamente?, responde Aracelis con tono de disculpa, en altavoz.
— Es que me llamaron rápido y no traía la hoja de vida de él aquí en el bolso. Pero si piden más gente, te aviso, le dice Edith, con la esperanza de que pronto se abran más plazas de empleo para su comunidad.
La obra de la que habla Edith es la construcción en concreto rígido de la Carrera 89, una vía de 1.700 metros lineales de Villa Hermosa, que la Alcaldía de Cartagena interviene desde septiembre pasado, como parte de la primera fase de rehabilitación vial que ejecuta en todo el Distrito.
Villa Hermosa nació en el año 2000 como un asentamiento de víctimas del conflicto armado.
— El 24 de julio del 2000 comenzamos este barrio desde cero, en cambuches, porque no teníamos otra opción, recuerda Edith, quien llegó a Cartagena desde el corregimiento de Las Lajitas, en El Carmen de Bolívar.
Veinticuatro años después, el 80% de quienes habitan Villa Hermosa son desplazados.
Como lo muestra el diálogo entre Edith y Aracelis, la pavimentación de la Carrera 89 ha dinamizado la economía de esa zona de la ciudad: ha generado al menos 32 empleos directos e indirectos desde septiembre. Y, aunque la obra aún no está lista —debe estarlo a finales de este año—, los avances ya han reactivado las ventas en ferreterías, tiendas de abarrotes y talleres mecánicos que antes eran de difícil acceso para los clientes.
La pavimentación de la Carrera 89 forma parte de la apuesta de la administración de Dumek Turbay por disminuir el déficit histórico de vías en esta capital, que no crecen desde 2012. Desde entonces, Cartagena tiene 1.833 kilómetros – carril, según el Informe de Calidad de Vida de Cartagena Cómo Vamos 2023, presentado en junio pasado.
Lejos de crecer en kilómetros – carril, la malla vial cartagenera se ha deteriorado durante la última década. Entre 2022 y 2023, por ejemplo, el porcentaje de vías en mal estado aumentó del 17% al 22%, según datos suministrados por la Secretaría de Infraestructura a Cartagena Cómo Vamos.
Vías tan deterioradas que le encarecen la vida diaria a los cartageneros, que deben pagarles tarifas mucho más costosas a los taxis y motos que accedan a transportarlos. Los conductores aumentan el costo de cada trayecto ante el riesgo de dañar sus vehículos, mucho mayor en tiempos de lluvias —como las que han caído sobre la ciudad este último trimestre del año—, porque las trochas se convierten en lodazales.
Por eso, dentro de la línea estratégica Ciudad Conectada y Sostenible, del Plan de Desarrollo Cartagena, Ciudad de Derechos, dos programas buscan mitigar esa realidad. Según este documento matriz, durante el cuatrienio 2024 – 2027, Cartagena construirá seis kilómetros nuevos de vías urbanas y rehabilitará otros 60 kilómetros.
En esa apuesta, el Distrito ya adjudicó dos contratos que suman $119.137 millones y tienen activos 14 frentes de trabajo en las tres localidades.
El primero de esos contratos se lo ganó, en junio pasado, el Consorcio Rehabilitación Vial, por $68.784 millones, y el segundo, el Consorcio Paviconstrujc, por $50.333 millones.
La vía por la que ahora Edith camina sin botas pantaneras, como debía hacerlo hasta hace poco, es una de las seleccionadas por el Distrito para la primera fase de obras a cargo del Consorcio Rehabilitación Vial.
Desde que empezó la fundición de placas de concreto, la transformación del entorno es evidente. Sin embargo, esta vía es apenas una de las tantas urgencias de una comunidad que espera más inversión distrital durante los próximos tres años.
El cambio con los primeros metros lineales de concreto
Villa Hermosa se pobló en medio de la adversidad. Lo primero que hicieron sus pobladores iniciales, en el 2000, fue abrirse paso entre la maleza. Aquellos hombres y mujeres, expulsados de los Montes de María por la violencia, comenzaron a construir sus nuevos hogares en un terreno baldío, cercano a unos potreros y a la vía de acceso a la zona industrial de Cartagena.
Desde entonces, la comunidad ha asumido una cruzada para mejorar su calidad de vida ante el retardo estatal.
— Esto aquí no tenía luz. Los postes que tenemos en nuestra comunidad han sido colocados, en su mayoría, por nosotros mismos. Hacíamos actividades, recogíamos fondos y comprábamos los postes. Las guayas, que vienen de Arroz Barato (barrio vecino de Villa Hermosa), también las conseguimos de esa manera: poco a poco, recuerda Edith.
Durante esos primeros años de Villa Hermosa, la respuesta constante de la Alcaldía de Cartagena fue la misma: era una invasión y la inversión distrital no podía llegar hasta tanto no se cumpliera un proceso de regularización.
Es decir, que el barrio fuera reconocido por la institucionalidad local, que tuviera servicios públicos legales y sus predios registro de escrituras. Con ese reconocimiento, aún en trámite ante la Secretaría de Planeación, esta comunidad deberá quedar incluida a mediano plazo en más planes distritales de infraestructura.
La primera intervención en el barrio, distinta a los esfuerzos comunales, ocurrió en 2016, cuando el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la Cooperación Española, financió la instalación de redes de acueducto y alcantarillado.
De hecho, gracias a ese proyecto, Villa Hermosa ocupó titulares en medios nacionales e internacionales en junio de 2023, cuando la reina Letizia, de España, visitó la zona para conocer cómo esas redes sanitarias han cambiado la vida de la comunidad los últimos ocho años.
En su recorrido, la reina Letizia, calzando botas y vistiendo un chaleco rojo, conversó con varios habitantes y conoció sus viviendas para corroborar el abastecimiento de agua del proyecto financiado con fondos públicos de su país, que beneficia a 165.000 personas.
Edith ya perdió la cuenta de las veces que ella y otros líderes de la comunidad recorrieron las secretarías de Planeación e Infraestructura del Distrito pidiendo inversión para su barrio.
— Siempre nos daban una excusa: que el tipo de suelo, que teníamos que esperar a que actualizaran el POT (Plan de Ordenamiento Territorial). Siempre había un obstáculo, hasta ahora que finalmente se nos ha dado esto, comenta aludiendo la pavimentación de la Carrera 89.
Mientras recorre tramos pavimentados de esa vía, Edith saluda a varios de sus vecinos. Uno de ellos es Luzmira Chico, quien lleva 18 años en el barrio y por primera vez su casa no estará frente a una carretera destapada.
Luzmira recuerda haber perdido la esperanza de verla con concreto. Y tenía razones para desconfiar.
— Siempre decían que nos iban a incluir en la pavimentación, pero nada. Quedaba en proceso.
Para ella, una mujer de casi 60 años, pasar del barro al concreto rígido es como un salto en garrocha en su calidad de vida.
— Por más que uno quisiera tener su casa limpia, siempre había barro o polvorín. Y ni hablar de cuando había que salir de por acá: tocaba con botas o bolsas en los pies, para luego cambiarse los zapatos cuando uno llegaba a donde había pavimento.
Ahora, el ambiente es otro, de esperanza. Esos primeros metros lineales de pavimento han impulsado a los residentes a mejorar sus viviendas: algunos pintan sus fachadas, otros amplían sus terrazas y unos más ajustan los desagües para evitar que las aguas lluvias se estanquen en la entrada de sus casas.
Luzmira, por ejemplo, contrató a un albañil para construir una rampa de acceso a su terraza.
A pocos metros de la casa de Luzmira, Dagoberto De la Hoz, uno de los vecinos que trabaja en la construcción de la Carrera 89, destaca otro de los beneficios que ya comienza a dejarles la pavimentación: la reactivación de los comercios.
— Ahora, en todo este tramo que ya está listo, se puede ver cómo los carritos entran, hacen compras en las ferreterías, tiendas y otros negocios, porque ahora pueden transitar. Antes, la gente no llegaba hasta aquí porque no había forma de sacar lo que compraban. Si traían una moto, cobraban más por el paso. Ahora, es mucho más fácil.
Y ese mismo cambio lo nota Erika Cuadrado, administradora de la ferretería Mi Barrio. Mientras despacha un pedido de arena y triturado, recuerda que la Carrera 89 era una vía intransitable para carros y motos, que, desde octubre pasado, ya pueden llegar a dejar y llevar pedidos. Ese tráfico representa más ingresos para el negocio.
También con la calle pavimentada, la comunidad de Villa Hermosa espera que movilizarse cuando haya alguna emergencia médica sea mucho más fácil de lo que ha sido durante las últimas dos décadas.
— Antes no se podía transitar. Si teníamos que sacar a un enfermo hacia Arroz Barato, no sabíamos si iba a morir por la enfermedad o por un accidente en la moto, debido al barro que cubría la zona. Ningún carro pasaba por aquí, cuenta Edith.
Aunque la transformación ya es palpable en este sector de Villa Hermosa, uno de los siete que conforman el barrio, al otro lado de la nueva vía saltan a la vista más necesidades urgentes.
Edith las enumera con la precisión de quien las tiene apuntadas.
— La vía principal que comunica con los dos colegios del barrio está en pésimo estado. No tenemos un salón comunal, ni un centro de atención para la primera infancia, ni tampoco contamos con un centro de salud.
El buen ritmo de los trabajos en la Carrera 89 de Villa Hermosa contrasta con los retrasos en otro sector que también forma parte de la primera fase de intervención vial que ejecuta el Distrito, en el suroccidente de Cartagena: El Silencio.
La lenta construcción de 658 metros lineales en El Silencio
El nombre de Melchor Pérez Torres es bien conocido en el mundo de la champeta. Se ha hecho famoso con ‘petardos’ (éxitos musicales) como ‘La Perrera’, ‘El Ratero Salao’ y ‘La Vaca’, que suenan en las esquinas más populares de la ciudad.
Esta es la historia de una vieja vaca que la ordeñó un ternero.
Ahora dice que su toro, para ella no vale cuero.
Lo que está pasando es que a ella la ordeñó un pelao…
Con el mismo desparpajo e ingenio con el que compone y canta sobre la cotidianidad cartagenera, desde que empezó la construcción de la vía principal de El Silencio, el barrio donde reside desde hace más de dos décadas, Melchor ha tomado la vocería en el seguimiento a esa pavimentación.
— Esto lo están haciendo obligados por un Juez. Tenía que hacerlo Dau (William Dau, exalcalde de Cartagena) y, como se hizo el loco, ahora le tocó a Dumek, pero la obra no la están haciendo ni como la solicitamos ni como esperábamos que la hicieran. Esto no está caminando bien.
Esa intervención llega después de una acción popular. Cansados de esperar a que el Distrito les mejorara las condiciones para desplazarse dentro de su barrio, los residentes de El Silencio interpusieron en 2023 ese mecanismo constitucional para exigir la construcción de más de un kilómetro de vía en concreto rígido.
Sin embargo, ahora que el gobierno Turbay la incluyó en la primera fase de adecuación de calles, los habitantes de esta zona se encontraron con 658 metros de construcción, en lugar de un kilómetro de longitud.
A esa reducción en los metros lineales que debían ser intervenidos, se suman inconvenientes que han marcado la ejecución de estos trabajos y que impiden que la carretera esté lista antes de que termine noviembre, como les había prometido el Distrito.
El primero de los inconvenientes es la reubicación de un poste de energía en el sector Andrés Pastrana, que, con la nueva delimitación de la calle principal, queda en medio de la vía. Desde septiembre, los moradores de ese sector esperan que la empresa Afinia, operadora del servicio de energía en Cartagena, retire el poste.
El segundo contratiempo de la pavimentación se presenta en una zona conocida como ‘Las Cuatro Calles’, que conecta a El Silencio con el sector Nueva Jerusalén. Allí hay una corriente de agua constante que, hasta el momento, los ingenieros que trabajan en la construcción de la vía no han podido determinar si es una fuga del sistema de acueducto del Distrito o es un ojo de agua natural.
El punto está justo diagonal a la casa de Melchor.
— La comunidad no permitirá que continúen con la pavimentación de la vía hasta que resuelvan el problema con la corriente de agua, porque si lo permiten, el concreto se dañará en poco tiempo, dice.
La Contratopedia Caribe consultó a la Secretaría de Infraestructura sobre los dos puntos que enredan la construcción de esta carretera. La Oficina de Prensa de esa dependencia respondió que sigue tramitando con Afinia el traslado del poste. En cuanto al ojo del agua, “las aguas correrán por la vía para entrar a un canal”, que será construido como parte del proyecto de rehabilitación vial.
A los contratiempos y demoras que ha tenido la carretera principal de El Silencio se suman una serie de críticas a los contratos del Distrito.
Las críticas a la pavimentación masiva de Turbay
Desde sus inicios en agosto pasado, el proyecto de pavimentación masiva del gobierno de Dumek Turbay ha sido objeto de críticas, tanto por la calidad de algunas de las obras como por uno de los proveedores de concreto.
Una de las rehabilitaciones viales que más cuestionamientos ha generado es la de la Avenida Daniel Lemaitre, en el Centro Histórico.
Entre junio y octubre, el Consorcio Rehabilitación Vial intervino 530 metros lineales con una inversión de $2.800 millones, y según lo anunciado por el propio Turbay, esa obra incluyó un cambio en el sistema de drenaje para garantizar la evacuación rápida de las aguas lluvias.
El alcalde explicó que en todo ese tramo de vía el Consorcio reemplazaría “las cunetas de 30 centímetros por otras de 1,50 metros para evitar inundaciones” y que construiría “un sistema de bombeo para mejorar el flujo de agua.”
Sin embargo, este cambio no ha resuelto los problemas de drenaje. En la zona entre la calle Tripita y Media y la Avenida Luis Carlos López, usuarios en redes sociales han reportado agua estancada después de las lluvias.
Además, algunos tramos de la recién inaugurada vía ya presentan deterioro, como el reportado por un usuario el 13 de noviembre cerca del Edificio Banco del Estado, donde ya se observan al menos dos huecos.
La Secretaría de Infraestructura le dijo a La Contratopedia que la falla en el drenaje de la Avenida Daniel Lemaitre se debe a la “obstrucción de unos imbornales que serán intervenidos en las próximas semanas”.
Y sobre los huecos en parte de la vía, la Oficina de Prensa de esa dependencia indicó que son responsabilidad de “la empresa Aguas de Cartagena que realizó unos trabajos” en 2023.
Críticas similares ha recibido la recién inaugurada vía 90A, contigua al Colegio Británico, en la zona norte. Allí el Distrito invirtió $13.000 millones en la construcción de 1,9 kilómetros en concreto rígido, que ahora tiene problemas de empozamiento.
De hecho, padres de familia de ese colegio se han quejado en redes sociales porque al entrar y salir del plantel se encuentran con las aguas estancadas que, según advierten, representan un riesgo para la salud de los estudiantes y docentes.
Consultada sobre ese empozamiento, la Oficina de Prensa de la Secretaría de Infraestructura respondió que se debe a que “el propietario de un lote privado, aledaño a la carretera, cerró el canal de desagüe, impidiendo el flujo natural del agua” a una ciénaga de ese sector.
Esa situación, según Infraestructura, ya fue denunciada ante la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique) para que tenga pronta solución.
La otra crítica que enfrentan las dos fases de rehabilitación vial del gobierno Turbay tiene que ver con la empresa Cemento País SAS, uno de los proveedores del concreto que usan los dos consorcios ejecutores de las obras.
En lo que va de 2024, esa cementera ha suministrado el 12,5% de los metros cúbicos de concreto usado por los contratistas. El restante 87,5% lo suministraron otras empresas de distintas regiones del país, según la Secretaría de Infraestructura.
Estas cifras, sin embargo, varían mes a mes. Por ejemplo, en octubre Cemento País puso el 12% del cemento, mientras que en noviembre ha puesto un 30%.
Cemento País existe desde 2021 con tres firmas como accionistas, cada una de ellas con 100.000 acciones:
- AGM Desarrollos SAS
- American Lighting SAS
- Y Terracolona SAS.
La cementera forma parte de un emporio económico fundado, en la década de los 90, por el cuestionado empresario Alfonso ‘El Turco’ Hilsaca, quien ha sido investigado por homicidio y absuelto por la justicia.
Recientemente, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá lo absolvió de ser responsable del asesinato de Jhon Edinson Ovallos Angarita, hijo de Emel Ovallos, exparamilitar que declaró en su contra por el asesinato de cuatro mujeres en la Torre del Reloj.
Por la muerte de esas mujeres, en el Centro Histórico de Cartagena, el empresario también estuvo sentado en el banquillo de los acusados, después de que en 2009 paramilitares lo señalaran de ser responsable. El caso fue archivado en 2010.
Justo por esos señalamientos y porque Cemento País sólo montó en 2023 su planta de producción en el municipio de Turbaco, para empezar a funcionar este año, no han faltado las críticas.
Ese arranque en firme de la cementera, que forma parte del emporio fundado por Hilsaca, coincide con la llegada a la Alcaldía de Turbay, quien tiene como una de sus banderas la inversión en infraestructura pública.
Aunque no son menores las críticas que le genera al programa de pavimentación que uno de sus proveedores sea Cemento País ni tampoco los cuestionamientos por las fallas en algunas de las vías entregadas por el Distrito, la rehabilitación vial que avanza en Cartagena ya comienza a transformar zonas que históricamente han recibido poca inversión distrital.
Y esa pavimentación masiva, especialmente, llena de esperanzas a Edith, en Villa Hermosa, y Melchor, en El Silencio. Confían en que pronto llegarán más recursos a sus comunidades para la construcción de un centro de salud, parques y colegios, así como subsidios para el mejoramiento de sus viviendas.