
Alejandro Char, alcalde de Barranquilla, mantiene una popularidad alta, pese a los señalamientos de corrupción sobre los que guarda silencio. /Foto: Tomada de la cuenta de X del mandatario.
Denuncias de coimas refuerzan la sombra de corrupción sobre un Char de teflón
Una nueva denuncia por exigencia de coimas recae sobre el alcalde de Barranquilla. El señalamiento lo hace un exmiembro de su círculo de confianza y con él ya son cuatro las personas que públicamente dicen haber sido testigos o participado en prácticas ilegales lideradas por el mandatario.
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Al mandatario más popular de Colombia otro exaliado político, Samuel Tcherassi, lo señaló la semana pasada de haberle exigido una coima para participar en un millonario contrato. Es la segunda acusación pública por corrupción que recae, en lo que va del año, sobre el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char.
Ya, en febrero pasado, Héctor Amaris —exmano derecha charista, conocido como el Oso Yogui— dijo haber sido “testigo directo de prácticas corruptas” lideradas por Char, con recursos públicos de los barranquilleros. Años atrás hicieron acusaciones similares la excongresista y examante de Char, Aida Merlano, y el ganadero Luis Enrique Guzmán.
Hasta ahora, ninguno de esos dedos acusadores por malversación de plata pública le han hecho mella al tres veces alcalde, más allá del golpe reputacional: ni los organismos de control ni la Fiscalía toman decisiones de fondo frente a esas denuncias. Tampoco las dudas sobre su transparencia son objeto de debate político en el Concejo de Barranquilla ni mucho menos parte de la agenda investigativa de la gran prensa colombiana.
Mientras tanto, la sombra de corrupción sobre el mandatario es cada vez más visible, por cuenta de las versiones de quienes dicen haber sido testigos o participado en prácticas ilegales lideradas por él.
La tajada del 10% por la rueda de la fortuna

El pasado 24 de abril, el empresario Samuel Tcherassi dijo en su cuenta de X que se había quedado por fuera del millonario negocio para construir una rueda de la fortuna en el Malecón del Río, porque se negó a pagarle a Char una coima equivalente al 10% del valor del contrato.
Hay quienes sugieren que mi postura obedece a una inconformidad personal por no haber obtenido el contrato de la rueda de la fortuna. Quiero aclarar lo siguiente:
La única razón por la que no continué con ese contrato es porque el señor Alejandro Char me solicitó una coima del… pic.twitter.com/KLrqRR8XU9
— Samuel Tcherassi (@tcherassi2) April 24, 2025
El señalamiento de Tcherassi es el más reciente de una serie de cuestionamientos públicos, que desde finales de 2024 comenzó a hacerle a Char, su otrora aliado político.
Aunque no entregó más detalles sobre la supuesta coima ni tampoco respondió a mensajes que La Contratopedia Caribe le dejó para entrevistarlo, la de Tcherassi no es la acusación de un ciudadano cualquiera sino la de quien fuera uno de los megacontratistas consentidos por Char durante su segundo mandato, entre 2016 y 2019, y un empresario que lo apoyó en su segunda campaña al Paseo Bolívar.
En aquel entonces, Tcherassi construyó junto a la portuguesa Mota Engil dos tramos del Malecón del Río (Unidad Funcional 1 y Unidad Funcional 2) y canalizó el arroyo de la carrera 65.
Lo hizo participando a través de su empresa Consortium Infraestructura, recién creada antes de las adjudicaciones.
Es decir, Tcherassi ayudó a construir el modelo de gobierno del que ahora es un crítico frecuente desde su cuenta de X y hasta propone revocar. Incluso, en entrevista con La Silla Vacía, dijo que “los cimientos del modelo Char están tambaleando”.
Las críticas de Tcherassi comenzaron después de haberse quedado por fuera de la construcción de la rueda de la fortuna, por $20.000 millones, reveló La Silla Vacía.
Inicialmente, el Distrito había firmado ese contrato, en 2019, con un consorcio integrado por dos empresas, la italiana Fabbri Group y Consortium Infraestructura SAS, de Tcherassi. Sin embargo, con las dificultades económicas que desencadenó la emergencia sanitaria por covid-19, tuvo que liquidarlo.
El año pasado, el Distrito retomó ese proyecto y firmó otro contrato, a través de la empresa Puerta de Oro, sólo con los italianos.
Y lo hizo de manera amañada, como lo evidencian unos correos publicados por La Silla Vacía. En ellos se lee a un emisario de Char contactando a Fabbri Group para cerrar el negocio, meses antes de que se abriera el proceso de contratación formal.
También fue amañada la selección de la empresa que ensamblará y pondrá a funcionar la rueda de la fortuna. El 22 de abril, tres días antes de que Tcherassi mencionara la coima desde su cuenta de X, La Silla Vacía denunció cómo la empresa Smart Steel, del ingeniero Hugo Vargas —cercano a Char—, ya era mencionada en un correo como segura ganadora, un mes antes de la firma del contrato.
No sería la primera vez que Tcherassi esté vinculado a posibles transacciones irregulares. En 2013, antes de ser contratista del segundo gobierno de Char, el empresario protagonizó titulares por decir en una grabación que había creado empresas de papel para llegar a la junta directiva de la Cámara de Comercio. En 2015, la Fiscalía archivó ese proceso.
Tampoco sería la primera vez de acuerdos previos para la suscripción de contratos en Barranquilla. Cinco meses antes de que la Alcaldía adjudicara la millonaria concesión del alumbrado público y semanas previas a que el Concejo le diera luz verde a ese negocio, ya tenía dueños: Barranquilla Capital de Luz SAS, conformada por empresas de William Vélez y los hermanos José Manuel ‘Yuyo’ y Christian Daes.
En una grabación de la guardia civil española se oye a Yuyo mencionar que ya tenía ese negocio asegurado.
El testigo de “la corrupción sistemática”

El pasado 10 de febrero, Héctor Amarís, conocido como el Oso Yogui y antiguo hombre de confianza de Char, envió a varios medios de comunicación un comunicado anunciando que había “decidido romper el silencio y aportar toda la información necesaria para esclarecer casos de corrupción sistemática”, según él, “lideradas por Alejandro Char” durante años.
Su anuncio, sin embargo, se quedó solo en los titulares de prensa y los comentarios de redes sociales porque guardó silencio cuando, dos días después, la Fiscalía le preguntó sobre hechos de corrupción, como parte de una audiencia virtual por las irregularidades en la construcción de un millonario megatanque de agua potable en el suroccidente de Barranquilla.
De hecho, el excandidato a la Alcaldía de Barranquilla Luis Enrique Guzmán Chams le dijo a la periodista María Jimena Duzán que pagó una coima dirigida a Char a través de Amarís, para participar en la construcción del megatanque.
Aunque hasta ahora Amarís ha permanecido en silencio ante la Fiscalía, su comunicado generó ruido: dijo que durante los 14 años que trabajó “dentro del círculo cercano de Alejandro Char” fue “testigo directo de prácticas corruptas” lideradas por el hoy alcalde, con “socios estratégicos, testaferros, colaboradores cercanos, directores de su partido político, funcionarios de la Alcaldía de Barranquilla y diversas empresas fachada”.
También dijo tener “pruebas documentales, registros financieros y testimonios” sobre:
- Desvío de recursos a través de contratos en la empresa de acueducto, alcantarillado y aseo Triple A.
- Esquemas fraudulentos de licitación para favorecer a empresas vinculadas a los Char.
- La financiación irregular de campañas políticas, compra de votos y obstrucción de la justicia, como el caso Aida Merlano.
- Y lavado de activos y triangulación de recursos ilícitos mediante Súper Tiendas Olímpica, la marca más visible del emporio económico charista.
De esos casos resultó novedoso el señalamiento de triangulación de recursos ilícitos con Súper Tiendas Olímpica porque hasta ahora no hay indicios de delitos relacionados con esa empresa.
De los demás asuntos, en cambio, hay varias investigaciones periodísticas con denuncias de varios actores involucrados en los hechos.
Por ejemplo, en 2018, La Silla Vacía publicó que la empresa Iarco Limitada, en aquel momento con el 95% de sus acciones a nombre de Claudia Lora, esposa de Amarís, participó en el saqueo de la Triple A junto a otras empresas, entre 2012 y 2015.
Lo hizo cobrando órdenes de pago de servicios que nunca prestó. Por ese hecho, el papá de Amarís, exdiputado liberal, reconoció haber cometido varios delitos usando esa empresa. Por ese caso fue condenado, como el mismo Oso Yogui lo dice en su comunicado.
Durante una de las audiencias por el desfalco de la Triple A, celebradas en 2018, un escolta de esa organización reconoció haber sacado maletines llenos de dinero que le entregó a “un señor de apellido Amarís”.
Mientras todo eso pasaba, el Oso Yogui era hombre de confianza de Char y su compañero de fiestas.
Sobre el rol de Amarís como representante de Char en el cobro de coimas también habló la excongresista, exiliada política y examante del alcalde, Aida Merlano.
$3.000 millones de contratos públicos para campañas políticas

La exsenadora Aida Merlano, condenada por la Corte Suprema de Justicia por los delitos de corrupción al sufragante, concierto para delinquir y porte o tenencia ilegal de armas, le dijo en 2020 a Revista Semana que el megacontratista Faisal Cure le había entregado $3.000 millones a Char para campañas políticas.
Esa plata la entregó en retribución por los contratos que obtuvo en sociedad con el también empresario barranquillero Julio Gerlein, durante la segunda administración de Char (2016-2019), dijo Merlano desde Venezuela.
Cure y Gerlein se ganaron en 2016, a través de Arroyos de Barranquilla SAS, la canalización del arroyo de la calle 76 por $89.350 millones. Conformaron esa sociedad con sus empresas Inversiones Jacur y Valorcon. Y en 2017 obtuvieron, como miembros de la Unión Temporal Gran Vía R90, un contrato por $90.648 millones para ampliar la Vía La Cordialidad de Barranquilla.
Cure es un empresario conocido en Barranquilla como alguien cercano a Fuad Char, patriarca de la familia Char.
De hecho, Cure tiene relaciones comerciales con algunos Char a través de las empresas BSJ Construcciones SAS y Desarrollos Inmobiliarios del Caribe SAS, donde también tiene participación, contó La Silla Vacía.
Como contratista, Cure está en las grandes ligas de la contratación local:
- Solo en la segunda administración de Alejando Char ganó $243.222 millones en contratos.
- Con Elsa Noguera en la Gobernación del Atlántico obtuvo una intervención vial por $9.248 millones, como miembro de la Unión Temporal Jacob 2020.
- Y durante la alcaldía de Jaime Pumarejo se ganó, como miembro de un consorcio con una empresa de los Gerlein, la construcción del Ecoparque Mallorquín por $82.464 millones.
Sobre las declaraciones de Merlano, que incluyeron a aforados como el entonces senador Arturo Char, la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia anunciaron investigaciones en febrero de 2020. Hasta ahora Merlano y tres personas que trabajaron en su campaña al Senado en 2018 son los únicos condenados por este entramado de corrupción.
“$2.660 millones en coimas para Char”

En 2020, la periodista María Jimena Duzán publicó en Revista Semana detalles de la denuncia penal que Luis Enrique Guzmán Chams presentó ese año contra Char y varias personas de su círculo político, por los delitos de amenaza, concierto para delinquir, constreñimiento e instigación a delinquir. Hasta ahora, la Fiscalía sólo ha llamado a declarar a Guzmán Chams y no hay detalles públicos del estado de la denuncia.
Guzmán Chams dijo que denunciaba porque temía por su vida, tras haber sido amenazado por Luis Fernando Vásquez y David Name —personas con poder en Barranquilla— para que desistiera de dos procesos civiles y uno penal que había iniciado en 2017 contra el contratista público Carlos Vengal.
A Vengal lo demandó porque dijo haberle prestado $2.660 millones para el pago de dos coimas a Char, pactadas por la construcción del megatanque del suroccidente.
Vengal se ganó esa obra de $23.604 millones, en sociedad con la firma PVC SAS, bajo el nombre Consorcio Hidrotanques.
Los pliegos de contratación del proyecto, financiado con recursos de la Nación, la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, estuvieron a cargo del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB).
Aunque AMB es una entidad autónoma, el alcalde o alcaldesa de Barranquilla tiene injerencia en muchos de sus procesos, pues por su condición de capital su voz y voto pesan más que Galapa, Malambo, Soledad y Puerto Colombia.
La adjudicación del megatanque fue en mayo de 2014. En aquel momento Char no era alcalde de Barranquilla, pero seguía mandando a través de su sucesora Elsa Noguera.
Según Guzmán Chams, la obra tuvo problemas para arrancar de inmediato porque Vengal no tenía cómo pagar una primera coima de $2.300 millones, correspondiente al 10% del valor del contrato.
Aseguró que en ese momento Vengal lo invitó a hacer sociedad para construir el megatanque. Para entrar al negocio debía poner la plata del soborno. Pagando, recibían el anticipo del contrato (50% del valor total) y contaban con flujo de caja para arrancar su construcción.
Guzmán Chams aceptó y pagó.
Los trabajos comenzaron en febrero de 2015, casi un año después de la adjudicación. Por eso, dijo en W Radio que aunque en el contrato quien aparece es Vengal, el ejecutor real del megatanque fue él.
En su denuncia ante la Fiscalía, Guzmán Chams dijo que pagó $2.660 millones en total: además de los $2.300 millones iniciales, tuvo que entregar otros $360.000.000, equivalentes al 5% de una adición presupuestal que el contrato tuvo en 2016.
Ambos montos —aseguró— los entregó a través de dos personas del círculo político de Char:
- Hector Amarís, el Oso Yogui. Guzmán Chams le entregó a la periodista Duzán copias de algunos chats que sostuvo con Amarís y en los que hablan en clave de las coimas.
- La otra persona mencionada es Jorge Padilla, quien ha sido jefe de la Oficina Jurídica de la Alcaldía y salió a relucir en una conversación del contratista José Manuel ‘Yuyo’ Daes, interceptada por las autoridades españolas. Cinco meses antes de la adjudicación del negocio del alumbrado público, Daes ya sabía que se lo iba a ganar y menciona a Padilla como “muy amigo” suyo.