Barranquilla tiene problemas de insufiencia de caja. /Foto: Alcaldía de Barranquilla.
Barranquilla sigue sin caja: firmó otro crédito por $30.000 millones con JP Morgan Colombia
La administración de Alejandro Char intenta resolver sus problemas de liquidez con dos créditos de tesorería que ha firmado este segundo semestre de 2025.
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Barranquilla volvió a endeudarse con JP Morgan Colombia. Menos de tres meses después de haber firmado un préstamo para aliviar sus problemas de caja, el gobierno de Alejandro Char tuvo que pedir otro crédito porque sigue ilíquido para cubrir todos sus compromisos de 2025.
Con esta segunda obligación, Barranquilla ya suma $100.000 millones en créditos de corto plazo que debe pagar en diciembre próximo.
El nuevo crédito de tesorería
Barranquilla firmó un segundo crédito de corto plazo, el pasado 14 de octubre. Esta vez, por $30.000 millones para “atender una insuficiencia temporal de caja durante la vigencia fiscal de 2025”.
Es decir, porque no tiene suficientes recursos para cubrir su nómina, sus gastos administrativos (servicios públicos o arriendos) y los pagos a proveedores.
La Alcaldía se comprometió a pagar ese crédito a una sola cuota el 18 de diciembre próximo, con intereses trimestrales calculados con la tasa IBR, certificada por el Banco de la República, más 3,25 puntos porcentuales.
La IBR es, en palabras simples, un termómetro del costo del dinero en Colombia. Hoy ronda el 9% efectivo anual, por lo que el Distrito pagará cerca del 12% en intereses.
Aunque no es una tasa baja, está dentro del promedio que pagan los gobiernos locales con riesgo crediticio moderado, como Barranquilla.
Para respaldar ese crédito, la Alcaldía dejó en garantía parte de sus ingresos más importantes:
- El Impuesto Predial
- El Impuesto de Industria y Comercio (ICA)
- Y el Impuesto de Avisos y Tableros.
El Distrito espera pagarle a JP Morgan Colombia con la plata que recaudará hasta diciembre por esos tributos.
No es la primera vez que el Distrito acude a esa figura este año. El pasado 22 de julio, el gobierno de Char firmó con JP Morgan Colombia un crédito de tesorería, por $70.000 millones, también argumentando problemas temporales de caja.
Los créditos de tesorería para cubrir iliquidez están contemplados en la ley colombiana y fueron comunes en tiempos de pandemia. Sin embargo, recurrir a ellos, con tanta frecuencia, evidencia falta de planeación financiera.
En pocas palabras: los créditos le permiten a la Alcaldía cumplir sus compromisos, pero también evidencian un desequilibrio entre lo que recauda y lo que gasta.
Finanzas apretadas
Barranquilla ya está altamente endeudada. Hasta diciembre pasado, su deuda sumaba $3,2 billones entre créditos internos y externos y, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, el actual gobierno planea cerrar en 2027 con casi $4,1 billones en créditos.
Por eso, para ganar oxígeno financiero, la Alcaldía ha refinanciado parte de su deuda y aumentado impuestos.
Una de las principales refinanciaciones la logró, el primer semestre de 2025, con la oficina principal de JP Morgan, en Estados Unidos. Esa entidad le aprobó un préstamo de largo plazo por 83,3 millones de dólares, con el que reemplazó otro firmado en 2022 con el banco alemán.
Así, el gobierno de Char logró mejores condiciones y también mitigar sus problemas de caja, pues esa nueva obligación le dio dos años y medio de gracia, contados a partir de la fecha de aprobación (23 de mayo de 2025).
Es decir, durante ese periodo, no habrá abonos al capital sólo pago de intereses. A partir de noviembre de 2027, Barranquilla le comenzará a pagar el capital a JP Morgan (Estados Unidos) en 16 cuotas semestrales pactadas en pesos colombianos.
Y la subida de tributos ha sido posible con reajustes, por segundo año consecutivo, del Impuesto de Industria y Comercio (ICA). Esa medida le permitió al Distrito aumentar el recaudo y obtener una perspectiva crediticia de estable a positiva en una de las recientes calificaciones de Fitch Ratings.
Barranquilla financia gran parte de sus obras a crédito. El actual gobierno de Char usa la figura de financiación del proveedor (los contratistas ponen la plata y la ciudad les paga después) para la canalización del arroyo de la 85, el mejoramiento de los pasos y caminos y la remodelación del Estadio Metropolitano.
En otras palabras, Barranquilla financia sus grandes obras y su funcionamiento diario a crédito, una estrategia que le da oxígeno inmediato, pero la hace más dependiente del alto endeudamiento.